PALO ALTO / DE LA EDICIÓN IMPRESA

COMPETIDOR AL ACECHO

 

Es probable que las ventas de smartphones adaptados a gustos locales se expandan con bastante velocidad.

 

The Economist

Traducido para Géstion por Antonio Yonz Martínez

 

Kirt McMaster tiene lo necesario para ser un exitoso CEO en el negocio del software. Habla a gran velocidad con una potente voz y proyecta inevitabilidad: "Estamos creando algo que todos quieren". Pero sus habilidades comunicativas no son la única razón para que su empresa, Cyanogen, pueda lograr lo que otras, incluidas Amazon y Samsung, no pudieron: establecer un tercer sistema operativo para dispositivos móviles y competir con Android (de Google) e IOS (de Apple), que poseen el 78% y 18% del mercado, respectivamente.

Los esfuerzos previos para lanzar una nueva plataforma móvil estuvieron controlados, en su mayoría, por una sola compañía o consorcio, de modo que fueron respaldados por unos pocos o enfrentaron dificultades causadas por complejos procesos de toma de decisiones. Además, para reescribir sus programas, los sistemas operativos nuevos necesitan de desarrolladores de aplicaciones ("app")- un emprendimiento que es costoso y que tiene resultados inciertos-.

William Stofega, de la investigadora de mercados IDC, se señala que Cyanogen ha evitado esos escollos. Nacida en el 2009 como un proyecto de software "open-source" (software de código abierto, OSS por sus siglas en inglés) y es completamente compatible con Android.

Pero también permite una mayor adaptación a las necesidades del usuario y presenta más funciones, tales como una mejor configuración de privacidad. Aunque su instalación es complicada y a menudo invalida la garantía del dispositivo, aproximadamente 50 millones de propietarios de smartphones en todo el mundo los han adoptado a Cyanogen.

En el 2012, McMaster convenció a su fundador, SteveKondik, de convertirla en un negocio. Al principio, los inversionistas se mostraron reacios, pero desde entonces la empresa ha levantado US$ 110 millones, incluyendo aportes de varias de las mayores firmas de capital de riesgo en Silicon Valley.

Aunque Android también es un OSS, la versión oficial de Google viene con restricciones de licencia, las cuales han evitado que el sistema operativo sea fragmentado en versiones incompatibles, mientras que también sirven para promocionar la tienda de apps y servicios móviles de Google tales como correo electrónico y mapas que le permiten vender publicidad y recabar datos de los usuarios.

Cabe señalar que el presidente ejecutivo de la compañía, Eric Schmidt, es mienbro del directorio de The Economist Group, propietario de esta revista. Cyanogen es vista como un intento de desarticular este paquete. Los nuevos fabricantes de teléfonos móviles como Micromax en India y Kazam en Europa, buscan dejar de competir principalmente por precios y ofrecer sus productos a mercados específicos, por ejemplo, mediante la integración de servicios móviles locales.

El modelo es China: la mayor parte de los servicios de Google está prohibida o no está disponible y los fabricantes utilizan sus propias versiones de Android, lo cual ha sido un factor enorme para el auge de Xiaomi en ese país.

Por su parte, los operadores móviles acogerían con agrado más variedad en teléfonos y menos dominio de Google. Telefónica, un operador de telecomunicaciones global, participó en la más reciente rueda de levantamiento de capital de Cyanogen. En tanto, a los desarrolladores de apps populares como Facebook y Twitter, le preocupa que Android otorgue a Google una ventaja indebida en los servicios móviles, que es donde se genera el grueso de ganancias del sector.-Twitter es otro inversionista de Cyanogen-.

Los países pobres también podrían beneficiarse: es probable que las ventas de smartphones adaptados a gustos a gustos locales se expandan con bastante velocidad. Y luego están los reguladores, que han mostrado un creciente interés en Android.

En abril, la Comisión Europea inició una investigación formal, una investigación formal, un escrutinio que según McMaster, evitará que Google emplee tácticas abusivas contra su empresa.

Micromax y algunas más ya están vendiendo smartphones con tecnología de Cyanogen y se espera que se les unan más, es tanto que McMaster ha suscrito acuerdos con varios vendedores de apps, entre ellos Microsoft, que permitirá que la versión móvil de Office y servicios relacionados estén disponibles en el clon de Android.

Es cierto que el éxito no está garantizado. Por ejemplo, no está claro si Cyanogen podrá hacer mucho dinero: tiene previsto tener una participación de los ingresos generados por los servicios por los servicios servicios que incorpora en su programa. Pero no podrá hacerlo sin los servicios móviles de Google, al menos en los países ricos, donde aquellos disfrutan de una posición dominante, sostiene Geoff Blader, de la investigadora de mercados CCS Insight.

Esto no parece preocupar a McMaster, quien afirma que su meta no es reemplazar los servicios de Google sino crear un terreno más nivelado. Pero ya está preparando la próxima movida de su empresa: combinar todos los servicios incorporados en Cyanogen y la data que generan para ofrecer soluciones atractivas.

Es el caso de una app que alerta al usuario si una llamada entrante proviene de una firma de telemarketing, basada en información proporcionada por otros usuarios. Google no sería capaz de hacer lo mismo porque muchos grandes proveedores de servicios no confían en ella, argumenta McMaster. "Nosotros somos la Suiza del mundo móvil", remata.

 

 

Publicado en Géstion el 13 de agosto del 2015