EDICIÓN IMPRESA

MONSTRUO CERVECERO

 

AB INVEB, LA LÍDER MUNDIAL, NEGOCIA UNA FUSIÓN CON SABMILLER LA SEGUNDA.

 

En alemania, donde la cerveza es motivo de orgullo nacional, el consumo per cápita ha caído en un tercio desde la década de 1970

 

Traducido por Antonio Yonz
The Economist

La historia de la mayor cervecera del mundo es de una sed insaciable. En 1989 , Jorge Paulo Lemann y dos socios suyos compraron una cervercera de tamaño mediano llamada Brahma, por US$ 50 millones. Una década despúes, Brahma adquirió Antartica, su rival, para convertirse en AmBev y, en el 2004, una fusión con Interbrew, la compañía belga que vendía Stella Artois y Beck's, creó InBev.

Cuatro años despúes, InBev pagó US$ 52, 000 por la estadounidense Anheuser-Busch. Como si tales transacciones no fuesen suficientes para marear a cualquiera, la nueva AB InBev pagó US$ 20, 000 millones por la mexicana Grupo Modelo, en el 2012.

Y ahora podría venir su negocio más audaz. El 16 de setiembre, SABMILLER, la segunda cervercera del mundo, confirmó que estaba siendo cortejada por AB InBev. De concretarse la fusión, la nueva compañía ganaría aproximadamente la mitad de las utilidades del sector y vendría una de cada tres botellas de cerveza en el planeta. El anuncio ocurre en momentos difíciles para las grandes cerveceras- en junio, la consultora McKinsey informó que el sector afrontaba "su mayor desafío en 50 años".

Es que el consumo en muchos de los principales mercados se mantiene estancado. Es que el consumo en muchos de los principales mercados se mantiene estancado. En Estados Unidos, lo que está de moda son las cervecerías "artesanales" , cuyos volúmenes de venta aumentaron 18% el año pasado, pese a que las ventas de toda la industria se mantuvieron sin variación.

Algunos mercados muestran peores números. En Alemania, donde la cerveza es motivo de orgullo nacional, el consumo per cápita ha caído en un tercio desde la década de 1970. No sorprende entonces que grandes cerveceras e inversionistas hayan estado intentando algunas uniones. El año pasado, SABMiller quiso pero no pudo adquirir la neerlandesa Heineken, la tercera cervecera del mundo. En junio, hubo rumores de que la firma de capital de riesgo de Lemann, 3G, compraría Diageo, la mayor destiladora del mundo, quizás para fusionarla con AB InBev.

Más recientemente, los analistas habían ponderado una fusión entre Diaego y SABMiller. Algunas de estas uniones podrían justificarse, pero existe una lógica para la oferta de AB InBev por su principal rival en estos momentos: está perdiendo poder en sus dos mercados más importantes. En Brasil, el debilitamiento de la economía está dañado sus ventas y en Estados Unidos, si bien su participación de mercado era una impresionante 45% en el 2014, estaba cinco puntos porcentuales por debajo del 2009, según Euromonitor. Pero ello, adquirir SABMiller parece atractivo por al menos tres motivos.

Primero, AB InBev ya se ha hecho con otras empresas importantes y apetitosas, explica Trevor Stitling, de la investigadora de mercados Sanford C. Bernstein. En el pasado, ha reducido los costos de sus activos recién adquiridos, que es la forma de actuar de 3G. En los tres años que siguieron a la compra de AnheuserBusch, su margen de ganancias en el mercado estadounidense aumentó trece puntos porcentuales.

AB InBev tiene planeado impulsar el margen de ganancias de Grupo Modelo en 18 puntos porcentuales en un periodo similar. SABMiller tiene una estructura de costos bastante reducida, pero una fusión le ofrecería algo de espacio para ampliar sus márgenes.

Segundo, la transacción le ayudaría a extender su alcance global, pues SABMiller obtiene cerca de un tercio de sus ganancias en África, donde las ventas de AB InBev son insignificantes. Una fusión también le permitiría atender a más consumidores en Colombia y Perú.

Tercero, SABMiller parece estar barata. El precio de su acción ha caído los últimos doce meses debido a la debilidad del rand sudafricano y el peso colombiano. Tampoco ha ayudado el crecimiento más lento en los mercados emeregentes, donde obtiene el 72% de sus ganancias. Si dichas economías retoman su vigorosa expansión, invertir en SABMiller podría ser muy rentable.

Bajo las reglas de adquisión de Reino Unido, donde SABMiller está registrada, AB InBev tiene plazo hasta el 14 de octubre para hacer una oferta formal. Es probable que el directorio de SABMiller la rechace y que busque realizar otra operación para evitar la compra. Sin embargo, sus intentos para unirse con Heineken no llegaron a ninguna parte y no es obvio que existan otros objetivos interesantes.

Stirling sostiene que "si existiese esa operación ya la hubiese realizado". Los dos principales accionistas de SABMiller son Altria, un gigante tabacalero, y la familia colombiana Santo Domingo. Si los términos propuestos por AB InBev podría trabajar para apaciguarlos. Por ejemplo, podría vender las acciones de SABMiller en MillerCoors (en Estados Unidos) y en CR Snow, la mayor cevercera de China.

Ya ha hecho algo similar en el pasado. Tras adquirir Grupo Modelo, AB InBev calmó a los reguladores estadounidenses al aceptar vender los negocios cerveceros que la compañía tenía en Estados Unidos por US$ 4, 750 millones. Despúes de todo, deshacerse de uno o dos negocios puede justificarse, si lo que se ha va adquirir es uno mucho más grande.

 

Publicado en En Gestión el 22 de setiembre del 2015