LOS CHINOS PUDIENTES DEJAN EL LUJO

 

Gasto de lujo bajó 1 por ciento en 2014, a 18 mil millones de dólares. Tienda Rolex en Beijing.

 

 

Una de las calles comerciales más activas de Hong Kong se extiende más allá del centro comercial Times Square, bajo elegantes rótulos de marcas como Mont Blanc, Cartier, Gucci y Burberry. Sin embargo, al interior del impotente mall de lujo, el murmullo de la multitud abajo se desvanece entre las hileras silenciosas de boutiques en su mayoría vacías.

En gran medida, ha llegado a su fin la época de auge para el lujo en China, tras la reciente caída del mercado accionario y la devaluación de la moneda, agravado por una economía ya en desaceleración y una ofensiva gubernamental contra los regalos suntuosos. El efecto de esos problemas en los consumidores chinos- que componen hasta una tercera parte del gasto en artículos de lujo a nivel mundial- ha sacudido tanto a los inversionistas como a las marcas de lujo globales.

Tras un crecimiento de dos dígitos en la última década, el gasto en artículos de lujo en China se contrajo por primera vez el año pasado a unos 18 mil millones de dólares, una disminución del 1 por ciento, reportó la firma consultora Bain & Company.

Además de la agitación en el mercado, las acciones del Gobierno chino para devaluar el renminbi y las inquietudes sobre más rondas de devaluación proyectan una nueva sombra sobre el mercado opulento. "Esto va a propinar un duro golpe", aseveró David Friedman, presidente de Wealth-X, una firma de inteligencia sobre el lujo.

La Gran China (que comprende China, Hong Kong, Macao y Taiwán) representa hasta el 25 por ciento de las ventas en Burberry, el 20 por ciento de las ventas en Prada, de acuerdo con Exane BNP Paribas. Esos porcentajes serían incluso más altos si tomaran en cuenta todos los bienes de lujo que los turistas chinos compran en el extranjero, donde los artículos a menudo son más baratos que en Beijing o Shangai.

Un renminbi más debil haría que fuera más costoso para los consumidores chinos viajar al extranjero para ir de compras. Aún asi, es importante mantener las cosas en perspectivas, apuntó Luca Solca, director de análisis mundial de artículos de lujo en Exane BNP Paribas. De acuerdo con sus simulaciones, una devaluación del 5 por ciento del renminbi disminuiría las ventas menos del 1 por ciento en la mayoría de las marcas a las que da seguimiento. Incluso, una devaluación del 20 porciento apenas haría una mella en sus ventas de un 5 por ciento, calcula.

A final de cuentas, el futuro del gasto de lujo chino - y quién puede atraer más de este - depende de cambios a largo plazo en las monedas mundiales, así como del crecimiento económico en casa. La eurozona y Japón han recibido un impulso del influjo de turistas chinos, gracias a la debilidad de sus monedas. El dólar, por otro lado, se ha fortalecido ante monedas importantes en el último año.

El dólar fuerte está afectando el gasto del turismo en EE.UU. Mika Tsuruta, de 25 años, una empleada en Samantha Vega, marca japonesa de bolsas para dama, fue enviada a la tienda del minorista en Hong Kong para capacitar al personal.

Durante su estancia en Hong Kong, notó que las clientas chinas buscan una alternativa más económica a las grandes marcas de lujo. Samantha Vega es idónea; una bolsa Vega se vende por unos 2 mil 200 dólares de Hong Kong (280 dólares), una fracción de los 25 mil dólares de Hong Kong (3 mil 225 dólares) que puede costar una bolsa Chanel. "Dicen que están en busca de algo bueno y más barato" , expresó.

 

Publicado en Correo suplemento del New York Times International Weekly el 28 de setiembre al 4 de octubre del 2015