LOS PRINCIPIOS DE PROTECCIÓN AL CLIENTE MICROFINANCIERO

 

 

 

 

Por Gregorio Belaunde Matossian

 


En mi artículo del 25 de octubre del presente año sobre las oportunidades y amenazas de las microfinanzas en el Perú, mencioné los principios de protección al cliente del CGAP, como un elemento de autorregulación que contribuiría a evitar el riesgo de sobreendeudamiento en el mercado microfinanciero. Creo que lo publicado en este diario sobre la situación de nuestras Cajas y los esfuerzos de estas para mejorarla confirman la relevancia de estos principios que algunas entidades peruanas ya conocen. ¿Pero de qué se trata exactamente?

Estos principios fueron elaborados en un esfuerzo global coordinado por el CGAP-Consultative Group to Assist the Poor, del Banco Mundial, y el Centro para la Inclusión Financiera, basado en la ONG Acción International. La idea es agrupar a los intervinientes clave del mercado, es decir no solo a las entidades prestamistas, sino también a los inversionistas y donantes, así como a los gremios y otros entes de apoyo, en torno a unos principios básicos de protección al cliente microfinanciero, que corresponden a la búsqueda de una "finanza responsable". Se le ha dado el nombre de "Smart Campaign", la que dispone de secretariado y dirección permanentes. La palabra "Smart" se refiere a una manera acertada e inteligente de hacer microfinanzas.

Se trata de una "campaña" en la que se invita no sólo a los intervinientes ya mencionados, sino también a las personas que trabajan en el tema, a "respaldar" dichos principios, lo que quiere decir aplicarlos y difundirlos. Esto no tiene nada de teórico: se provee a los participantes de herramientas de autoevaluación y de formación sobre la correcta aplicación de los principios, así como de todo tipo de informaciones sobre mejores prácticas y sobre las labores del equipo dedicado a la campaña, así como numerosos artículos de interés. Conforme los inversionistas y donantes de las IMF van respaldando esta campaña, la adopción de los principios se va volviendo una condición para su ayuda; al mismo tiempo, la participación de los gremios es clave para que exista un lenguaje común. Se trata de un mecanismo de autorregulación proactiva.
 


Los principios
Evitar el sobreendeudamiento: se deben tomar todas las medidas para asegurarse de que se den préstamos que el cliente pueda realmente pagar y que no representen para él un riesgo de sobreendeudamiento (que debe entenderse no sólo como el hecho de tener dificultades para pagar, sino también tener que privarse de activos o gastos esenciales para poder pagar o incluso quedar muy vulnerable frente a eventos inesperados de baja magnitud). Este principio incluye la búsqueda de productos adecuados que no sean solo créditos (seguros, microahorros).

Precios transparentes y responsables: ello supone dar la información completa sobre todos los costos (como la TCEA de la SBS) y condiciones, comunicada de manera clara y personalizada; y los costos, aunque no se olvide la sostenibilidad del prestamista, deben ser razonables, asequibles, es decir responsables (hay relación con el primer principio).

Prácticas apropiadas de cobro: se deben evitar prácticas abusivas o coercitivas, como serían por ejemplo el acoso en fin de semana u horas tardías o la humillación pública.

Comportamiento ético del personal: se debe no solo aplicar altos estándares éticos, sino también tener mecanismos internos apropiados para detectar y corregir todo trato inadecuado o fraudulento hacia los clientes; tema álgido a veces olvidado.

Mecanismos para recibir y resolver quejas: tienen que ser mecanismos efectivos, es decir, de fácil acceso (por todos los canales posibles), claros y eficientes.

Privacidad de los datos de los clientes: los datos no deben ser usados para otros fines sin el permiso expreso de los clientes; esto no impide que se reporte información a centrales de riesgo, pues tener un récord crediticio puede ser beneficioso.

Como lo dije en el artículo anterior, me parece que estos principios deberían valer también para los préstamos a las personas de bajos ingresos (consumo u otros).

Respaldar estos principios y ser parte de la campaña es muy simple: entrar a www.smartcampaign.org.

 

 

Fuente: Diario Gestión (31/12/10)