Draghi: ¿Cuánto dura la magia?

Autor: Victoria Carvajal

 

¿Hasta cuánto puede Draghi desactivar las amenezas que acechan la eurozona sólo con unas palabras mágicas?.

Entonces, en junio de 2012 le funcionó. Cuando los ataques a Italia y España amenazaban con romper el euro, avisó de que el el BCE haría todo lo que fuera necesario para evitarlo y añadía: "y créanme, será suficiente", logró recuperar la credibilidad de la moneda única y marcó un punto de inflexión en la crisis de la deuda soberana que sufrían los países periféricos. O lo que es lo mismo, fue lo que evitó que el Gobierno de Rajoy tuviera que pedir un rescate soberano, aunque no evitó el bancario, a la vista del coste insostenible que estaba alcanzando la financiación de su deuda. Las masivas inyecciones de la Fed hicieron el resto. La pregunta, ahora que la deflación amenaza con debilitar la modesta recuperación de la eurozona, es si sólo con la palabra,Mario Draghi conseguirá alejar la principal amenaza de la recuperación: la deflación. La caída de los precios no sólo encarece la devolución de la deuda del Estado (que se acerca al 100% del PIB) si no que podría sumir a la eurozona en un bucle fatal de crecimiento débil unido a una depreciación de los activos y el ahorro y una recaída en la recesión, similar a lo ocurrido en Japón en los últimos veinte años.

Tan preocupante debe ser el panorama que hasta la muy ortodoxa Alemania, por boca de su aún más ortodoxo presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, se ha mostrado partidaria de usar políticas no convencionales, que en principio de salen del mandato del BCE, para acercarse al objetivo que tiene marcado la máxima autoridad monetaria de la eurozona: 2% de inflación. España registró una tasa negativa del 0,2% y el conjunto de la eurozona una subida del 0,5%. ¿De qué forma afecta esto al tímido crecimiento? Se aplazan decisiones de compra a la espera de que los precios caigan y en el camino las empresas, ante la falta de pedidos, ajustan plantilla y costes dañando al crecimiento de tal forma que no es descartable volver a entrar en recesión.

Y ¿cómo es posible que Draghi desaproveche la ocasión para actuar? ¿A qué espera? ¿En qué datos confía para evitar el uso de medidas no convencionales al estilo de la Reserva Federal que lleva cinco años inyectando dinero vía compra de deuda y otros activos a las entidades financieras estadounidenses para dar una liquidez extra al sistema y facilitar el crédito? Quizá Alemania haya consentido en aceptar el uso de medidas extraordinarias, confiada en que de nuevo sólo la amenaza de la intervención obrará el milagro sin tener que actuar, pero esta vez la amenaza es real y no fruto de la especulación. No es muy relevante que los tipos de interés en España a cinco años estén por debajo del mismo tipo de activo en Estados Unidos. El momento del ciclo económico es otro. Baste recordar que en 2005, España tenía incluso los tipos a diez años por debajo de Alemania (o lo que es lo mismo una prima de riesgo negativa) y luego pasó lo que pasó...

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La recuperación no se va apuntalar con un debilitamiento (anecdótico por otra parte) del euro frente al dólar. La posición de la balanza comercial de la eurozona, en superávit, impide que esa estrategia tenga mucho recorrido. Todo apunta a que llegó la hora de la verdad. Y que Draghi tiene que acompañar sus palabras con hechos. Actuar. Olvidémosnos de los tipos de interés. Están en el 0,25%, pero la fractura financiera dentro de la eurozona impide que esa referencia, aunque baje al 0%, llegue por igual a empresas y familias. Toca hacer de tripas corazón, después de haber criticado la política de la Fed por distorsionar los precios de los activos, e inventarse una QE (Quantitive Easing) a la europea, bendecida por el Bundesbank, que ya ha avisado que sólo aceptaría la compra de activos de calidad, y ponerse por fin a engordar su balance con bonos de los Estados soberanos de la eurozona (excluyendo probablemente los de los tres países rescatados: Grecia, Portugal e Irlanda). Sólo así dará consistencia a sus palabras y credibilidad a la voluntad del BCE de apoyar la recuperación. En su mandato está que los precios crezcan un 2%. Y estamos lejos de ese objetivo.

La unanimidad en el comité ejecutivo del BCE, clamorosamente ausente en los peores momentos de la crisis, con la intervención incluso del Tribunal Constitucional de Alemania, despeja el camino para hacerlo. ¿A qué espera Super Mario?.

 

 

Publicado en: Diario El País (05 de Abril del 2014)