LA ERA DE LOS BANCOS CENTRALES SUPERPROACTIVOS

AUTOR: MELVIN ESCUDERO

 

"Dentro de nuestro mandato, el Banco Central Europeo (BCE) hará cualquier cosa que sea necesaria para preservar el euro. Y créanme, esas cosas serám suficientes". Estas fueron las palabras de Mario Draghi, el presidente del BCE, al anunciar esta semana las medidas de política monetaria y sorprender los mercados con medidas "mucho más allá de lo esperado".

Entre lo que más destaca con el objetivo de impulsar la inflación y el crecimiento económico en la zona euro es la bajada de la tasa de referencia a 0% por un periodo de tiempo expandido, la fijación de las tasas de depósito de los bancos en -0.4% y el incremento de las compras de bonos(incluidos bonos corporativos) a US$89 mil millones. Asimismo, se indicó que la reducción de tasas de interés estaría limitada a estos niveles y que no se pensaba realizar nuevas reducciones en el futuro y que en su lugar se prefería la inyección de liquidez (vía la compra de bonos) para poder tener mayor impacto en reactivar el crédito.

El impacto de estas medidas extraordinarias mostró una elevada volatilidad en los tipos de cambio, las tasasde interés y las bolsa de valores. En particular. el euro reaccionó inicialmente en la dirección deseada por el BCE con una depreciación (-1.58%). Sin embargo, rápidamente el mercado se dio la vuelta y produjo una apreciación el mismo día del anuncio (3.3%), lo que se confirmó el viernes. Igualmente, las bolsas europeas mostraron una caída al cierre del jueves, pero un alza importante el viernes, liderada por las acciones bancarias.

La depreciación crea mayor competitividad y permite mediante exportaciones más baratas impulsar la producción doméstica. Por ello, cuando el mercado se va para el otro lado, ya no se genera el efecto deseado de impulsar la demanda por productos nacionales, que era uno de los efectos deseados.

Asimismo, gran parte de estos movimiientos fueron explicados por la interpretación de la frase referida a que el BCE ya no bajaría (en territorio negativo) las tasas de interés. En este sentido, los mercados concluyeron que esta medida estaba orientada a tratar de mantener la solvencia de los bancos comerciales, que con los principales afectados por las tasas de interés negativas (al registrar pérdidas por mantener efectivo).

En esta línea, la inyección masiva de liquidez (vía la compra de bonos, incluidos los corportativos) se ha leído como un mecanismo muy potente para expandir el crédito en un sistema financiero relativamente cauteloso y recientemente golpeado por la preocupación de los inversionistas tras las masivas ventas de acciones bancarias en enero y febrero pasados. Asimismo, las proyecciones del BCE de que estas medidas apoyarán a la economía incrementando el crecimiento de la tasa de inflación generaron cierto optimismo que explica la dinámica positiva de alza de las acciones lideradas por los títulos de los bancos.

En este contexto, debemos prepararnos para una "inundación creciente en más euros" en la economía global, lo cual se suman a las inyecciones masivas de yenes por el Banco Central de Japón y de dólares por el Banco Central de EE.UU (la Reserva Federal). Si a esto le añadimos la proactiva intervención del Banco Popular de China (Banco Central), que esta semana impulsó el fortalecimiento del yuan - eliminando prácticamente las pérdidas desde inicio de año- vemos que el impacto de las medidas monetarias ha sido extraordinario durante los últimos años y se ha manifestado con especial volatilidad la semana pasada.

Esta situación confirma que los bancos centrales se han convertido en "protagonistas" por excelencia de los mercados. Antiguamente, el rol de mantener la fortaleza de la moneda parecía relativamente monótono, en particular si existía un orden macroeconómico en lo fiscal y en las cuentas externas. Sin embargo, con el paso del tiempo, luego de las grandes crisis observadas en Japón, Estados Unidos y Europa (los países más desarrollados del mundo), los bancos centrales se han transformado en instituciones "superproactivas" que han asumido un rol hegemónico con la idea de buscar reactivar la economía y crear un mínimo de inflación que empuje un ciclo ecnómico de crecimiento sostenido.

Con excepción de EE.UU, donde el éxito de Reserva Federal es ampliamente reconocido, en Europa y Japón el éxito no ha sido tan significativo y de ahí surgiría esta "agresividad" adicional de sorprender a los mercados inyectando cada vez más dinero. La pregunta clave es si este proceso a la larga no lleva a un escenario de pérdida gradual del poder de la política monetaria. El exceso de liquidez y el abuso de políticas no convencionales podrían tener límites que estarían más cerca que lejos.

Es posible que las siguientes medidas monetarias en la misma dirección podrían ser neutralizadas por los mercados que buscan anticipar,a comodarse y ver cómo obtienen ganancia. En esta línea, la búsqueda de nuevos equilibrios, luego de estos "shocks" monetarios, lleva a fuertes fuctuaciones de los precios de los activos riesgos.

Como se ha observado el jueves y viernes, se beneficiaron las materias primas, las bolsas de valores y las monedas de países emergentes (la fortaleza de yuan chino motivada por su banco central generó una ola de subidas de las monedas de los países prodctores de materias primas). En este contexto, es nuestro país el sol pasó de devaluarse 3.17% entre enero y el 24 de febrero a revaluarse en 4.8% entre el 24 de febrero y el 11 de marzo.

Desde una perspectiva más amplia, la mayor liquidez podría mejorar el crédito a nivel global y de esa manera contribuir para mejorar el crecimiento de la economía que ha sido arrastrada por la desaceleración de los mercados emergentes. Si esta tendencia no se revierte en el mediano plazo, estaríamos en un contexto de política monetaria con efectos limitados.

Es el momento de esperar cuales serán esos efectos impulsados por los bancos centrales "superproactivos". Habrá que esperar por la próxima reunión de la FED, que se reúne nuevamente el 16 de marzo.

Es posible que el resto del año esté marcado con más novedades ahora que los bancos centrales salen al rescate con más fuerza que nunca. No obstante, como los sostienen muchos economistas, la otra parte de la ecuación está en la política fiscal, la credibilidad de las instituciones, la inversión en infraestructura y las reformas estructurales. Sin estos otros pilares del desarrollo económico, es difícil pensar que solo con más liquidez se mantendrá un crecimiento dinámico a largo plazo.


Publicado en: Diario Gestión (13 de Marzo del 2016)