China: tareas pendientes

 

AUTOR: JOSÉ MARTÍNEZ

 

Después de convertirse en la segunda economía más importante del mundo, China, enfrenta ahora los retos de: estabilizar su tasa de crecimiento en niveles que no generen desequilibrios macroeconómicos y asegura que el crecimiento económico obtenido se traduzca en bienestar para su población. Ambos retos son importantes.

El primer reto es importante porque hasta el 2012, China creció sobre la base del crecimiento de sus exportaciones, el uso intensivo de la inversión pública para incrementar el acervo de capital del país y una moneda subvalorada en términos reales con relación a las monedas de sus principales competidores. Como resultado de este proceso, en el 2012 la inversión en China alcanzó niveles de 47% del PBI, los ahorros de su población alcanzaban aproximadamente 50%del PBI, el Estado contaba con un superávit económico equivalente a 0.5% del PBI y el superávit en cuenta corriente alcanzó nveles de 2.5%. La consecuencia inmediata de este proceso de acumulación de ahorro e inversión intensiva sumados a las políticas de estímulos monetario que establecieron sus principales socios comerciales (Europa y Japón), el yuan, la moneda china, se apreció en 40% en términos reales a lo largo del periodo 2005-2015.

A pesar de que el ingreso personal disponible en ese país creció a un ritmo de 9.5% anual durante el mismo periodo, el consumo de la población solamente creció en un 8.2% en promedio. Como resultado, China acumuló reservas internacionales ascendientes a US$ 3.2 trillones. Equivalentes al 25% de las reservas internacionales de todo el resto de países del mundo.

Este esquema de crecimiento no era sostenible. En primer lugar, la acumulación indiscriminada de bienes de capital provocó una caída sostenida en la productividad media de ese capital y la rentabilidad de los proyectos. Como buena parte de esas inversiones fue financiada con deuda, la cartera pesada de los bancos y otras instituciones del sistema financiero chino se incrementó debido a que esos proyectos poco rentables no generaban ingresos suficientes para honrar las deudas contraídas. En tercer lugar, conforme se fue apreciando la moneda, el valor de dólares de los salarios en China se elevó de manera consistente reduciendo la competitividad internacional de este país. Toda esta apreciación se ha dado en medio de un entorno en el que la productividad laboral crece a una tasa cada vez más baja (2000-2010: 88%; 2015: 4%).

Es un hecho que China atraviesa por una clara desaceleración económica, al pasar de crecer 10% entre 200-2010 a crecer 6.9% en el 2015 y se espera que esta tasa sea menor en los próximos años. Una desaceleración de 3 puntos porcentuales en el crecimiento de China también retrasa 11 años el proceso de superar a EE.UU como primera potencia económica mundial. No obstante, es más sostenible mantener tasas alrededor de 6%, con lo cual se garantiza una transición hacia una senda de crecimiento más saludable.

Para China, crecer a una tasa menor es más saludable porque, estructuralmente, la tasa de crecimiento de los factores de producción se está desacelerando: Por el lado de la oferta de trabajo, la PEA caerá a una tasa anual de 0.5% en los próximos 25 años. Todo ello bajo un contexto en el que la cobertura previsional es casi inexistente y los niveles de ingreso per cápita son bastantes bajos (PBI per cápita en China es 6 veces menor al de EE.UU o Singapur). Por el lado de la oferta capital, la contribución del capital al crecimiento se ha reducido de 6 puntos porcentuales a 5 p.p.

Finalmente, por el lado de las condiciones para hacer negocios: la productividad total de los factores, que mide el grado de eficiencia con el que se combinan el trabajo y el capital para producir, ha venido decreciendo en los últimos cuatro años (2015:-2.7%) a diferencia del crecimiento de 2% en el periodo 2000-2010.

Definitivamente, China tiene tareas pendientes, las cuales tendrán que llevar a cabo bajo un contexto en el que este país juega un rol fundamental a nivel mundial, ya que representa el 17% del PBI global e importa por sí solo el 10% de la producción global.

 

Publicado en: Diario Gestión ( 15 de Marzo de 2016 )