CUSCO: SUYKUTAMBO, EL ORIGEN DEL RÍO APURÍMAC

 

Nos enrumbamos en un viaje al Huaytapallana, a 5.557 m.s.n.m. en Huancayo. Una aventura llena de esfuerzo y reflexiones sobre los estragos que va dejando el calentamiento global. Revive el viaje a este hermoso lugar en esta crónica.


Yauri, la capital de la provincia de Espinar (Cusco), es el punto de inicio de una ruta que conduce al origen del grandioso río Apurímac.
Un circuito hermoso, pero reservado para los amantes de la aventura y los caminos todo terreno. Cuarenta kilómetros de paisajes espectaculares en medio de uno de los territorios menos conocidos del Perú: las nacientes del mítico Apurímac, hasta hace poco considerado origen primigenio del gran río Amazonas.

El viaje se inicia en Yauri (Espinar, Cusco), tomando la ruta hacia el aeropuerto que conduce a Coporaque. Luego de dos kilómetros, una importante bifurcación divide las rutas a Coporaque (derecha) y Suykutambo (izquierda).
Siguiendo por esta última se vadea el rio Huayllumayo y se accede a la pintoresca comunidad de Challqui, otrora sede de una hacienda alpaquera, con una austera capilla de barro y piedras.

Continuando con el camino, que muestra al viajero por vez primera el río Apurímac, se llega a Puente Central. El lugar, conocido localmente como Machu Puente (en quechua, 'puente viejo') en alusión al puente colonial que cruza el río Apurímac y formaba parte de los territorios de la hacienda Arenas, cuya casa principal se conserva en buenas condiciones. 

 

 

 

Machu Puente es también el punto de partida hacia un bello poblado colonial (a solo quince minutos) llamado Apachaco.
Desde Puente Central restan sólo dos kilómetros más para ingresar a la espectacular zona de Puente Blanco, donde el río corre cristalino entre estrechos cañones de granito blanco pulido por la erosión de las aguas.

Un puente colgante, recientemente habilitado, permite acceder  al sitio arqueológico de Maucallaqta, un lugar de acopio de cereales compuesto por decenas de depósitos o colcas de piedra que posee en su chullpa (edificación mortuoria de piedra tallada), el principal atractivo de lugar.

Continuando por el valle, poblado por bosques de queñuales y rebaños de llamas, el viajero se topa con las ruinas incaicas de María Fortaleza, emplazamiento dedicado también al almacenaje de alimentos.

El circuito concluye en el poblado de Virginniyoc (kilómetro 40), un pequeño caserío emplazado entre enormes moles de roca, a escasos metros del escénico paraje denominado Tres Cañones.

El camino continua hacia Caylloma (2 horas 30 minutos), ruta alternativa al Cusco o al valle del Colca. Ojo, no existen restaurantes ni expendios de combustible en esta ruta.

 


 

Fuente: Larepublica.pe ( Octubre 2016)