LAS AGUAS BENDITAS DE PACHANGARA

 

 

La recuperación de la salud. Un obsequio natural: aguas termomedicinales que emergen de las entrañas de la tierra. Un destino: el distrito de Pachangara, en la provincia limeña de Oyón.


Los primeros pasos de una travesía en búsqueda del poder curativo de las aguas termales conducen hacia el balneario de Churín (2080 msnm). Solo tres horas separan a Lima de sus fuentes terapéuticas. Sin embargo, en los alrededores del pueblito más afamado del distrito de Pachangara, más complejos termomedicinales florecen para ofrecer esperanzas –y también diversión-a los viajeros.

Pero antes de llegar a ellos, que los recuerdos continúen en Churín, rodeados de sus leyendas, de sus montañas, su viento de puna y de sus alfajores deliciosos. Un destino cuyos caminos fueron recorridos por Antonio Raymondi, el sabio que tanto amó al Perú.

Sucede que, precisamente, gracias a la implacable curiosidad que encaminó al naturalista italiano hacia estas tierras, fue que más y más personas llegaron a sumergirse en busca de la salud perdida. O, claro, simplemente por la experiencia de disfrutar del calor que emana de las profundidades de la tierra.

 


 

¡Tiiiibio! ¡Caliente! ¡Muy caliente! En el balneario de Churín hay pozas para todos los gustos y sus tres confortables complejos termomedicinales lo demuestran: Mamahuarmi, La Juventud y La Meseta. Cada con características únicas

Baños místicos

El complejo ecoturístico ecológico Mamahuarmi, con sus manantiales turquesa de agua tibia rica en cobalto asombra a los visitantes. Con solo tres soles es posible disfrutar de los placeres que otorga este complejo rodeado del misticismo de la leyenda de una joven ñusta.

Una mujer enamorada que perdió su hijo y decidió llorarlo oculta, desde siempre en una caverna. Estas lágrimas no han cesado a pesar de los años, y originaron la existencia de la bella lagunilla de Mamahuarmi, según narra el alegre guía Seguid Montalvo. Rodeados de naturaleza también se hallan la Poza de los Novios, La Mellicera, la cascada Velo de Novia y el géiser El Churi.

 

El camino de quienes no se amilanan ante el calor se dirige hacia el complejo La Juventud. Allí las pozas de aguas cálcicas y bicarbonatadas alcanzan hasta 30°C. Un lugar donde litio, magnesio, aluminio y el yodo son los protagonistas de las aguas y atraen a los viajeros con la promesa de liberarlos de problemas hepáticos, molestias gastrointestinales y afecciones del sistema nervioso.

Las once pozas de concreto sumadas a la caída de agua El Zambo, cuyos masajes deleitan a todos, la Lengua Misteriosa –una figura pétrea formada por la fuerza del agua- y la Poza de la Amistad, la única que se halla al aire libre, pero que solo sirve para inmortalizar la visita mediante fotografías son los tesoros de este lugar.

Finalmente, apta para quienes buscan aún más calor, se halla el complejo La Meseta. Un complejo cuyas aguas de hasta 35° C ricas en sulfatos, magnesio y azufre curan el reumatismo, trastornos de piel y sí que relajan a los cansados músculos. Aquí termina la travesía en Churín e inicia la aventura hacia otros centros poblados en busca de la riqueza termal.

 

 

Rumbo a la ruta más caliente

Es necesario recorrer tan solo 4 km desde Churín, a pie o en mototaxi, para llegar a los baños termales de Tingo, el corazón turístico de la comunidad San Francisco de Huacho. Aquí el hierro predomina en sus aguas a temperaturas que oscilan entre 40 y 45 °C. Por ello, es importante no ser temerario y solo disfrutar entre 10 y 15 minutos. El cuerpo lo agradecerá.

Una vez allí se puede llamar a la aventura y visitar los complejos arqueológicos Antamarka, Chaulin y Cayash. Y, ya que los ánimos exploradores fueron saciados, es momento de enrumbar hacia el final del recorrido por la tierra que se precia de poseer la ruta de termas más grande del país.

Huancahuasi y sus historias presidenciales

Los habitantes de Huancahuasi narran –algunos con gusto y otros con disgusto- que el expresidente Alberto Fujimori era un asiduo visitante a sus aguas termales que oscilan entre 38 y 45°C. Muchas veces con sus famosas ‘geishas’ y otras algunas veces con su esposa. ¡Hasta llegaba en helicóptero! Según cuentan con risas mezcladas de indignación. Precisamente por ello, en julio de 1997 inauguró la infraestructura de estilo incaico que hasta hoy luce el lugar. Y de pasadita, el pueblo pidió la construcción de los baños de Picoy, ubicado al frente, pero en otro distrito apenas separado por el poderoso río Checras.

 

 

Muy cerca de allí se hallan los baños de Huancachín, aún debe mejorar su infraestructura, pero sus aguas ricas en bicarbonato embellecerán su piel y aliviará el dolor de muchas personas aquejadas por problemas reumáticos. ¡Rumbo a la salud es sinónimo de rumbo a los dominios de Pachangara!

La provincia de Oyón es una tierra que se debe visitar más de una vez en la vida. No todos se pueden preciar de poseer más de 30 sitios termales en toda su geografía. Y ya una vez allí debe disfrutar de sus deliciosas truchas, pachamancas y, bueno, le diríamos sopa pari, pero este plato esquivo que lleva piedras candentes solo se prepara en fiestas típicas.

En Rumbo :

¿Cómo llegar?

En auto propio: Mediante la Panamericana Norte. Desvío en el Km. 103, intersección de Río Seco hasta Sayán. Luego 56 Km. Por un camino asfaltado hasta Churín. Gracias al asfaltado de la carretera ahora es posible llegar en tan solo 3 horas.

En minivan: En el Óvalo Infantas del distrito de los Olivos se pueden hallar diversas empresas que lo llevarán en minivans por 25 soles.

¿Dónde alojarse?

Fundo Hotel Ayarpongo, emprendimiento de la comunidad de Pachangara. Desde la plaza de Churín, Ayarpongo está a solo 5 minutos de distancia.

Precios de baños termales

Los costos varían de 3 a 5 soles, y el tiempo de disfrute es indefinido. Sus horarios de atención van desde las 7: 00 a.m hasta las 6:00 p.m.


 

 



 

 



 

Fuente: Larepublica.pe ( Mayo 2017)