Cualquier desaceleración en China se propagará por toda la economía mundial. (Izq.) Acerera en Lianyungang. (Arr.) Una planta Foxconn.

FRENOS A DEUDA AFECTAN A CHINA

AUTOR: Keith Bradsher

SHANGHAI El Gobierno chino ha estado tratando de acabar con la adicción del país del país a la deuda siempre creciente, pero su esfuerzo por restringirla está empezando a golpear el crecimiento en la segunda economía más grande del mundo.

Beijing ha estado preocupado por la creciente dependencia en el crédito para mantener a la economía en rápida expansión, temeroso de que eso no pudiera llevar a una crisis económica, o a un largo periodo de estancamiento como el visto en Japón tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, a principios de los 90.

Pero frenar la deuda podría tener consecuencias importantes en China y otros lugares. Los países de todo el mundo están más estrechamente vinculados a China que nunca, a raíz de su papel no sólo como el productor más importante del mundo, sino, cada vez más, también como consumidor.

Una desaceleración económica en China aunada a disputas comerciales cada vez más extensas y un crecimiento cada vez más lento en Europa podría ser perjudicial para la economía mundial.

En general, hay evidencia creciente de que una restricción crediticia está causando estragos en la economía china. La Oficina Nacional de Estadísticas dio a conocer datos que arrojan que la inversión, las ventas minoristas y la producción industrial se desaceleraron en mayo.

Con un crecimiento económico a la baja como telón de fondo, el Banco Popular de China, el banco central nacional, claramente decidió no igualar el reciente aumento a las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de EE.UU.. Había igualado al menos en parte los incrementos anteriores a las tasa de interés de la Reserva Federal desde el otoño.

Con la economía china mostrando indicios de desaceleración y las autoridades dificultando más el obtener préstamos, los pequeños negocios son particularmente vulnerables.

Tanto Moody’s como Standard & Poor’s bajaron el rating crediticio de deuda soberana de China el año pasado a raíz de inquietudes sobre el exceso de deuda del país. La baja de calificación se contó entre las muchas razones por las que el Gobierno ha reforzado algunas restricciones sobre los préstamos desde finales del otoño.

Beijing ha restringido particularmente los créditos extendidos por compañías financieras en línea y otros negocios del sector privado que eluden el sistema bancario controlado por el Estado.

Aunque los bancos comerciales han seguido prestando el dinero que tienen de depósitos, estos créditos convencionales van principalmente a empresas paraestatales. Los prestamistas privados, mientras tanto, tienen tasas de interés del doble o triple que el 6 por ciento que cobran los bancos, pero frecuentemente son la única fuente de financiamiento para pequeños negocios.

Los creadores de políticas financieras de China han dejado en claro que no les molesta ver algunos incumplimientos de pago y algunos estragos en el sistema. El comercio de autos disminuyó en mayo, y las unidades no vendidas se han empezado a acumular en las agencias automotrices.
Una decisión de las autoridades de permitir al menos una docena de impagos de bonos en semanas recientes, tras años de prevenirlos, ha inquietado a algunos inversionistas.

Sin embargo, la economía china no está cayendo en crisis. Según los estándares internacionales, el ritmo de incumpliendo de pago de bonos aún es insignificante.

Aunque se han estabilizado las ventas automotrices, lo han hecho a un nivel muy alto tras dos décadas de fuerte crecimiento, provocando embotellamientos crónicos. La demanda inmobiliaria aún es boyante, al igual que la industria de la construcción.

Sin embargo, al enfrentar un alto nivel de deuda por toda la economía, “de lo que deben tener cuidado los reguladores es de no responder de una manera tan rigurosa que esencialmente pudiera agravar los riesgos”, comentó Fred Hu, un influyente economista chino quien ahora es un presidente un fondo de cobertura en Hong Kong.


Fuente: THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY, 02 AL 08 de junio del 2018.