FUSIONES ESTRATÉGICAS PODRÍAN RESURGIR POR CRISIS CREDITICIA

 

El abundante crédito previo a la turbulencia impulso grandes operaciones de adquisición y fusiones, muchas de ellas llevadas a cabo por fondos privados de alto riesgo. Para ellas, las compras tenían una valoración diferente a la estratégica

 

 

La incertidumbre en el mercado crediticio está afectando a nivel internacional la compra de empresas por parte de sus empleados, así como las adquisiciones de paquetes accionarios. La escasez de crédito pone presión en los precios y en la calidad de las transacciones.

 

La adquisición de firmas privadas se ha vuelto cada vez más común en los últimos años tanto en Estados Unidos como en Europa.

 

Los acuerdos comerciales han crecido tanto en cantidad como en tamaño, señala Michael S. Weisbach, de la universidad de Illinois en Urbana-Champain. Weisbach es coautor del articulo, “Leverage and Pricing in Buyouts: An Empirical Analysis”.

 

En fecha tan reciente como el 2002, señala Weisbach, el valor total de acuerdos rondaba unos 300,000 millones de dólares por año. En el 2006, las transacciones para la compra de paquetes accionarios totalizaron alrededor de 233,000 millones de dólares en Estados Unidos y 151,000 millones de dólares en Europa.

 

Ahora esos acuerdos representan alrededor del 20 por ciento de las fusiones y adquisiciones a nivel mundial, un amento del 3.1 por ciento en relación al 2000.

 

Crecimiento Récord

El espectacular crecimiento en transacciones de fondos privados de alto riesgo ha sido equiparado con un crecimiento igualmente impetuoso entre las firmas que se especializan en ese tipo de actividades. Esas firmas han obtenido grandes cantidades de capital de sus socios e incluso sumas más grandes de capitales de sindicatos de prestamistas.

 

En la actualidad, las estructuras financieras que las firmas privadas de capital de riesgo eligen para los portafolios de sus compañías son radicalmente diferentes de aquellas que las corporaciones públicas usan cuando realizan adquisiciones.

 

De hecho, ellas son casi lo inverso una de otra. En las firmas más privadas existe un extenso uso de la compra con financiación ajena, cuyo patrimonio neto es de alrededor del 20 por ciento al 30 por ciento del capital total. En cambio, en las corporaciones publicas, el patrimonio neto es de entre un 70 y un 89 por ciento del total.

 

La disponibilidad de créditos en años recientes y la capacidad para estructurar acuerdos con mayor financiación ajena ha derivado en precios de compra cada vez más altos. Las compañías de compra apalancada aprendieron a poner precio a las transacciones, tomando prestado tanto capital como era posible y luego, multiplicando a veces por tres la amplitud de las obligaciones por deudas.

 

Diferente “valoración”

¿Cómo es que la disponibilidad de capital adecuado llegó a ser equiparada con precios de compras cada vez mas altos? Porque, según hace notar Weisbach, pedir prestado menos y ofertar menos habrían significado perder una excelente adquisición ante la competencia.

 

Pídanles a tesoreros de una corporación que expliquen cómo sus empresas determinan el precio apropiado para una determinada adquisición, y les responderán con consideraciones sobre retornos proyectados, tasas de impuestos corporativos, capacidad de préstamos, etcétera. Pero si se formula la misma pregunta a administradores de fondos de capital de riesgo, la respuesta será simple: “si el banco presta, ¡lo tomaremos!”.

 

Hasta fecha reciente, el ciclo de altas apuestas y fuertes solicitudes de créditos significaba que incluso las firmas de capital de riesgo más grandes y astutas tenían dificultades para negociar una compra apalancada. En lugar de eso, los negocios de diferentes formas y tamaños eran subastados  a precios cada vez más altos que requerían incluso cantidades más grandes de créditos. Como los precios y los niveles de deudas continuaban elevándose, esas transacciones se hicieron menos lucrativas para sociedades limitadas.

 

 Por ahora, ese ciclo se ha terminado. Con el crédito tanto escaso como raro, Weisbach piensa que el foco debe inevitablemente desplazarse a aquellos done los inversionistas ven una oportunidad real para agregar valor.

 

Desde la perspectiva del inversionista respecto al valor, los mejores negocios son probablemente aquellos que se hacen durante un ciclo tal como el actual.

 

El campo de los fondos con compra apalancada permanece apiñado, pero las firmas están nerviosas. La escasez de créditos inhibe su habilidad  para estructurar transacciones atrayentes.

 

La escasez de crédito actual puede permitir ahora a las empresas publicas hacer adquisiciones estratégicas, pues los estándares que aplican son ampliamente diferentes a las de fondos privados.

 

Las empresas públicas podrían también necesitar pedir préstamos a fin de hacer adquisiciones, pero para ellas, adquirir un negocio es siempre un juego de valor. No importa el nivel de aplicación de la compra apalancada las únicas razones para hacerlo residen en el potencial ahorro de costos y es el potencial ahorro de costos y en el acceso que la adquisición permitirá a nuevos clientes y nuevos mercados.

 

Fuente: Global Business