FUSIONES
ESTRATÉGICAS PODRÍAN RESURGIR POR CRISIS CREDITICIA
El
abundante crédito previo a la turbulencia impulso grandes operaciones de
adquisición y fusiones, muchas de ellas llevadas a cabo por fondos privados de
alto riesgo. Para ellas, las compras tenían una valoración diferente a la
estratégica
La
incertidumbre en
La
adquisición de firmas privadas se ha vuelto cada vez más común en los últimos
años tanto en Estados Unidos como en Europa.
Los
acuerdos comerciales han crecido tanto en cantidad como en tamaño, señala
En fecha
tan reciente como el 2002, señala Weisbach, el valor
total de acuerdos rondaba unos 300,000 millones de dólares por año. En el 2006,
las transacciones para la compra de paquetes accionarios totalizaron alrededor
de 233,000 millones de dólares en Estados Unidos y 151,000 millones de dólares
en Europa.
Ahora
esos acuerdos representan alrededor del 20 por ciento de las fusiones
Crecimiento Récord
El
espectacular crecimiento en transacciones de fondos privados de alto riesgo ha
sido equiparado con un crecimiento igualmente impetuoso entre las firmas que se
especializan en ese tipo de actividades. Esas firmas han obtenido grandes
cantidades de capital de sus socios e incluso sumas más grandes de capitales de
sindicatos de prestamistas.
En la
actualidad, las estructuras financieras que las firmas privadas de capital de
riesgo eligen para los portafolios de sus compañías son radicalmente diferentes
de aquellas que las corporaciones públicas usan cuando realizan adquisiciones.
De
hecho, ellas son casi lo inverso una de otra. En las firmas más privadas existe
un extenso uso de la compra con financiación ajena, cuyo patrimonio neto es de
alrededor del 20 por ciento al 30 por ciento del capital total. En cambio, en
las corporaciones publicas, el patrimonio neto es de entre un 70 y un 89 por
ciento del total.
La
disponibilidad de créditos en años recientes y la capacidad para estructurar
acuerdos con mayor financiación ajena ha derivado en precios de compra cada vez
más altos. Las compañías de compra apalancada aprendieron a poner precio a las
transacciones, tomando prestado tanto capital como era posible y luego,
multiplicando a veces por tres la amplitud de las obligaciones por deudas.
Diferente “valoración”
¿Cómo es
que la disponibilidad de capital adecuado llegó a ser equiparada con precios de
compras cada vez mas altos? Porque, según hace notar Weisbach, pedir prestado menos y ofertar menos habrían
significado perder una excelente adquisición ante la competencia.
Pídanles
a tesoreros de una corporación que expliquen cómo sus empresas determinan el
precio apropiado para una determinada adquisición, y les responderán con
consideraciones sobre retornos proyectados, tasas de impuestos corporativos,
capacidad de préstamos, etcétera. Pero si se formula la misma pregunta a
administradores de fondos de capital de riesgo, la respuesta será simple: “si
el banco presta, ¡lo tomaremos!”.
Hasta
fecha reciente, el ciclo de altas apuestas y fuertes solicitudes de créditos
significaba que incluso las firmas de capital de riesgo más grandes y astutas
tenían dificultades para negociar una compra apalancada. En lugar de eso, los
negocios de diferentes formas y tamaños eran subastados a precios cada vez más altos que requerían
incluso cantidades más grandes de créditos. Como los precios y los niveles de
deudas continuaban elevándose, esas transacciones se hicieron menos lucrativas
para sociedades limitadas.
Por ahora, ese ciclo se ha terminado. Con el
crédito tanto escaso como raro, Weisbach piensa que
el foco debe inevitablemente desplazarse a aquellos done los inversionistas ven
una oportunidad real para agregar valor.
Desde la
perspectiva del inversionista respecto al valor, los mejores negocios son
probablemente aquellos que se hacen durante un ciclo tal como el actual.
El campo
de los fondos con compra apalancada permanece apiñado, pero las firmas están
nerviosas. La escasez de créditos inhibe su habilidad para estructurar transacciones atrayentes.
La
escasez de crédito actual puede permitir ahora a las empresas publicas hacer adquisiciones estratégicas, pues los
estándares que aplican son ampliamente diferentes a las de fondos privados.
Las
empresas públicas podrían también necesitar pedir préstamos a fin de hacer
adquisiciones, pero para ellas, adquirir un negocio es siempre un juego de
valor. No importa el nivel de aplicación de la compra apalancada las únicas
razones para hacerlo residen en el potencial ahorro de costos y es el potencial
ahorro de costos y en el acceso que la adquisición permitirá a nuevos clientes
y nuevos mercados.
Fuente: Global
Business