PLAN ANTICRISIS DE LAS EXPORTACIONES

 

La experiencia de países como China, Corea, México y Brasil, muestra que las medidas deben adoptarse de manera anticipada, pensando en que el mundo permanecerá inestable por lo menos por dos años

 

 

 

La información que proviene del exterior demuestra consistentemente que la crisis internacional cobra una profundidad y una extensión mayor que la que se esperaba.

 

La crisis financiera no solo permanece sin solución, sino que, además, parece entrar a un nuevo episodio de rescate de entidades financieras.

 

La desconfianza sigue imperando en consumidores y empresarios que tienen problemas financieros o prefieren optar por una posición de gastos conservadora. En consecuencia, la recesión económica ha cobrado una mayor fuerza tal como lo confirman los pronósticos de una caída  del PBI superior al 5.5% en el cuarto trimestre del año y las estadísticas de Alemania e Inglaterra. Hoy se habla de una crisis que permanecerá durante el 2009 bajo riesgo de prolongarse aun más.

 

En contraste, en la economía peruana no podemos hablar de una crisis financiera en el sentido de instituciones financiera en el sentido de instituciones financieras afectadas por activos tóxicos. Tan solo se observa una precaución marcada en los bancos y las FP. No hay señales de desconfianza en los consumidores y la mayoría de empresarios parecen ser optimistas.

 

Pero si la crisis financiera y el problema de la desconfianza parecen no habernos tocado, la recesión sí esta haciendo su parte. Si bien el Perú mantiene el privilegio de proyectar tasas de crecimiento positivas en una América Latina en recesión, las estimaciones se van alejando del 6% y aproximándose al 5% debido a que las exportaciones han entrado en una fase de declive preocupante.

 

En conclusión, no tendríamos que preocuparnos mucho por quiebras de instituciones bancarias, ni por problemas de iliquidez ni por crisis hipotecarias; tendremos que preocuparnos por la caída de los precios de nuestros minerales (hecho que ya se produjo en magnitudes significativas) y por la menor exportación no tradicional.

 

Las exportaciones no tradicionales

¿Cuánto puede afectar la recesión a las exportaciones no tradicionales? Es muy difícil estimar una proyección bajo condiciones inciertas. Sin embargo, en el pasado, encontramos dos referencias de una caída de las exportaciones.

 

La primera se registra en el año 1999, cuando la tasa de crecimiento anual de las exportaciones no tradicionales desciende hasta -12.6%%. En ese entonces, estábamos sufriendo las consecuencias de las crisis financieras internacionales que afectó a Asia y al Brasil; el fenómeno del Niño también había incidido fuertemente en las exportaciones pesqueras y agrícolas.

 

El segundo antecedente se ubica en el año 2002, al registrarse una tasa de crecimiento negativa de -1.4%. En ese momento, el problema fundamental fue la demora en la renovación del ATPA, que nos mantuvo sin acceso preferencial a nuestro principal mercado por diez meses.

 

No se puede hacer una correlación de estos dos antecedentes con la coyuntura actual. Hoy, la crisis se manifiesta más severa que las experimentadas en el pasado, pero el Perú tiene una canasta mas diversificada que entonces.

 

Por otro lado, la evolución de las exportaciones no tradicionales en los últimos cuatro meses demuestra que la tasa de crecimiento anual decrece justamente durante los meses en los que se manifestó la crisis internacional en toda su gravedad. Así, en agosto del 2008, la tasa de crecimiento anual de las exportaciones no tradicionales ascendía a 24.6%; a partir de ese punto, la tasa ha venido disminuyendo hasta llegar a 19.6%.

 

Si interpretamos estos cuatro meses como una señal de cambio en la tendencia, durante el 2009, las exportaciones no tradicionales podrían experimentar tasa de crecimiento anuales negativas.

 

Plan anticrisis

Descrito el panorama, se comprende la necesidad de un conjunto de medidas para defender el crecimiento exportador y, como es obvio, estas medidas deben estar orientadas a superar o evitar los obstáculos al esfuerzo que hacen las empresas por mantener sus ventas en el exterior.

 

De manera resumida, podemos identificar un problema de liquidez para los exportadores causada, en primer lugar, por la tendencia de la banca a evitar el riesgo que representa la caída de los mercados de destino, lo cual los mueve a elevar la calificación de riesgos u restringir el crédito, agravando así la situación para los exportadores.

 

Aunque parezca paradójico, las empresas también tienen problemas de liquidez por el pago del impuesto a la renta de tercera categoría sobre las utilidades relativamente altas del año pasado, realizadas hoy, en un periodo de ingresos bajos; por lo tanto, cabe la posibilidad que el fisco alivie los problemas de liquidez de los exportadores reprogramando pagos de este impuesto.

 

Otro obstáculo que enfrenta el exportador es la falta competividad reflejada en los costos básicos resistentes a la baja. Nos referimos al precio de la energía, los costos logísticos, los financieros, la mano de obra, entre otros.

 

Fuente: Gestión