TARAPOTO
Tarapoto llamada
también “Ciudad de las Palmeras” por dichas plantas que crecen en la zona; es
una ciudad de progreso y desarrollo, cuya población tiene el sentimiento de
surgir y salir adelante.
Tarapoto está provista de una cultura y una historia extraordinaria, es
diferente a las demás; aparte de un clima agradable, de paisajes impresionantes,
destacan la amabilidad de su gente, su tranquilidad, los excelentes potajes,
entre otras características que dan distinción a este bello “paraje” de la
amazonía.
Tarapoto es una ciudad en la que prospera el comercio, que se realiza mediante
agua, tierra y aire: río Huallaga, aeropuerto “Cadete FAP Néstor Guillermo del
Castillo Paredes” y la carretera “Fernando Belaunde Terry” (antigua marginal de
la selva), respectivamente.
El análisis de la historia nos remonta a la época cuando los aguerridos Chancas,
perseguidos por los Incas, hacen de la actual ciudad de Lamas, su nuevo hábitat
y forman una extensa familia idiomática y cultural conocida como: Motilones
Lamistas, fueron ellos los que en su búsqueda de alimentos bajaban al valle de
Tarapoto, donde los guerreros y salvajes Cumbazas vivían dedicados a la caza y a
la pesca entre el río cumbaza y la quebrada del Choclito.
Por entonces donde hoy se levanta la plaza Cabo Alberto Leveaú, llamada también
parque Suchiche, existía la “cocha” o laguna del mismo nombre, cuyo vocablo
proviene de Sustuchiches que era el nombre del grupo de Lamistas que
inicialmente lo habitó.
La afluencia y fusión de familias de estos grupos étnicos en la “cocha” de
Suchiche, a las que con el tiempo se sumarían otros grupos descendientes de los
Chancas, Pocras e Incas, como Chimbinos, Atumpampas, y Patinos, devino en la
conformación de un grupo reciente que estableció relaciones comerciales con los
Lamistas, el cual con su progresivo crecimiento, no sólo motivó el crecimiento
de la población nativa, sino, el establecimiento de las bases del gravitante rol
que en el desarrollo socio económico de San Martín, habría de cumplir en el
futuro la ciudad de Tarapoto.
Leyenda Sobre El Origen De Tarapoto
A la llegada de los españoles, existía el pueblo de los cumbazas en el valle de
Tarapoto. Sus habitantes fueron exterminados por la guerra al oponer
resistencia. Sobrevivió a este desastre una familia que asistió en la lucha.
Exterminados éstos, quedaron sus hijos (un varón y una mujer) refugiados en las
colinas, el dios Apu se compadeció de los huérfanos, convirtiendo al varón en un
fuerte y robusto toro y a la niña en una bella mariposa, los dos se refugiaron
en los bosques del cerro escalera.
El dolor y la tristeza produjeron en ellos un llanto incontenible. El toro lloró
tanto que sus lágrimas se convirtieron en el río Shilcayo. La hermosa y nativa
mariposa bajó de las colinas a observar la ruina de su pueblo. Un arcabucero
español quedó admirado de su belleza al mirarla y no dudó en cazarla, y herida
la mariposa cayó a tierra convirtiéndose en la cocha o laguna de Suchiche que es
el origen de Tarapoto.
Descubrimiento y Conquista
Se inició con el ingreso de los españoles en 1537, por el norte de nuestra
región desde Chachapoyas hasta Moyabamba. Fue Hernando de Alvarado, hermano del
conquistador Alonso de Alvarado, con el apoyo del cacique Huamán, quienes
lograron dominar a los nativos de la zona. Alonso de Mecadillo irrumpió por este
valle dirigiéndose hacia las montañas de Aypena, pasó al Marañón y a Amazonas,
llegando al pueblo nativo de Machifalo, donde halló oro y riqueza.
Su paso por San Martín fue de horror, destrucción y muerte. La expedición de
Pedro de Urzúa tuvo un corolario trágico con su muerte y la de su lugar teniente
Juan de Vargas, el 01 de enero de 1561, no se ha ubicado con exactitud el lugar
de la sublevación de Lope de Aguirre, pero puede deducirse por la trayectoria
que llevaron que fue entre Villa Picota y el Pongo de Aguirre.
La expedición de San Martín de la Riva y Herrera para conquistar los Jíbaros,
motilones y cumbazas de esta zona dio origen a la fundación de Lamas el 10 de
octubre de 1656; Tarapoto fue la sede para la realización de esta conquista. De
esa etapa brutal y heroica se ha conservado la tradición oral que refiere al
origen remoto de nuestra ciudad.
Colonización
Después de la conquista continuó la colonización dirigida y ejecutada por los
misioneros. A este episodio se le conoce con el nombre de las incursiones o
etapa misional; Franciscanos y Jesuitas cumplieron misiones específicas:
expansión de los hispanos en la selva, controlar las ambiciones territoriales
portuguesas y de hecho, catequizar a los nativos de la región cumpliendo un
papel castrense.
En el año 1769, el rey de España ordenó al virrey Amat y Junet, expulsar a los
Jesuitas del Perú y en consecuencia de la amazonía peruana, así se hizo. Ésto
motivó ciertos estragos en las organizaciones nativas agrupadas, como las
reducciones de las mismas que trastocaron la vida y las costumbres, produciendo
desconcierto y destrucción de la identidad nativa.
En el año 1739, se creó el virreinato de nueva Granada y tenía como audiencia a
Quito. Por orden real, a esta audiencia se incorporaron las tierras de Jaén de
Bracamoros, Maynas, Quijos, Sucumbios y Canelos.
Nuestra ciudad quedó bajo la jurisdicción de la audiencia de Quito durante 63
años hasta el rey de España, Carlos IV, el 15 de julio de 1802, quien ordenó
mediante la cédula real, la devolución de los territorios cedidos. Los informes
del gobernador de la comandancia general de Maynas, don Francisco de Requena,
había ejercido un poder político admirable capaz de cambiar el sistema político
y administrativo del virreinato de nueva Granada.
Durante la colonia, Tarapoto conjuntamente con Lamas y Moyobamba sirvieron de
centro de irradiación colonizadora, religiosa, administrativa y cultural de esa
época. También como núcleo de explotación nativa en los obrajes, reducciones y
como bestias de carga. Por su ubicación estratégica Tarapoto fue la sede de la
colonización de la selva norte (Maynas) “camino forzado” para ingresar a la
zona.
Fundación Española
Se ha explicado anteriormente que a la llegada de los españoles a Tarapoto, el
valle estuvo habitado por nativos, cumpliendo con lo establecido por las normas
para la fundación de ciudades españolas, como eran tierras para el cultivo,
agua, clima benigno y pobladores, se procedió a la fundación de ciudades.
El obispo de Trujillo, don Baltasar Jaime Martínez de Compagnón y Bufanda, en la
visita pastoral a su diócesis, partió de la ciudad de Trujillo el 20 de julio de
1782 siguiendo la ruta de Chachapoyas, Moyobamba y Lamas. Al llegar al valle de
Tarapoto, reunió a todos los grupos nativos dispersos y con ellos fundó la
ciudad española de la Santa Cruz de los Motilones de Tarapoto, el 20 de agosto
de 1782, bajo la jurisdicción del Curato de Lamas y la Diócesis de Trujillo; en
honor a ella se construyó la iglesia o parroquia de la ciudad de Tarapoto.
Habitaban por entonces, cumbazas a la orilla de la quebrada Choclito y Amurarca
(esta última en la actualidad ya no existe); Pinchis en la parte alta de la
ciudad y en las márgenes derecha e izquierda del río Shilcayo; Sushiches o
Sustuchiches residentes en el barrio de su nombre, a orillas de la concha o
laguna de suchiche; Muniches y Antables en el actual Barrio Huayco hasta la zona
de Santa Rosa.
Al parecer, lo que fundó Martínez de Compagnón, no fue una ciudad sino un Curato
dependiente de Lamas. Para la época, Tarapoto era un pequeño conglomerado de
nativos residentes en su mayoría en el pequeño poblado de Cumbaza, la actual
banda de Shilcayo, en la rivera de la quebrada del Choclino y otro a orillas de
la cocha de Suchiche.