CHINA Y LOS TANGOS LATINOAMERICANOS

 

 

 

Por Peter Navarro

 

Así como África, China está a la caza de metales, minerales, materia prima y recursos agrícolas en Latinoamérica. Las reservas de cobre más grandes del mundo están en Chile. Bolivia tiene la segunda más grande reserva de gas natural en Sudáfrica y es rica en casiterita, la fuente principal de estaño. Y Argentina y Brasil acogen gran cantidad de reservas de hierro.

 

Incluso Cuba, más conocida por su azúcar, es un importante elemento en el mercado minero, con la sexta reserva más grande de cobalto. Sobre las alas de la demanda y capital financiero chinos, Paraguay, Brasil y Argentina se han convertido en las áreas mas grandes del mundo para el cultivo de grano de soya.

 

La ofensiva latinoamericana de china empezó en el 2001 con un viaje de 12 días del presidente chino de entonces, Jiang Zemin, a países del ala izquierda como Cuba y Venezuela, pero también a populistas como Argentina y Brasil. Fue un viaje abiertamente político, con Zemin atacando el esquema unipolar de Washington.

 

 

Ese, sin embargo, fue meramente el preludio a la real ofensiva económica que empezó en serio en noviembre del 2004 el sucesor de Zemin. Hu Jintao empezó su propio tour latinoamericano con una promesa: invertir US$ 100 billones en la región en la siguiente década. Las raíces imperialistas de este nuevo viaje fueron difíciles de disimular.

 

En términos generales, China está usando muchos de los mismos trucos usados exitosamente en África para llegar a los corazones latinoamericanos: empezar con acuerdos y préstamos comerciales muy pequeños, que luego se transforman en sociedades e incluso lazos militares. Los tratados de libre comercio son siempre la recompensa.

 

Así, China esparce su buena intención construyendo infraestructura y a través de promesas de grandes inversiones y condonación de deuda. De hecho, muchos de los acuerdos con que China está ingresando a las naciones latinoamericanas son préstamos para expansión de la infraestructura, tales como puertos y vías ferroviarias, pero tales inversiones están directamente enfocadas en sacar los recursos de la región.

 

Un caso puntual es Brasil, país con el que se asoció para mejorar las vías ferroviarias de ese país y establecer un enlace ferroviario hacia el pacifico, a fin de reducir costos de transporte de mineral de hierro y grano de soya.

 

Otro es Chile, en donde el congestionado puerto de Antofagasta ha sido renovado gracias al aporte de la Republica Popular China y es el país desde cuyos puertos China carga casi US$ 3 billones de cobre. Pero a cambio de ello, en el 2005 China coaccionó a Chile para firmar lo que amenaza ser una ruina de muchas naciones africanas y latinoamericanas: un tratadote libre comercio. El de Chile fue, por lo demás, el primero que suscribió con un país latinoamericano.

 

Como The Economist ha anotado, el problema de esta estrategia (comprar de los países latinoamericanos recursos primarios y venderles, a cambio, manufacturas baratas) “es que a los países en America les falta precisamente una industria de manufactura o procesamiento que pueda mantener mas riqueza en sus economías locales”. Y, para ilustrarlo, cita los casos de México y muchos países de America Central, los cuales han perdido empleo en el sector textil y electrónico por los bajos cosos de China.

 

El contraste es alarmante dice José de la Cruz, profesor de economía en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey: “Los bienes chinos son hechos por trabajadores que laboran por un tercio de sus contrapartes de Latinoamérica y toleran peores condiciones de trabajo”. No es sorprendente que “por cada dólar que México exporta a China, ese exporta US$ 31a México.”

 

“Estamos perdiendo la oportunidad de hacer negocios en productos que generen mas riqueza”, señala De la Cruz.

 

“En la actualidad, algo del 44% de latinoamericanos ya viven debajo de la línea de pobreza. Si estos países fracasan en adoptar reformas, la desigualdad social y la inestabilidad política podrían desalentar las exportaciones americanas a la región e incrementar los problemas de emigración”, advierte.

 

 

  Fuente: Diario Gestión (24/09/09)