EXPERTOS EN FINANZAS

 

 

Por José R. Stok

 

Más de una vez, he dicho –en broma- que un experto es una persona que no existe en la ciudad… ya que siempre se hace venir del exterior… con esto quiero dar a entender que, frecuentemente, las opiniones de nuestros profesionales no son tenidas en cuenta, o si lo son, es con sordina, es decir, requieren una confirmación (o como dice un periodista amigo, sujetas a desmentir).

 

Viene esto a cuento, porque recientemente nos reunimos en Bogotá profesionales que nos dedicamos a temas financieros en prestigiosas escuelas de negocios de España, Colombia, Perú, México, argentina y Ecuador. Como siempre, las reuniones de colegas que comparten tareas e inquietudes similares son cordiales, gratificantes y se aprende mucho.

 

Pues bien, en esos días conversamos acerca de los diversos aspectos que, como académicos de las finanzas, podemos ofrecer a los directivos que asisten a nuestros programas de perfeccionamiento. En general coincidimos en que los directivos, si bien están interesados (¡y necesitados!) en los aspectos financieros, no suelen ser de los temas que inicialmente mencionan entre sus inquietudes. Es mas frecuente encontrar sus necesidades de mejora en los ámbitos del marketing, que viene siempre con novedades y presentaciones coloridas, vistosas e impactantes. También hay interés en temas logísticos o de calidad: mas sobrios, pero rotundos y decisivos. ¡Y ni qué hablar de los temas humanos, donde nunca se deja de aprender: el ser humano es inconmensurable! Sin embargo, en sus finanzas, es otra cosa… es algo así como que estamos dispuestos a reconocer que a veces cometemos fallos al manejar automóviles ¡pero nadie admitirá que otro nos diga que manejamos mal!

 

Al tratar sobre las necesidades de capacitación y perfeccionamiento de los directivos coincidimos en que las dificultades en la gestión y dirección financiera de las empresas son prácticamente las mismas en todos los países, con ligeras variantes por circunstancias momentáneas. Ese común denominador de inquietudes y necesidades, me ha dado pie a esbozar tres principios y cuatro corolarios en torno a las finanzas.

 

El primer principio es el de inseguridad: los directivos nunca están seguros si ganan lo adecuado. Y esto viene remachado por el segundo principio: el de la insatisfacción: las medidas de la rentabilidad que se utilizan tradicionalmente no me dan una respuesta convincente. Como consecuencia, surge el recurso a ver que hacen otros (es el corolario del benchmark estimulante); y claro, siempre hay gente que hace cosas diversas, algunas desconocidas, con lo que surge la esperanza de encontrar en ello algo nuevo. Se cae así en el otro corolario: la novedad disfrazada. ¿Sabia usted que se habló por primera vez del EVA© pero con otro nombre en 1924? ¿Y que el EBIDTA se utilizo en los 80 y luego se dejo de usar? Pero el directivo no se rinde. Llega así al tercer corolario. La confusión tranquilizante: “no lo sabría explicar, pero esta claro”.

 

Por cierto que cuando en nuestra reunión se nombraron esas medidas, algunos exaltados colegas se sorprendieron que todavía haya directivos que las utilicen aplicándolas erróneamente, sacando conclusiones equívocas y exponiéndose a efectos perversos: la cordura se recupero rápidamente cuando alguien recordó, como semejanza, que con un chuchillo no se puede escribir, aunque si rayar letras. Pensé así en el cuarto corolario: el laberinto adormecedor. (Espero que los lectores no hayan caído en él: no me ubico mucho, pero me parece bien…).

 

De regreso, pensaba en las enseñanzas de la Torre de Babel, cuando Dios, cansado finamente de la obstinación de los hombres, dijo: “confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan los unos con los otros”.

 

En finanzas hay dos objetivos y unos pocos criterios fundamentales por los que guiar las decisiones empresariales, y unas herramientas de análisis, también pocas, clásicas pero contundentes. La sencillez es un valor a rescatar.

 

Será que los expertos se hacen merecedores también del tercer principio, el de la autocomplacencia? Si los lectores lo tienen a bien, podríamos ampliar estos temas…

 

 

Fuente: Diario Gestión (22/06/10)