ALEMANIA PROPUSO FUSIONAR GALILEO CON SU RIVAL ESTADOUNIDENSE GPS
La idea era unir ambos sistemas de navegación 10 años bajo control de la
OTAN - EADS barajó vender su filial de satélites, Astrium, para
centrarse en Airbus.
Desde su primer esbozo, hace más de una década, el sistema de navegación por
satélite Galileo se ha visto inmerso en una carrera de obstáculos que parece no
tener fin. Retrasos, falta de inversión privada, continuas peticiones de más
dinero a la UE... El último tropiezo se lo ha dado con los papeles secretos del
Departamento de Estado destapados por Wikileaks, que ponen de manifiesto hasta
dónde llegan las dudas sobre el programa que pretende convertirse en la
alternativa europea al estadounidense GPS (Global Positioning System).
Galileo "derrocha el dinero para interés de los franceses", dijo un ejecutivo
De manera más o menos amistosa, EE UU ha propuesto en diversas ocasiones a
Europa que se conforme con la tecnología GPS y no gaste dinero en crear otra.
Dejando siempre, eso sí, la llave del sistema en manos estadounidenses. La
Agencia Espacial Alemana propuso de manera informal la fusión de los dos
sistemas que nacieron como rivales (Galileo y GPS) bajo el paraguas de la OTAN
durante los próximos 10 años. En una reunión en la embajada de EE UU en Berlín
celebrada en septiembre de 2009, el director del Programa para el Espacio de la
agencia alemana, Hubert Reile, planteó la necesidad de unir fuerzas aduciendo
razones técnicas. Reile aseguró que Europa se podría beneficiar de la tecnología
estadounidense en la construcción de 26 satélites de los 30 previstos. Los
alemanes ya habían propuesto una unión atlántica como forma de taponar la
sangría de dinero público que supone Galileo.
¿Qué probabilidad hay de que los europeos acepten este plan? Reile señala a la
embajada que ya se ha discutido de manera informal en la UE y que la mayoría de
países, incluida Francia, están a favor. "Cerca de la mitad accederían. Y he
oído comentarios esperanzadores de algunos de los países tradicionalmente menos
favorables, como Reino Unido", concluye. La embajada considera que la gran
prioridad alemana es "plantar la semilla" de una fusión entre Galileo y GPS.
Un año después de que esta propuesta se hiciera detrás de los focos, la Comisión
se vio obligada a anunciar el enésimo retraso en Galileo. El responsable de
Transportes, Antonio Tajani, dijo el mes pasado que el proyecto se retrasa hasta
2020 y que si se pretenden alcanzar los 30 satélites previstos, es necesaria una
inyección extra de 1.900 millones de euros.
Pero la hipotética fusión con GPS no es el único rumor que llega a Washington
sobre Galileo. La embajada de Berlín envió un cable en el que informaba de que
EADS podría abandonar el negocio de los satélites del que se encarga su filial
Astrium, para centrarse en la actividad aeronáutica de Airbus, "asediada por los
presupuestos que se disparan, los plazos que no se cumplen y la caída de pedidos
del superjumbo A-380 y el militar A-400", dice un cable confidencial de enero de
2010. El último golpe que encajó Astrium se lo propinó en enero de 2010 una
empresa de un tamaño diez veces inferior. La alemana OHB-Technology ganó un
contrato para los satélites de Galileo valorado en 850 millones de euros.
Precisamente fue el consejero delegado de OHB-System, Berry Smutny, el que en
octubre de 2009 tildó a Galileo de "un derroche del dinero de los contribuyentes
europeos defendido por los intereses de Francia". No se quedó ahí. Calificó el
proyecto Galileo era como "una idea estúpida". "Lo irónico de la inversión
alemana en Galileo es que algunos de los misiles nucleares de Francia apuntan
hacia Berlín", concluye el ejecutivo alemán en el cable confidencial. Después de
que el periódico noruego Aftenposten publicara estas declaraciones el 13 de
enero, la empresa exigió a Smutney su dimisión, pese a que él negó haber
pronunciado esas palabras. Helmut Metzner, mano derecha del ministro de
Exteriores alemán, ya tuvo que dimitir tras divulgarse que informaba a la
embajada de EE UU. Smutney se suma a la lista de víctimas de su propia
indiscreción.
Fuente: www.elpais.com