GRECIA EXIGE QUE EL 90% DE LOS
ACREEDORES PRIVADOS PARTICIPE EN EL CANJE DE DEUDA
Por Jesús Eijo Cánovas
El Gobierno griego exige la participación del 90% de sus acreedores privados en
el programa de canje de deuda que acordaron en julio los líderes de la zona euro
como parte del segundo rescate heleno. En una carta remitida ayer a los
ministros de Economía de la región, el Ejecutivo griego advierte de que "si este
umbral no se cumple, Grecia no ejecutará ninguna parte de la transacción".
Ese porcentaje equivale a una aportación de 135.000 millones de euros entre 2011
y 2020, cantidad que "no va estar muy lejos" de lo que pacte la Comisión Europea
con el sector privado, según dijo el portavoz de Asuntos Económicos y
Monetarios, Amadeu Altafaj, para quien las negociaciones "avanzan bien". A los
acreedores no les quedan, en cualquier caso, muchas alternativas a aceptar el
canje de bonos. "Si el sector tiene que elegir entre algo malo y algo peor,
elegirá algo malo", dice Nuria Álvarez, analista de Renta 4.
El segundo paquete de ayudas a Grecia está encontrando obstáculos en numerosos
frentes. Álvarez señala que Grecia "no está en condiciones de exigir", y que
cuando lo hace es porque con un canje de deuda inferior no le bastaría para
cumplir sus obligaciones. Ante esas dudas sobre su capacidad de solvencia, el
otro gran foco de las dificultades es la exigencia de garantías por parte de los
países rescatadores. Los socios comunitarios no se ponen de acuerdo sobre si
pueden exigirse o no garantías -y de qué tipo- a Grecia a cambio de los
préstamos y, en cualquier caso, rechazan pactos bilaterales como el que Atenas
suscribió con Finlandia la semana pasada.
Un grupo de trabajo del Eurogrupo se reunió ayer para buscar una fórmula que
contente a Helsinki, que demanda férreamente algún tipo de garantía, y al resto
de países que, encabezados por Alemania, rechazan cualquier pacto que no cuente
con la aprobación de todos. "Si establecen un sistema de garantías, tendrían que
ser homogéneas [no unos respaldos en títulos y otros, como el que acordó
Finlandia, en dinero], y además los importes deberían ser asumibles para
Grecia", apunta Sara Baliña, analista de AFI. Grecia, que ayer puso en duda que
el país pueda volver a crecer en 2012 como se había previsto, no está en
condiciones de ofrecer garantías demasiado exigentes.
La tercera reticencia que se plantea al rescate proviene del FMI, que se está
demorando en explicitar a cuánto ascenderá exactamente su contribución, algo que
en el primer rescate hizo rápidamente. Brasil e India han pedido a la dirección
que el montante no sea muy elevado si las dudas acerca del cumplimiento griego
persisten. Entretanto, el tiempo corre sin que la UE termine de lanzar un
mensaje de cohesión contundente, y el peligro de un nuevo contagio a otros
países de la eurozona aumenta, ya que el programa de compra de bonos españoles e
italianos del BCE, que además está causando tensiones internas, no es para
siempre.
Fuente: www.elpais.com