De cualquier manera, el euro no saldra gananado

Autor: Nicholas Hastings

 

Las posibilidades de que Mario Draghi salve al euro de un futuro de debilidad terminaron.

Cuando hable después de la reunión del jueves del Banco Central Europeo, la comunidad financiera internacional estará pendiente de cada sílaba que diga.

¿Puede el presidente del BCE finalmente, casi a último momento, preparar un programa de bonos que salve a España e Italia de una cesación de pagos de su deuda?

Si no lo hace, la comunidad inversionista internacional estará profundamente decepcionada y la moneda única caerá bajo nuevas presiones de venta mientras el futuro de la eurozona, tal como la conocemos, es puesto en duda.

Pero incluso si Draghi saca de la galera el programa de compras de bonos, la reacción del euro posiblemente no sea positiva.

Claro, indudablemente se producirá una escalada como reacción refleja si Draghi puede convencer a los mercados financieros que el BCE comprará bonos en cantidades suficientes para reducir y mantener bajos los costos de endeudamiento de Italia y España, tanto en el extremo más corto como el más largo del mercado de bonos.

No obstante, la escalada no durará mucho en tanto los mercados financieros comiencen a enfocarse en el propio BCE y, lo que es más importante, en la pérdida de influencia del Bundesbank.

Desde que se creó el BCE en 1999 para conducir la política monetaria del euro, el banco central alemán se ha esmerado en asegurar que mantenga las mismas políticas antiinflacionarias que el propio Bundesbank persiguió en algún momento de manera tan exitosa.

Al mantener la política monetaria tan restrictiva como fuera posible, el Bundesbank garantizó la entrega de estabilidad de precios y proporcionó a Alemania una moneda fuerte en la era del marco.

Las posibilidades de que Mario Draghi salve al euro de un futuro de debilidad terminaron.

Cuando hable después de la reunión del jueves del Banco Central Europeo, la comunidad financiera internacional estará pendiente de cada sílaba que diga.

¿Puede el presidente del BCE finalmente, casi a último momento, preparar un programa de bonos que salve a España e Italia de una cesación de pagos de su deuda?

Si no lo hace, la comunidad inversionista internacional estará profundamente decepcionada y la moneda única caerá bajo nuevas presiones de venta mientras el futuro de la eurozona, tal como la conocemos, es puesto en duda.

Pero incluso si Draghi saca de la galera el programa de compras de bonos, la reacción del euro posiblemente no sea positiva.

Claro, indudablemente se producirá una escalada como reacción refleja si Draghi puede convencer a los mercados financieros que el BCE comprará bonos en cantidades suficientes para reducir y mantener bajos los costos de endeudamiento de Italia y España, tanto en el extremo más corto como el más largo del mercado de bonos.

No obstante, la escalada no durará mucho en tanto los mercados financieros comiencen a enfocarse en el propio BCE y, lo que es más importante, en la pérdida de influencia del Bundesbank.

Desde que se creó el BCE en 1999 para conducir la política monetaria del euro, el banco central alemán se ha esmerado en asegurar que mantenga las mismas políticas antiinflacionarias que el propio Bundesbank persiguió en algún momento de manera tan exitosa.

Al mantener la política monetaria tan restrictiva como fuera posible, el Bundesbank garantizó la entrega de estabilidad de precios y proporcionó a Alemania una moneda fuerte en la era del marco.


Fuente: The wall street journal americas (Setiembre 2012)