BERLÍN Y LA UE PELEAN POR TOPE A EMISIONES


Por Enrique F. Molinero

BERLÍN.- Europa vivió ayer una de las jornadas más erráticas de su breve historia comunitaria, que revivió los viejos fantasmas que llevaron destrucción y guerra al continente en el pasado, cuando la Comisión Europea dio a conocer un plan destinado a disminuir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de los automóviles.

La medida aprobada por Bruselas propone a los países miembros un mecanismo flexible para lograr que los coches nuevos emitan una media de 120 gramos de CO2 por kilómetro en el año 2012. A partir de ese año, la Comisión impondrá multas a los fabricantes cuyas flotas de vehículos emitan en promedio más del límite acordado ayer en Bruselas.

“El plan envía una fuerte señal al mundo sobre la determinación de la Unión Europea para tomar medidas eficaces contra el cambio climático”, dijo el comisario de Medio Ambiente de la UE, Stavros Dimas, durante una rueda de prensa.

Pero la medida fue recibida en Berlín como una inédita declaración de guerra de Bruselas contra Alemania y, en especial, contra la poderosa industria automotriz germana, que luce con orgullo marcas tan emblemáticas como Porsche, VW, Mercedes Benz, AUDI y BMW.

La canciller alemana, Angela Merkel, que fue aclamada hace tan sólo nueve meses en Bruselas por su exitosa gestión, que hizo posible que la UE se convirtiera en el líder mundial en la lucha contra el cambio climático, se despojó de su disfraz de paloma y envió desde Berlín una severa advertencia a Bruselas.

“Se trata de una política industrial que perjudica a Alemania y no estamos satisfechos del resultado. No podemos estar de acuerdo con ese plan”, dijo la canciller. El portavoz del gobierno federal, Thomas Steg, en cambio, se atrevió a calificar el proyecto de Bruselas como “totalmente inapropiado” y “desequilibrado”.

“Defenderemos nuestras posiciones de manera intensa para impedir esas propuestas, porque la propuesta impide la innovación de la industria automotriz. Amenaza el empleo y no representa un instrumento eficaz en materia de protección climática”, añadió Steg.

La inquietud de Berlín es justificada. El plan de Bruselas establece un periodo de multas aplicadas escalonadamente a partir de 2012. Las multas comenzarán a partir de 20 euros por coche nuevo por cada gramo excedido por kilómetro de media sobre toda la flota y se elevarán hasta 95 euros por g/km en 2015.

Pero una tabla dada a conocer por la Comisión Europea dejó al desnudo que Peugeot, Renault y Fiat serán las firmas que menos recortes tendrán que hacer para cumplir con los objetivos, mientras que las más afectadas por el plan dado a conocer por el comisario Stavros Dimas, serán BMW, Mercedes Benz, Porsche y AUDI.

“La propuesta de la Comisión no tiene nada que ver con protección del medio ambiente, sino que es una guerra de competición contra la industria automotriz germana”, denunció el ministro alemán de Medio Ambiente, el socialdemócrata Sigmar Gabriel. “La propuesta favorece a la industria italiana y francesa”, añadió.

Su colega de Economía, el democristiano de Baviera Michael Glos, fue un poco más lejos y comparó el plan de Bruselas con una “campaña de aniquilamiento” de la industria automotriz germana. “A causa de las multas están en peligro miles de puestos de trabajo en Alemania y eso tenemos que impedirlo”, dijo el ministro Glos.

Fuente: El Universal

 

20/12/2007