LO QUE HOLANDA PUEDE ENSEÑARNOS ACERCA DEL MANEJO DEL AGUA

 

 

Henk Ovink, embajador del Agua de los Países Bajos y experto mundial en gestión hídrica, visitó el Perú la semana pasada.

 

El Gobierno de Países Bajos lo presenta como su máxima autoridad en temas de agua. Varias publicaciones extranjeras dicen que es una especie de ‘rockstar’ de la adaptación ante el cambio climático. Con 49 años, Henk Ovink pasa la mayor parte de su tiempo viajando por el mundo y difundiendo las bondades del modelo holandés en el manejo de recursos hídricos. La semana pasada fue el turno del Perú, país que visita por segunda vez.

Ovink se reunió con el presidente Pedro Pablo Kuczynski y con el director ejecutivo de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, Pablo de la Flor. En la charla no solo se habló de ingeniería o construcción de diques. Cuando Ovink expone su visión sobre el manejo integral del agua, prefiere hablar de cambio cultural, colaboración y resiliencia.

No. No es un optimista a ultranza ni un motivador espiritual. El enfoque de Ovink –una postura heredada de la experiencia de los Países Bajos en la gestión de caudales de ríos, tormentas y mareas– se centra en la eficiencia y la economía de recursos. “Los Países Bajos se construyeron bajo dos principios: seguridad y calidad. Ese es el núcleo de nuestra sociedad, así es como desarrollamos nuestras ciudades”, dice Ovink. Esas son las ideas que su nación busca exportar hoy.

Una cultura del agua

Para entender el vínculo entre Holanda y el agua, hay que tener en cuenta esto: antes de que los Países Bajos fueran un reino, ellos ya tenían autoridades administrativas del agua. Estos organismos –que recaudaban impuestos– surgieron desde el siglo XI y se encargaban de prevenir las inundaciones y gestionar el complejo sistema de canales, barreras y represas que se construyó paulatinamente en ese país.

“Hasta hoy existen estas autoridades. El agua no es solo parte de nuestra economía, es una forma de gobierno”, dice Ovink. Debido a esta vocación, hoy el 75% del comercio acuático de Europa está en manos holandesas y sus puertos están entre los más modernos del mundo.

Ahora bien, como cualquier nación de orientación fluvial y marítima, los Países Bajos (ubicados en un delta) son especialmente vulnerables a la naturaleza. En 1953, una gran inundación acabó con la vida de casi 2 mil personas y dejó severos daños materiales tanto en Holanda como en Bélgica e Inglaterra.

“Fue devastador, no esperábamos ser golpeados de esa manera. La inundación de 1953 nos recordó que también éramos vulnerables y esa vulnerabilidad se convirtió en la base de una cultura que convive con el agua. Empezamos a prepararnos para el futuro, no para el pasado”, dice Henk Ovink.

La respuesta de los Países Bajos a la inundación del 53 fue el Plan Delta, un conjunto de obras que buscaban proteger a la nación ante nuevos desastres. En los primeros años, explica Ovink, se hicieron grandes trabajos de infraestructura como represas o diques. No obstante, esta orientación se adaptó luego a la dinámica flexible del mar y la naturaleza.

Una de las últimas obras Delta –la barrera de Maeslant (1997)– es una megaestructura similar a una esclusa que está abierta al océano todo el año, salvo cuando hay tormentas. “Así encontramos una forma dinámica de protegernos, construimos de la mano con el ambiente”, dice el especialista holandés.

 

Respetar al río

Aunque Henk Ovink reconoce que las condiciones económicas y sociales son radicalmente distintas en el Perú, afirma que el enfoque de administrar el agua con inteligencia ambiental puede ser extendido aquí. “Esto implica respetar los ríos, devolverles su capacidad. Nadie es dueño del río, salvo el río. Si aprenden eso, habrá prosperidad y calidad de vida”, dice.

Una experiencia que puede inspirar al Perú, según Ovink, es el programa Espacio para el Río (Room for the River) que promueve el Gobierno Holandés. Este busca ampliar la capacidad hídrica de los ríos holandeses para afrontar mejor las crecidas en más de 30 lugares.

Restaurar la capacidad de los ríos implica realizar obras de ingeniería. No obstante, lo crucial para Ovink es el trabajo de coordinación con municipios y comunidades para reinstalar en espacios seguros a familias que vivieron por años cerca del río y que no siempre quieren dejar sus lugares de origen.

“Trabajar juntos [Estado y sociedad] nunca es fácil. No lo es ni en el Perú ni en Países Bajos ni en Bangladesh. Trabajar juntos requiere el liderazgo de todos, de eso se trata la colaboración”, explica Ovink. El desastre causado por El Niño costero en el país este año expuso nuestras debilidades y eso es algo que debemos aprovechar mediante un nuevo diseño urbano, dice el especialista.

Henk Ovink da por sentado que el Perú cometerá errores en esta reconstrucción. Eso, dice, es natural en un proceso de aprendizaje. Por ello, recalca, la transparencia del Gobierno será crucial para percatarnos de qué pie cojeamos.

Trayectoria

Henk Ovink ha sido subdirector general de Planificación Espacial y Asuntos del Agua del Ministerio de Infraestructura y Medio Ambiente de los Países Bajos y director de Desarrollo Espacial Nacional. Asesor del gobierno federal de EE.UU. para la reconstrucción posterior al huracán Sandy.


Fuente: El Comercio(29 de Mayo del 2017)