PAJITA: EL ACCESORIO INÚTIL QUE PROVOCA TERRIBLES HERIDAS A LAS TORTUGAS MARINAS

 

Pajitas utilizadas diariamente en todo el mundo: 1.000 millones


De todos los objetos de los que vamos a hablar en esta serie de reportajes sobre el plástico, las pajitas, también conocidas como cañitas o popotes, son uno de los utensilios más inútiles. Sin ellas, nuestra vida no conocería perjuicio alguno, pero aún así siguen siendo un producto de consumo y desperdicio en masa.

Su mayor problema es que una vez desechados pueden ocasionar problemas graves para el medio ambiente, especialmente en los ecosistemas marinos, por lo que vale la pena hacer un examen de conciencia y pensar si realmente las necesitamos. De cualquier modo, si la respuesta sigue siendo afirmativa, existen alternativas muy viables.

En 2015 daba la vuelta al mundo el vídeo de una tortuga hallada en las aguas de Costa Rica con una pajita de plástico incrustada en su nariz, impidiéndole respirar con normalidad.

Es sin duda la viva imagen del peligro que supone este objeto aparentemente inofensivo cuando llega al mar. Al ser pequeñas y fácilmente arrastradas por el viento no es necesario que caigan desde los barcos o que sean desechadas en la arena de la playa para que terminen llegando al océano.

Esto es algo realmente preocupante, si se tiene en cuenta que, según la organización Seas at Risk, cada año se utilizan en la Unión Europea 36.500 millones de pajitas. Los lugares en los que más habitualmente se dispensan son los restaurantes de comida rápida, como Mc Donalds, que reparte unos 60 millones de cañitas diarias en sus locales de todo el mundo. Tal es el problema que la propia cadena ya ha eliminado estos productos de plástico en sus restaurantes británicos, pero aún queda mucho por hacer.
Otros países, como la propia España ya han tomado cartas en el asunto, con las reformas legislativas de la Comisión de Medio Ambiente del Congreso, que proponen la prohibición de la venta de éste y otros productos de plástico de cara a 2020. Para entonces, sólo podrían venderse utensilios elaborados con un 50% de materiales biodegradables, ascendiendo este porcentaje a un 60% para 2025.

Iniciativas comunitarias

Afortunadamente, cada vez son más las personas concienciadas sobre el tema que promueven campañas informativas. Por ejemplo, estudiantes de San Anselmo, en California, comenzaron en 2016 la iniciativa 'There is no away', que anima a otros estudiantes de secundaria a acudir a restaurantes locales para solicitar que sólo sirvan pajitas a los clientes que las pidan expresamente.

No son los primeros estudiantes en llevar a cabo un proyecto similar. Cinco años antes Milo Cress, un niño estadounidense de nueve años, comenzó el movimiento 'Be Straw Free', con el que pretendía concienciar al resto de ciudadanos sobre el mal uso de estos utensilios.
Y también en Reino Unido se unieron al movimiento con 'StrawWars', una campaña que incluso contiene un directorio en el que se enumeran los bares del país en los que ya no se sirven pajitas.

Alternativas:

Aunque la mayoría de personas no tienen la necesidad de beber con pajita, sí que es cierto que algunos pacientes con problemas para la masticaciónsólo pueden alimentarse a través de ellas.

También suelen recomendarse para ingerir alimentos líquidos después del uso de anestesia local en la boca. Incluso algunos profesionales las recomiendan para beber líquidos muy fríos en verano sin que dañen el esmalte de los dientes. De cualquier modo, si se da uno de estos casos, existe la posibilidad de utilizar alternativas menos perjudiciales para el medio ambiente.

Un gran ejemplo es el de las pajitas de papel, aunque a veces resulta complicado beber con ellas, por su tendencia a deshacerse o doblarse. También son comunes las alternativas de bambú. Pero sin duda, una de las más curiosas y ecológicas es la iniciativa de Strawbystraw, una empresa holandesa que comercializa cañas vegetales reales adaptadas para su uso como pajitas.

Son resistentes, no dejan residuos en la bebida y, al ser 100% vegetales, se degradan rápidamente una vez desechadas. Sin duda se trata de una alternativa muy interesante. ¿Quién sabe? Quizás en un futuro todos beberemos en ellas.


Fuente: El Español, 08 de mayo del 2018.