Uno de los objetivos que debe cumplirse en menos de 15 años es reducir la canidad de muertes por la contaminación del aire, agua y suelo.

 

¿QUÉ CALIDAD DE AIRE RESPIRAMOS EN EL FUTURO?

 

 

Si respirar hondo es una forma de oxigenar el organismo, en nuestro país parecería más sano taparse la nariz: según la Organización Mundial de la Salud (OMS) tenemos el aire más contaminado del continente, justo después de Guatemala y Surinam. No sorprende entonces que el Ministerio de Salud, en su informe del 2018 sobre las causas de mortalidad, coloque en primer lugar a las infecciones respiratorias agudas y a las enfrmedades cerebrovasculares.

En Lima, la principal causa de contaminación es el uso de combustibles como el diésel y la gasolina, que emiten dióxido de azufre, monóxido de carbono, entre otros elementos nocivos que se concentran en el aire. La inhalación de partículas del tamañano de 2,5 micras (más pequeñas que el diámetro de un cabello) provoca además enfermedades cardiovasculares, cáncer pulmonar e incluso muertes prematuras. ¿Qué acciones deben tomar para que el futuro no sea un paisaje nebuloso?

Uno de los objetivos al 2030 para la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es reducir el número de muertes y enfermedades causadas por productos químicos y por la polución del aire, el agua y el suelo.

En nuestra capital, los combustibles más perjudiciales provienen del transporte urbano, seguido del parque industrial y del sector comercial.

En ese sentido, una medida urgente es cambiar el transporte público al gas antural, el combustible menos nocivo de todos. A sí lo ha establecido el Índice de Nocividad de Combustibles, emitido por el Ministerio del Ambiente, a partir del cual se espera que los combustibles más contaminantes paguen más impuestos y lo más limpios, menos.

Peo no solo se debe convertir los vehículos de gasolina a GNV, sino sobre todo adquirirlos de fábrica con este combustible.

Lo mismo con los autos híbridos, que mezclan motores a combustión con impulsores eléctricos. El aire dejaría de ser una amenaza si reducimos su principal agente de contaminación, y el gas natural, a pesar de ser un combustible de transición, resulta por ahora la manera más efectiva de lograrlo.



Publicado por: Gestión, 09 de mayo del 2019.