EL RETORNO A LA CONTAMINACIÓN AMBIENTAL

 

 

El estado de emergencia y las medidas de aislamiento social, acompañadas con restricciones de movilidad desde el 16 de marzo, permitieron que, durante los dos primeros meses, los índices de contaminación se redujeran hasta niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en nuestra capital. Esto, sin duda, debido a la reducción de vehículos a combustión y a la paralización, en gran medida, del sector industrial.

Sin embargo, con el reinicio progresivo de las actividades cotidianas y la reactivación de sectores estratégicos, estos niveles iniciaron su ascenso hacia fines de mayo. Tan es así que, al término de la segunda semana de junio, se podría decir que la contaminación ha igualado a la que teníamos en Febrero.

Ello según las imágenes satelitales de la Agencia Espacial Europea (ESA), que evidencian la cantidad de dióxido de nitrógeno en la troposfera en Lima, el cual ha vuelto a los niveles que tenía antes de que se declarase el estado de emergencia y la cuarentena por el nuevo coronavirus en el Perú, el covid-19.

Era de esperarse, ya que nuestra contaminación ambiental es un problema de fondo. Por un lado, en el Perú, solo el 5% de la matriz energética procede de una fuente de energía solar o eólica, y aunque, en adición, el 47% proviene de una fuente de energía limpia (hídrica), sigue siendo muy elevado ese 48% proveniente de la energía térmica, pues resulta la más contaminante, al producir partículas de dióxido de azufre y nitrógeno que afectan la calidad del aire a través de la quema de combustibles fósiles como gas, petróleo y diésel.

Por otro lado, es necesario que nuestro parque automotor contribuye de manera significativa a la contaminación ambiental. Para contrarrestar esta problemática nacional, en nuestro país se han empezado a implementar algunas acciones con el fin de transformarlo hacia una electromovilidad, iniciativa que está funcionando muy bien en países desarrollados; sin embargo, aún hay muchas políticas e incentivos que debe desarrollar el Gobierno para acelerar este proceso.

Por lo pronto, se estima que para el 2030 no menos de 150,000 vehículos eléctricos circularan por las calles de Lima, lo que representaría un 6% del parque automotor. Aun así, la transformación de este sector debe ir de la mano del crecimiento de la generación eléctrica proveniente de fuentes de energías limpias y de la implementación de la infraestructura necesaria para soportar de manera eficiente esta demanda.

 

 

 


Publicado por: Gestión, 22 de Junio del 2020.

 

 

 

 

 

¿SON LOS GUANTES Y MASCARILLAS IGUAL DE PELIGROSOS QUE LAS BOLSAS DE PLÁSTICO PARA EL MEDIOAMBIENTE?

 

 

Durante la pandemia del nuevo coronavirus se están fabricando millones de mascarillas, guantes, lentes y otros equipos de bioseguridad como nunca en la historia. Sin embargo, esta enorme producción podría ser contraproducente para el medio ambiente si la población y las autoridades no mejoran la gestión de estos residuos.

Hay que tener en cuenta que los equipos de bioseguridad (mascarillas, guantes), están hechos, en un 99 %, de material polímero artificial, y, por ende, al igual que las bolsas de plástico, no son biodegradables, lo cual podría ocasionar un grave daño al medio ambiente pensando en el futuro.

El Ministerio del Ambiente informó a La República que, durante los meses de emergencia sanitaria, “se han identificado algunas consecuencias que perjudican al medio ambiente. Una de las más latentes es la contaminación por los residuos, producto del uso de equipos de protección como mascarillas, guantes, entre otros”.

Según el Minam, el principal problema radica en la amenaza que estos desechos originan en el ecosistema marino costero, ya que es en el océano donde terminan los residuos utilizados en las ciudades.

“Ello se ha visto incrementado a raíz del aumento de uso de plásticos con fines sanitarios (mascarillas, guantes, entre otros EPP) a raíz del COVID-19, lo que trae consecuencias negativas en la flora y fauna silvestre en el medio acuático principalmente”, detallaron.

Está el caso de las pequeñas islas deshabitadas del archipiélago de Soko (Hong Kong), lugar en donde la organización Oceans Asia encontró miles de mascarillas usadas, y a la que se les atribuye un uso en los últimos meses, es decir, en medio de la emergencia sanitaria.

Asimismo, la organización francesa Operación Mar Limpio viene mostrando cómo ha aumentado la aparición de mascarillas y guantes de látex en el fondo del Mar Mediterráneo, específicamente en la Costa Azul.

¿Cuál es la causa de contaminación de equipos de bioseguridad?

Para el Ministerio del Ambiente, el problema de la contaminación ambiental de estos equipos radica en la “inadecuada disposición de los residuos sólidos”

“El problema del plástico de un solo uso (usar y tirar) radica en la inadecuada gestión y manejo de los residuos sólidos, lo cual genera un coste ambiental, dado que en la mayoría de los casos son dispuestos inadecuadamente en cuerpos de agua (playas, ríos, mares, entre otros) o ecosistemas terrestres”, informó el Minam.

La entidad señala que las personas no están desechando adecuadamente estos equipos luego de utilizarlos y mucho menos están siguiendo los procesos de desinfección indicados por la autoridad sanitaria.

“La utilización de los equipos de protección personal requiere de concientización de cada uno de los individuos, y no solo por su empleo sino también de poder depositarlos en el lugar más adecuado una vez que sean desechados. En tal sentido, se debe aplicar el enfoque de prevenir la generación de estos residuos o minimización”, indicaron.

¿Cómo y donde se deben desechar las mascarillas y guantes descartables?

Según la disposición establecida en el RM N° 099-2020-MINAM, donde se detalla las medidas adecuadas para el manejo de residuos sólidos durante la emergencia sanitaria por COVID-19, se recomienda lo siguiente:

“Las mascarillas y guantes descartables utilizados como barrera sanitaria por las personas, deben ser retirados con cuidado luego de su uso. En el caso de las mascarillas, estas deben doblarse a la mitad de modo que las gotas generadas de la nariz y boca no queden expuestas; luego, se deben romper las tiras, lazos o bandas (para evitar su reúso). Tanto las mascarillas como los guantes deben disponerse en una bolsa plástica que debe ser amarrada con doble nudo y, en la medida de lo posible, se le debe rociar una solución de hipoclorito de sodio (lejía) al 0,5 % de dilución o según las indicaciones de desinfección del etiquetado del producto, para su posterior disposición final en el contenedor de residuos sólidos más cercano y su entrega posterior al servicio municipal. Por ningún motivo se deberán disponer estos materiales en la vía pública, ni abrir las bolsas.”

Recomendaciones para evitar la contaminación

Para reducir el consumo de mascarillas desechables, se aconseja el uso de las mascarillas reutilizables. En marzo de este año el Gobierno publicó la resolución ministerial N° 135-2020-MINSA que establece las disposiciones técnicas para la fabricación de mascarillas faciales textiles de uso comunitario, que garantice el cumplimiento de las medidas sanitarias.

Limitar el empleo de guantes para actividades indispensables, como las atenciones médicas. Para la ciudadanía, lo importante es incidir en medidas de higiene, como el lavado constante de manos, en lugar de optar por el uso de guantes desechables.

Usar guantes en otras situaciones, como empujar un carrito de compras o usar un cajero automático, no necesariamente protege del COVID-19 y puede provocar la propagación del virus. La mejor forma de protegerse al realizar trámites o compras es lavarse las manos con agua y jabón por al menos 20 segundos, o usar desinfectante de manos con al menos un 60 % de alcohol.

 

 


Publicado por: La República, 08 de Julio del 2020.