El diseño de rayas de colores que va desde tonos azules hasta rojos se convirtió en una herramienta visual clave para representar el calentamiento global, mostrando cómo el aumento de gases de efecto invernadero ha hecho que la temperatura global se eleve progresivamente. Esta imagen, conocida como las "rayas del calentamiento", se popularizó rápidamente y fue adoptada por activistas de todo el mundo, apareciendo incluso en portadas de libros y medios internacionales. Sin embargo, a pesar de su impacto en la sensibilización sobre el cambio climático, las temperaturas globales siguieron aumentando. En 2024, la gráfica tuvo que ser actualizada con colores más oscuros en ambos extremos debido a los récords de calor alcanzados en 2023 y 2024, lo que reflejó la gravedad creciente del problema.
La idea de estas franjas surgió en 2017 cuando Ellie Highwood, una física climática de la Universidad de Reading en el Reino Unido, creó una manta tejida basada en datos de temperatura global anual, usando un patrón de colores en lugar de gráficos tradicionales. Este enfoque visual fue innovador, ya que evitaba el uso de números o textos y hacía que la información fuera más accesible para el público. La versión digital de esta idea fue desarrollada posteriormente por Ed Hawkins, también científico climático de la misma universidad, quien simplificó la gama de colores a azules y rojos, asociados con las variaciones de temperatura en los mapas meteorológicos. Esta representación gráfica se viralizó, captando la atención de diversas audiencias.
El éxito de las franjas se debe en gran parte a su simplicidad y atractivo visual, lo que facilita interpretar el mensaje de que la temperatura global está aumentando. Además, su versatilidad permitió que fueran reproducidas en distintos formatos, como tejidos, impresiones o gráficos digitales, conectando emocionalmente con el público. Sin embargo, algunos científicos criticaron la falta de detalles numéricos en la gráfica, aunque se reconoce que no existe una única forma de presentar esta información de manera clara y comprensible para todos.
El estilo de comunicación visual de las franjas se extendió a la representación de otras crisis ambientales, como la pérdida de biodiversidad o la calidad del aire, usando diferentes combinaciones de colores. Estas adaptaciones demuestran la efectividad del formato para captar la atención y generar conciencia sobre diversos problemas globales.
Las rayas climáticas han trascendido el ámbito científico, siendo adoptadas en eventos públicos, campañas políticas y proyectos artísticos. Desde la mascarilla usada por el presidente chileno Gabriel Boric en 2021 hasta la decoración de transportes públicos y edificios emblemáticos, estas franjas se han convertido en un símbolo poderoso del cambio climático. También han sido parte de iniciativas como la expedición Northwest Passage Ocean Science, donde un velero decorado con estas rayas navegó el Ártico para evidenciar el derretimiento acelerado del hielo marino.
Aunque las franjas climáticas no resuelven directamente el problema del calentamiento global, han abierto conversaciones esenciales sobre la crisis climática. Como destaca Amanda Makulec, estas visualizaciones han logrado despolitizar el tema al crear un punto de partida accesible para el diálogo, promoviendo la conciencia y el reconocimiento de la urgencia del problema ambiental.
Fuente: El País.- pag.6, 10 de enero del 2025.