La política energética que necesitamos los peruanos

 

Por  Fernán Muñoz Rodríguez


Un importante proyecto ha empezado a circular entre diversos actores que intervienen en el mercado energético peruano, enviado por el Acuerdo Nacional, que lleva como título Propuesta de Política Energética de Estado Perú 2010-2040, solicitando los aportes de la sociedad peruana para el enriquecimiento de la iniciativa.

El documento indica la necesidad de optimizar el uso de las fuentes de energía de bajas emisiones de carbono como la hidroeléctrica, las fuentes renovables no convencionales, las reservas de uranio, gas natural y los bioenergéticos en una perspectiva de largo plazo.

Además, argumenta que los nuevos desafíos planteados para el Perú conllevan a proponer una política de Estado en el campo energético que sirva de guía para garantizar el abastecimiento del consumo en un marco de desarrollo sostenible.

Hasta aquí todo bien, pero dicha propuesta energética, resumida en nueve Objetivos de Política y formulada por el Ministerio de Energía y Minas, a través de su Viceministerio de Energía, en ciertos puntos necesita ser más clara y, más aún, sustentarse en una visión futurista técnica.

Revisándola, observamos diversos olvidos, destacando, por ejemplo, el Objetivo 7, en el que no hay ningún aspecto en relación al uso del gas natural doméstico, es decir, el combustible que diariamente emplean miles de hogares peruanos, por lo cual es válido preguntarse ¿Y qué pasa con el contrato entre la empresa Cálidda y el Gobierno para distribuir este gas en Lima? Tampoco se visualiza cuánto podríamos generar con micro o pico centrales hidráulicas que podrían dar soporte a muchos pueblos a lo largo de los ríos que posee nuestro generoso territorio nacional. Considero que antes de dar a conocer las políticas de Estado, es imprescindible evaluar acerca del país que los peruanos deseamos. ¿Y cómo logramos tener en la actualidad esta visión futurista?, pues aplicando diferentes estudios, uno de ellos, el plan estratégico.

El tema energético, trascendental por supuesto para nuestro país, requiere de un plan concertado; para ello, primero es necesario elaborar el Plan, luego definir los lineamientos y, finalmente, trazar las políticas de Estado. Esta es una secuencia técnica, profesional y seria.

Quienes de una u otra manera nos encontramos inmersos en la política energética estamos dispuestos a dar nuestros aportes de manera concertada porque finalmente tenemos la misma aspiración que todos los peruanos: contar con una energía eficiente, confiable y de calidad a precios razonables. Y, por supuesto, usando nuestros recursos no renovables y, en lo posible, dándoles el mayor valor agregado.