Perú entre los países con buen ambiente en seguridad alimentaria
Perú se encuentra en el puesto 48, con un buen ambiente en seguridad alimentaria, de 105 países evaluados en el estudio Global Food Security Index (GFSI) 2012, publicado por la Economist Intelligence Unit (EIU) de The Economist.
Entre los países de América Latina y el Caribe, Perú ocupa el noveno lugar de una lista de 19, liderada por Chile, México y Brasil.
La investigación toma como base la definición empleada en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (1996) y tres dimensiones aceptadas internacionalmente: asequibilidad, disponibilidad y, calidad y seguridad.
Cada una de las tres categorías del GFSI emplea una serie de indicadores que permiten evaluar los programas, políticas o prácticas que aplica cada país, y medir su impacto en la seguridad alimentaria.
Perú logra la mejor ubicación en la dimensión asequibilidad (46), pero se posiciona más abajo en disponibilidad (55), y calidad y seguridad (53).
El estudio también señala que las principales fortalezas de Perú radican en los bajos aranceles a productos agrícolas y la poca volatilidad de la producción agrícola.
De otro lado, los principales retos del país sonincrementar el gasto público en investigación y desarrollo y la suficiencia de la oferta de alimentos.
Publicado por Diario PERU 21 (03 de Setiembre del 2012)
- GESTIÓN. INICIAN PLAN PARA RECUPERAR ACUÍFEROS DE LANCHAS, VILLACURÍ E ICA
Hoy por hoy, nadie discute que Ica es uno de los líderes nacionales en agroexportaciones. El Valor Agregado Bruto (VAB) de la región –sustentado principalmente en su agricultura– llegó a 5,958 millones de nuevos soles en 2010. Además, es una de las pocas zonas del país con pleno empleo.
Esa condición de liderazgo, sin embargo, podría estar en riesgo en el mediano plazo si continúa la sobreexplotación de los recursos hídricos de la región, advierte el jefe institucional de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), Hugo Jara Facundo.
Junto con Lambayeque y Tacna, Ica enfrenta señales de "estrés hídrico severo", situación caracterizada por una demanda de agua creciente –para fines agrícolas, industriales, mineros y de consumo humano directo– que supera largamente la oferta compuesta por aguas superficiales y subterráneas.
Recurso escaso
Solo en el valle de Ica, un total de 16,740 hectáreas en Pueblo Nuevo, Tate, Parcona, Los Aquijes, La Tinguiña, Santiago y otros sectores dependen de las aguas subterráneas para garantizar el éxito de la campaña agrícola.
En general, en los acuíferos de Pampa Lanchas, Villacurí e Ica, el agua de pozo es la única alternativa frente a la escasez del llamado "líquido elemento". De hecho, los pozos en sí mismos no serían un problema si no fuera porque han proliferado en las tres zonas en mención, al punto de poner en riesgo las reservas de agua subterránea y, de paso, comprometer el futuro sostenible de la agricultura.
En la provincia de Ica, el año pasado se cultivaron 10,400 hectáreas de espárrago, además de 5,082 hectáreas de vid y 2,000 de páprika, de acuerdo con información de la ANA. Toda esta producción depende en parte de las reservas subterráneas.
En Ica, por ejemplo, operan 864 pozos, de los cuales solo 249 tienen licencia para funcionar. Los pozos sin licencia son 615, con un nivel de informalidad que alcanza el 71 %. Entre tanto, en el acuífero de Villacurí los pozos sin licencia suman 321, y en Lanchas, 373.
Impacto futuro
Toda esta informalidad tendrá un impacto en el mediano plazo, asegura Jara Facundo. "Están sacando tanta agua del acuífero que la napa freática desciende a una velocidad de hasta 1.84 metros por año, cuando lo natural es que baje a razón de un metro cada diez años."
Cuál será la consecuencia de esta sobreexplotación? Simple: los pozos tendrán que ser cada vez más profundos y, en algunos años, llegarán a las capas de acuífero saturado, donde el agua es altamente salinizada. "El agua salada no es apta para cultivos sensibles como el palto y el tomate", explica el ingeniero Francisco Dumler, secretario general de la ANA.
En Pueblo Nuevo, por ejemplo, los pozos comenzarán a secarse en cinco años. Y en Santiago, no durarán más de seis. "Además de la significativa disminución del caudal de los pozos y de los índices de salinidad, se incrementarán los costos de bombeo, disminuyendo la competitividad de la agroexportación en Ica", explica la institución.
El problema de la sobreexplotación del acuífero tiene diversas dimensiones. Desde el punto de vista legal, por ejemplo, las infracciones en el uso del agua pueden sancionarse, según su gravedad, con multas que van desde 0.5 hasta 10,000 UIT.
Lo importante es que los agricultores de Ica, grandes y pequeños, comprendan que continuar con este ritmo de explotación del acuífero terminará por afectarlos a ellos mismos, afirma el ingeniero Dumler. Es momento de que entiendan el sentido de un antiguo refrán popular: Hay que guardar pan para mayo.
Publicado por Diario El Peruano (13 de Setiembre del 2012)