Problemática del agua potable y alcantarillado

 

AUTOR: CARLOS MIRANDA V.

 

Actualmente existe un ordenamiento legal que no permite una política adecuada por parte del Gobierno en el sector saneamiento (agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas servidas). La calidad del servicio es dispar en volumen, presión, continuidad y pureza del agua. El efecto se da a través de la producción de las distintas industrias, donde los servicios de saneamiento son insumos esenciales, y directamente a través de los hogares de todo el país.
La carencia de agua perjudica considerablemente la salud de la población, lo que, a su vez, según la evidencia internacional, perjudica la acumulación de capital humano de los individuos, lo que implica menor productividad y nivel de producción. A nivel nacional, en el 2012, la cobertura del servicio de agua potable y alcantarillado fue 88.5% y 80.2%, y el tratamiento de aguas servidas solo 32.7%. Con un 39% de agua no facturada y un 61.3% de micromedición. Sin embargo, el indicador de cobertura puede resultar engañoso, ya que no toma en cuenta la calidad del servicio expresado, por ejemplo, en la continuidad del servicio. Sunass estableció una metodología de calificación del desempeño de las distintas EPS, con indicadores como tratamiento de aguas residuales, cobertura, agua no facturada, micromedición, satisfacción del cliente, gestión del riesgo de desastres, entre otros. Este indicador muestra un deterioro para el total de las EPS en el 2012.


La producción no facturada pone a las empresas en serio riesgo de sostenibilidad financiera. De hecho, al 2011, el ROE de las distintas empresas es negativo en EPS medianas (-17.4%) y pequeñas (-2.8%) y alcanza valores extremos en Puno. De hecho, tener un ROE positivo es la excepción. En lo que se refiere a Sedapal, en el 2011 alcanzó una rentabilidad de solo 1.5%. Esto se ve agravado por el reducido margen operativo que tienen (6.3%, en promedio, en el 2011) y un nivel de endeudamiento que compromete 97% del patrimonio en deudas a corto y largo plazo

Existen cuatro problemas en el sector:

a) la asignación no clara y transparente de los recursos del Estado;

b) el desbalance entre producción y volumen de agua facturada, incluyendo la falta de micromedición, con sus consecuencias en la situación financiera de las EPS;

c) los tamaños de los mercados atendidos por las EPS y

d) avance incipiente en el tratamiento de las aguas servidas.


Fuente: Diario Gestión (13 de Marzo de 2013)