La revoluciòn del Shale Gas

 

POR: JAVIER TABATA

La historia del shale gas se remonta a finales de los 90, cuando un petrolero texano de nombre George Mitchell, desarrolló una forma rentable de extraer el gas no convencional por medio de la fractura hidráulica. Hasta la fecha, se han perforado más de 20 mil pozos en los Estados Unidos, logrando reservas por 100 años. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), Estados Unidos alcanzará una producción de 9 MM barriles/día en el 2018, dejando de depender de las importaciones de la OPEP.

Esta revolución conocida como shale boom ha generado un incremento significativo en la producción de gas y un importante cambio en la matriz energética en los Estados Unidos, reduciendo el costo del gas en una cuarta parte en los últimos cinco años. Esto ha generado el resurgimiento de la industria química y manufacturera norteamericana, con inversiones que superan los US$ 90 Bn, incluyendo la construcción de grandes complejos petroquímicos.

Algunos países europeos han tratado de replicar la misma tecnología sin resultados positivos. Los esfuerzos de explotación en Polonia en los últimos años no han sido exitosos, y países como Francia, Holanda y Bulgaria han prohibido su aplicación por temas medioambientales y sus políticas de energías renovables. Según la consultora Wood Mackenzie, el costo de extracción del shale gas en Europa es el doble que en los Estados Unidos, optando países como Inglaterra por la importación.

El shale gas también tiene sus detractores, especialmente los grupos medioambientalistas, por el alto consumo de agua que requiere para su extracción, y la potencial contaminación de los acuíferos con el metano. Sin embargo, el IEA estima que el sobrecosto de protección de los pozos para evitar contaminaciones es de alrededor del 7% del costo total de explotación.

La mayor preocupación por el desarrollo del shale gas proviene de las sectores tradicionales de energía como el carbón y la nuclear, que han perdido competitividad. Sin embargo, la noticia más relevante en mayo último fue la aprobación de la administración del presidente Obama de la ley que permite la exportación del gas. Esta decisión ha generado inquietud entre los ministros de la OPEP en su última reunión de Viena, y podría tener importantes efectos geopolíticos y económicos en el futuro.

 

Publicado por Diario Gestiòn (26 de Junio de 2013)