El gas natural y la COP21

 

AUTOR: ÁLVARO RIOS


Las declaraciones escuchadas y acuerdos pactados en la COP21 hicieron escasa referencia al gas natural. Este energético podría hacer que se plasmen los arreglos vinculantes pactados en París. Explicaremos porqué.

Al 2015, la matriz energética mundial fue 30% carbón, 30% petróleo, 25% gas natural (fósiles) y 15% otras energías (hidro, nuclear, solar, eólica, etcétera) ¿Reemplazar 85% de combustibles fósiles? Imposible, con infraestructura y técnologia actual y recursos energéticos alternativos que son intermitentes y aún costosos.

De los tres combustibles fósiles, el gas natural es el que menos emisiones arroja para reducir el calentamiento global. Las emisiones son menores en 40% a 50% con respecto al carbón y 25% a 30% con respecto al petróleo y derivados. Es imprescindible energía abundante para sostener la demanda energética del planeta en el largo plazo y detonar mayor crecimiento económico y sacar de la pobreza millones de habitantes.

Existen cerca de 6,550 trillones de pies cúbicos (TPC) de reserva de gas natural convencional que dan unos 55 años de vida al ritmo de consumo actual. El quiebre tecnológico del shale gas da otros 7,300 TPC y que añade otros 61 años. En total, disponemos 116 años y por supuesto que existen más recursos convencionales y de shale gas que pueden descubrirse. A estas cifras podemos añadir enormes recursos de hidratos de metano (gas natural) que existen en las costas del planeta y que aún no tienen tecnología para desarrollarse comercialmente.

Por lo expuesto, el gas natural es el energético que tenemos disponible en abundancia, que nos permite emitir mucho menos y seguir creciendo. Es el energético de transición a otras fuentes de energía abundantes y más limpias que se desarrollarán en el futuro.

Tiene otras ventajas, como eficiencia en la combustión en plantas de ciclo combinado (65% vs. 35% otras fuentes fósiles), menor grado de desgaste cuando se usa en motores y versatilidad para respaldar energías intermitentes, como la hidro, solar y eólica, que también deben impulsarse para llegar a los objetivos trazados en la COP21.

Los firmantes de la COP21 tendrán que formular políticas públicas para entregar recursos y fomentar investigación científica para favorecer más el uso del gas natural. Reemplazar y frenar el avance del carbón en generación de energía eléctrica y petróleo en el segmento transporte. Más vehículos eléctricos con energía eléctrica a gas natural y más vehiculos con gas natural licuado (GNL) o gas natural comprimido (GNC).

Necesitamos sistemas más eficientes de gasoductos, pero sobretodo de GNL "grande y pequeño tipo modular" que nos permita llegar a muchos más lugares y usuarios y sobre todo más económicamente. Apuntalar sistemas de bunkering en puertos para bancos funcionando con GNL, en aeropuertos para aviones que operen con GNL, maquinaria pesada con GNL en vez de diésel oil, etcétera.

Las cartas están sobre la mesa. Creemos que América Latina y Perú pueden tomar ventaja de recursos económicos que estarán disponibles para girar más al gas natural y otras energías alernativas renovables. Habrá que tomar liderazgos y estrategias para impulsar su demanda y utilización aún más. Está en nuestras manos el hacerlo.


Publicado por: Diario Gestión (02 de Febrero de 2016)