MÚSICA Y TRADICIÓN

ORIGEN DEL CAJÓN PERUANO

 

-El instrumento de percusión por excelencia de los ritmos negros del país ha sabido trascender su origen y ser parte importante en todos los géneros de la Costa. Asimismo, ha sido asimilado en otras latitudes.

 

Guitarra llama cajón. Un elemento que marca la identidad de la música costeña peruana y qué ha cruzado fronteras es el cajón

Luz María Crevoisier

Periodista

 

Diversas etnias africanas fueron despojadas de su entorno, tierra y costumbres para ser llevadas como esclavas al nuevo continente. Las colonias inglesas, francesas y, especialmente, hispanas se beneficiaron con este infame comercio humano a partir del siglo XVI.

En ese período, el esclavo negro trasladó su idiosincrasia afinada en forma de música a la nueva patria. En el Perú, esta disposición rítmica fue encaminándose hacia la creación de melodías y estilos a través de un elemento simple: el cajón.

Antes, se serviría de una calabaza grande y hueca para este arte de percusión, dando origen al chacombo, con el que buscaba acompasar sus ritmos, apunta el investigador José Sánchez Bazán.

Casta de artistas

El profesor Pierr Padilla Vásquez (Lima, 1982), director de la agrupación artística Colectivo Palenke y del elenco de Danzas Afroperuanas de la Universidad del Pacífico, manifiesta al Diario Oficial El Peruano que el cajón, “en sus primeras formas, evocó la memoria ancestral de los afrodescendientes en América y seguramente transportó los ritmos y toques que ya conocía. El cajón fue también una forma de comunicación y resistencia ante la situación inhumana de su condición de esclavitud”.

El antropólogo Luis Rocca Torres manifiesta en su Memoria colectiva y canto del pueblo de Zaña que “ya en el Perú colonial, el esclavo negro ejecuta su música, la cual evoluciona durante los siglos hasta nuestros días. Su sencillez, combinada con su versatilidad, se ve en sus múltiples manifestaciones rítmicas y armónicas”.

El profesor Padilla, que también es artista como su bisabuelo don Porfirio Vásquez, un ícono en la cultura afroperuana, nieto y sobrino de Abelardo y Pepe Vásquez; ha realizado estudios sobre la música e instrumentos afros.

“El bongo y la tumba –nos dice– son también instrumentos de percusión, el primero es de Puerto Rico y las congas o tumbaduras de Cuba. La gran diferencia entre ellos es que los caribeños utilizan membranas de cuero. En cambio, el cajón es de madera. También existen cajones en Cuba y Brasil, pero son de mínima difusión y se interpretan con una técnica diferente a la peruana”.

El especialista también acota que gracias a la labor difusora de Rafael Santa Cruz, y otros como él, se logró que aquí y en el exterior se conozca y valore el cajón como peruano y sea nuestro orgullo nacional.

Sonora tradición

En la actualidad, el cajón peruano se ha vinculado con ritmos diversos.

El estudioso Pierr Padilla asegura que el instrumento “es versátil y se puede utilizar en varios ritmos y ensambles de world music”. Recuerda que diversos artistas lo usan en sus sets de percusión como Alex Acuña, Horacio ‘El Negro’ Hernández, Pedrito Martínez, Efraín Toro y otros.

Padilla menciona algunos nombres de cajoneros célebres que marcaron el camino de las generaciones posteriores como Francisco Monserrate, Víctor Arciniegas, Carlos ‘Caitro’ Soto –cajonero de Chabuca Granda–, Porfirio y Abelardo Vásquez, Julio ‘Chocolate’ Argendones, entre otros. De los actuales destaca a Juan ‘Cotito’ Medrano, Rony Campos, Gigio Parodi y Freddy ‘Huevito’ Lobatón.

El cajón peruano, que nació quizá a la sombra de un algarrobo, por algún ingenio azucarero de la costa peruana, se adueñó también de la marinera cuando aún se apellidaba zamacueca. Desde entonces, no ha dejado de acompañarla con su tan singular voz.

 

 

Publicado en El Peruano el 6 de setiembre del 2015