GINEBRA: LA CENA PERUANA POR LOS 70 AÑOS DE LA ONU

 

En Ginebra, el equipo de cocineros peruanos estuvo comandado por James Berckemeyer. Trabajaron en el InterContinental Hotel. 

 

Todo indica que el Perú está estrechamente ligado al Palais des Nations, sede de la ONU en Ginebra. Allí, en la Sala del Consejo de Derechos Humanos, el tenor Juan Diego Flórez ofreció un concierto en diciembre pasado. Su gran presentación estuvo coronada con una cena de gala, a cargo del prestigioso Joan Roca, chef catalán que dirige El Celler de Can Roca, reconocido como el mejor del mundo.

Este año, el Perú volvió a estar presente, pero con su gastronomía, elegida para celebrar en la ciudad suiza los 70 años de las Naciones Unidas.

La noche del sábado 31, mientras el mundo celebraba Halloween y el Perú jaraneaba con el Día de la Canción Criolla, en Ginebra el maestro Daniel Barenboim dirigía la West-Eastern Divan Orchestra, que integra a músicos de Palestina, Israel, Egipto o Jordania, "en un intento por mostrar que la música une y puede ubicarse por encima de los conflictos políticos", explicó el embajador Juan Antonio Marsch, de la fundación Onuart, organizadora de esta celebración, donde la cena de gala tuvo sabor peruano, gracias al apoyo del chef James Berckemeyer. Él reunió a 10 cocineros para dar esta gran cena en el hotel Intercontinental de Ginebra.

Junto con James viajaron los chefs Daniel Sologuren, Sandy Flores, Jorge Figueroa, Gian Carlo Castillo y Gustavo Montestruque, Renato Peralta y Bertha Uribe de panadería, María José Jordán y Rocío Portella de pastelería, y Harry Neira, quien coronó la experiencia con el mejor café peruano.

ATENCIÓN A LA CARTA

En la cena de gala, el equipo peruano guió a sus 400 comensales en un recorrido culinario por las diversas regiones del Perú. La experiencia empezó con servicio de panes de ají amarillo y de chicha con frutos secos, y luego siguió con dos abrebocas: cubo de atún brulée con sal de Maras y salsa de rocoto anticuchera, seguido de tres piezas de papel de yuca, papa y oca con emulsión de huancaína, ocopa y rocoto.

Llegó luego el cebiche tradicional, con camote y cancha chullpi, más detalle de quinua negra. El servicio se introdujo luego en la Amazonía peruana, presente con un paiche sobre salsa amazónica (a base de cangrejo y sachaculantro), coronado con chonta y rociado con fariña y aceite de castañas.

Un asado de tira con sabores de seco y papa nativa representó nuestra cocina del norte, para concluir con los fondos disfrutados por los invitados a la sede en Ginebra.

PERÚ DE EXPORTACIÓN

Cacao y café, nuestros productos más emblemáticos de cara al mercado extranjero, cerraron con broche de oro la cena.

Los comensales probaron un mousse de chocolate (Amador 60%) con sorbete de copoazú, queque de plátano, avellanas y peras con absenta. “Estos dos últimos frutos están de temporada en Ginebra, lo mismo que el hinojo que usaré como decoración”, indicó la pastelera María José Jordán.

Harry Neira presentó finalmente una edición limitada de café cultivado a 1.600 m.s.n.m., en el caserío Miami, provincia de Namballe (Cajamarca). “Se llama Lamona y es un microlote que el productor Emilio Bermeo desarrolló en su finca La Cueva”, indicó el especialista, que sirvió este tesoro en método filtrado, servido en copas de coñac para realzar la experiencia sensorial.


Publicado en El Comercio el 3 de noviembre del 2015