EL RETIRO DE FONDOS EN LAS AFP:¿LOS HÉROES ACABARAN DE VILLANOS?

 


 

Felipe Morris

 

Las modificaciones a la ley de retiro de fondos de las AFP que se aprobaron el jueves pasado van a hacer un fuerte daño a la economía del país que pocos perciben. Todos los que aportan a las AFP están felices ya que el Congreso les acaba de hacer un regalo al permitirles, indistintamente de su edad, retirar hasta el 25% de sus fondos para cancelar un crédito hipotecario de vivienda o terreno y, por otro lado, autorizar a los que se jubilaron mediante retiro programado a llevarse el 95.5% de sus fondos.

Hasta aquí todo suena bien. El problema es que estos cambios van a afectar fuertemente la capacidad del país de financiar sus inversiones de largo plazo. Al haberse aprobado estos retiros, se abre una puerta enorme para que las personas retiren fondos que estaban invertidos a largo plazo por las AFP, que ahora van a ir a sus bolsillos en forma directa o indirecta para acabar financiando consumo. Esto, ocurría, pero en menor medida con la ley que se aprobó inicialmente hace un par de semanas. Esta ley solo debió aprobarse luego de estudiar sus esfectos sobre la economía del país, lo que obviamente no hicieron nuestros congresistas ni los economistas que estuvieron promoviendo estos cambios.

Nadie tiene la menor idea sobre el número de afiliados que tienen créditos hipotecarios para primera vivienda y sus saldos, tanto en las AFP como en sus préstamos; ni sobre el número de personas en retiro programado y los montos involucrados.

Estoy seguro que hay mucha gente que ahora está analizando las cifras para tratar de precisar estos números. ¿Por qué es necesario hacerlo? Por el fuerte impacto negativo de esta medida sobre los recursos de largo plazo en el país y sobre la capacidad de ahorro de los afiliados. No olvidemos que el total de fondos de los afiliados asciende a S/130,000 millones. Que se vaya el 10% estamos hablando de S/13,000 millones, podría ser mucho más.

Hay tres problemas que las modificaciones aprobadas recientemente han agravado, uno de corto plazo debido al stock de fondos que hay en las AFP que se podrían retirar inmediatamente y que implica que estas tienen que vender inversiones, otro más permanente vinculado al hecho de que dispondremos de menores recursos de largo plazo disponibles para adquirir bonos y financiar infraestructura como resultado de una reducción de la capacidad de invertir de las empresasde seguro; y, finalmente, el hecho de que el permitir que cualquier afiliado puede retirar hasta el 25% de sus fondos con propósitos de vivienda les disminuye los fondos que ahorrarán para la vejez.

Esta es una de las leyes más populistas y nocivas que se han aprobado en el Perú y en solo unos cuantos meses habrá mucha gente preocupada por la barbaridad que se ha cometido. Allí vamos a ver cómo algunos héroes terminan de villanos.

Para financiar nuevas inversisones en infraestructura se tendrá que recurrir al financiamiento externo, cuando en los últimos años una parte importante de estos se financiaron con recursos internos de las AFP y de las empresas de seguros. Obviamente, el costo de los fondos a largo plazo en el país va a aumentar a las personas cuando lleguen a la edad de jubilación no habrán ahorrado lo suficiente para su vejez. ¿Pero a quién le importa eso? Claramente, no a nuestros congresistas.

 

Publicado en Gestión el 13 de mayo 2016