LAMBAYEQUE CÁLIDO

SEDUCTORA ZAÑA

Los vestigios coloniales que se conservan en este poblado lambayecano hacen de él un destino inagotable: un legado afroperuano notorio, buen clima y gente linda, además de los excepcionales sabores del norte.

 

Alberto Gonzales

Zaña constituye uno de los principales testimonios históricos de la costa norte del Perú. Y es necesario conocerla para entender su importancia durante la etapa virreinal. Su legado arquitectónico es lo primero que nos captura, además del don de gentes y la picardía de sus habitantes, cualidad que se re leja en cada décima que se oye cada vez que una festividad asoma. Y, entonces, es tiempo de cocinar y probar platos hechos con fervor.

El poblado se asienta sobre un valle ubicado apenas a 51 kilómetros al sureste de la ciudad de Chiclayo, por lo que asoma como uno de los principales destinos del norte
peruano, donde se conserva el rico legado cultural de la inmigración afroperuana.

La antigua Zaña es un asentamiento colonial que sobrevive al paso del tiempo y aún hoy es posible ver restos de lo que fue la ciudad, fundada en 1563.

En Zaña, dada la particular forma de ser de los lambayecanos, la llegada de un visitante es siempre motivo de  fiesta. Entonces ocurre que se alistan los peroles, se encienden los fogones y toda esa vieja tradición oral que son las décimas, heredadas de los españoles, se junta con la música norteña para ser felices.

“Estaba Santa Lucía / bailando con San Alejo/ y el demonio le decía: / ¡Ajusta viejo cangrejo!”.

Mientras suena una guitarra, se ensaya un fondo de marinera primero y luego el punteo vibrante de un tondero, compruebo que las décimas expresan la idiosincrasia del pueblo de Zaña y son cultivadas, en la mayoría de casos, por poetas populares negros que expresan sus sentimientos con arte. Hablan de la tierra, el pueblo, la gente y eso, de algún modo, es el discurso de su gente, orgullosa de sus raíces.

Para conocer

Quien visita Zaña se sorprende en más de una oportunidad. Su portentosa arquitectura está plasmada en sus calles y templos coloniales, como la iglesia y el convento de San Agustín, que son de los pocos ejemplos  de  arquitectura gótica que subsisten en el Perú.

Puede visitar también la iglesia de San Francisco, construida entre 1585 y 1590; laiglesia de La Merced, de estilo clásico renacentista, y la iglesia matriz, de tipo basilical, cons- truida a  ines del siglo XVI y comienzos del siglo XVII.

De visita obligatoria es el Museo Afroperuano de Zaña, el primer museo en su géne- ro, que se fundó en 2005 como resultado de 30 años de inves- tigaciones y recolección de di- versas piezas museográ  icas.

En su constitución parti- ciparon los pobladores afro- peruanos de las comunidades rurales y barrios urbanos, así como artistas e intelectuales dedicados a rescatar y difundir la historia del lugar. Zaña, no lo olvide.

De paseo

Zaña se ubica a una hora de la ciu- dad de Chiclayo, en combi. Su tempera- tura oscila entre los 18° y 32° C.

El ingreso a la iglesia y convento de San Agustín cuesta 3 soles.

Los libros sobre historia y décimas de Zaña cuestan 7 soles.

Museo Afro- peruano de Zaña: calle Independencia 645. Para entrar, los adultos, jubilados y universitarios pagan 5 soles. Los niños y escolares, 1 sol.

La llaman ‘La Ciudad de los Manjares’ por potajes como el arroz con pato, chirimpico, chanfainita, cabrito, espesado, causa y otros.

 

 

Publicado en El Peruano, 01 de junio del 2016