¿LOS ABUELOS TIENEN DERECHO A SER FELICES?

 

Es necesario darle al adulto mayor la estabilidad económica que le permita seguir contribuyendo con la sociedad, directamente, a través de sus conocimientos y experiencias, e indirectamente a través de su relación con otros, especialmente con sus nietos. La pensión es parte esencial de esa estabilidad económica y emocional.


 

 

Pedro Grados Smith
Economista

Hace tres años, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social convocó a un concurso de cuento y dibujo denominado “Los Abuelos Ahora”, que tenía por finalidad explicarle al país, a través de la visión de nuestros niños, como los abuelos tienen derecho a una vida digna y feliz. El concurso si bien trató de resaltar los beneficios de una pensión para los adultos mayores centrándose en el llamado Pilar 0 del Banco Mundial, esto es pensiones no contributivas financiadas por el presupuesto público y orientadas a los sectores más pobres de la población, en el Perú representada por Pensión 65, que al día de hoy beneficia a aproximadamente medio millón de adultos mayores, nos permitió un acercamiento a la importancia de la figura de los abuelitos en los niños de hoy y adultos del mañana.

Esta publicación resalta la necesidad de generar pensiones para el 100% de nuestros adultos mayores, pensiones solidarias para los que no puedan generar su propia pensión, o autogeneradas para aquellos otros que tengan esa posibilidad, lo cual no solo les permitiría independencia económica sino que a través de la misma una mayor dedicación a los nietos y contribución con la estabilidad que la relación abuelo–nieto tiene en la gran mayoría de casos. Relación que contribuye no solo a una vejez digna sino a la formación de adultos estables emocionalmente.

Según la mayoría de los psicólogos la relación abuelos–nietos es positiva: “…Los niños aprenden con ellos el significado del respeto y reciben valiosas enseñanzas producto de la experiencia de los adultos mayores… Uno de los vínculos más importantes y enriquecedores es el que se forma entre abuelos y nietos, pues a pesar de la brecha generacional que existe, es de gran beneficio para ambas partes; los adultos mayores se sienten amados, productivos y útiles, mientras que los niños aprenden valores como el respeto”. El establecimiento de esta relación tiene más probabilidad de generarse si el adulto mayor tiene independencia económica generada por la existencia de una pensión.

Qué mejor que describir esa relación que a través de fragmentos del cuento de Rosa Valdivia, una de las ganadoras del concurso mencionado en el primer párrafo, alumna, en aquel entonces, de primer grado de una escuela de Islay en Arequipa. Escribió Rosita: “Mi abuelo se llamaba Rafael Almonte Ponce, todos de cariño le decíamos Papá Loquito… me quería mucho y comíamos tomate. El siempre cuando venía el recogedor de basura con su música me hacía bailar, me aplaudía y se ponía muy contento… Le preguntaba por qué tenía tantos surcos en la piel y él decía que era todo lo que había caminado por la vida… Mi abuelito tenía muchos animales… y le gustaba siempre verme con mis vestiditos y mis colitas… me decía lo bonita que estaba… Ahora ya no está conmigo y lo extraño mucho… ustedes creen que Dios podrá mandarme otro abuelito igual”.

La generación de un Sistema Integral de Pensiones (SIP), tarea pendiente en nuestro país, permitirá no solamente la generación de pensiones adecuadas y el logro de una cobertura integral previsional para nuestros adultos mayores, beneficios adecuados y sostenibles y la aceptación del SIP, sino también una sociedad más estable desde la perspectiva de individuos que han logrado vivir una infancia feliz.

Es necesario darle al adulto mayor la estabilidad económica que le permita seguir contribuyendo con la sociedad, directamente, a través de sus conocimientos y experiencias, e indirectamente a través de su relación con otros, especialmente con sus nietos. La pensión es parte esencial de esa estabilidad económica y emocional.

Permitamos que nuestros lindos viejos disfruten y contribuyan con sus virtudes a la construcción de una mejor sociedad, de un mejor Perú. El filósofo español Fernando Savater afirma: “Todas las épocas, la juventud, la madurez, la vejez, tienen algún tipo de virtud que solo se da en ese momento. Si no disfrutamos de ellas, entonces solo arrastramos los defectos comunes al resto de las edades”.

 

Publicado en Gestión, 09 de agosto del 2016