NECESITAMOS UNA VISIÓN PAÍS DE CÓMO AUMENTAR LA PRODUCTIVIDAD

 

La colaboración público-privado para entender los problemas será fundamental.


 

PIERO GHEZZI SOLÍS
Exministro de la Producción


La mayoría de los economistas piensa que, si nada cambia, nuestro crecimiento tiene limitadas probabilidades de acelerarse sustancialmente.

En el corto plazo, el Gobierno puede intentar impulsar la economía con política fiscal expansiva. Pero el margen de maniobra es restringido.

Mucho más importante (y permanentes) son medidas que aumenten nuestra productividad no lo es todo. Como dijo alguna vez el premio Nobel Paul Krugman, la productividad no lo es todo. Permite aumentar nuestro nivel de vida de manera continua.

¿Cómo hacerlo? Nuestra productividad promedio oculta grandes diferencias. Hay gran heterogeneidad, incluso en un mismo sector. Miremos la agricultura.

Nuestros agroexportadores de la costa son de los más productivos del mundo. Pero tenemos millones de peruanos en agricultura de subsistencia. Una hectárea puede rendir 25tm de palta para los primeros, 25mt de palta para los primeros, 2mt para los segundos.

Aumentar nuestra productividad requiere: (i) aumentar la productividad de todas las empresas, particularmente las mypes (muchas informales), (ii) que las empresas, modernas absorban un mayor porcentaje de la PEA.

No es automático. En un estudio sobre México para la década pasada. McKinsey encontró lo opuesto. Primero, que las empresas modernas aumentaron su productividad 5.8% anualmente pero que las microempresas la habían reducido (!!!) 6.5%. Segundo, que el porcentaje de la PEA en las empresas de baja productividad había aumentado (de 39% a 42%). Este resultado es similar al que Rodrik ha encontrado tanto para América Latina como África.

Necesitamos una visión país de cómo aumentar la productividad. El gobierno ha dicho, correctamente, que no tenemos de largo plazo.

Pero las que propone todavía son insuficientes. Simplificar, destrabar (gran inversión pública y grandes proyectos mineros) y formalizar no bastarán para aumentar significativamente la productividad y alcanzar su meta de crecimiento de 5% a partir del 2019.

Simplificar es importante, pero se requiere ir al detalle e implementarlo efectivamente para que tenga efecto productivo. El destrabe es también clave pero, como el Gobierno no ha aceptado, se subestimó mucho su complejidad. Se destrabará, pero progresivamente.

Naturalmente, es crucial la formalización, pero debemos ser realistas. No puede ser la base de la recuperación de nuestro crecimiento potencial. Hay una asociación entre formalización y crecimiento. Pero la evidencia internacional muestra que el canal más importante es de crecimiento a formalización. Fuerte crecimiento del sector moderno aumenta el empleo formal.

Para que las mypes se formalicen deben volverse más productivas. El nuevo sistema tributario crea incentivos para que se dividan, subvalúen para que se dividan, subvalúen sus ventas o no crezcan. Lo opuesto a lo que se necesita, para aumentar la productividad.

La manera más directa de aumentarla es con políticas de desarrollo productivo(o diversificación productiva), que buscan identificar y remover las barreras que limitan la productividad y crecimiento de TODOS los sectores económicos. En algunos casos, esa barrera serán mala normativa o traba burocrática. En otros, serán pobre implementación. También, capital humano especifico o infraestructura inadecuados para el sector, o falta de herramientas de innovación.

Muchas veces las barreras serán específicas al sector y deben resolverse a ese nivel. La colaboración público-privada para entender los problemas será fundamental.

Si estamos creciendo poco, si faltan fuentes de crecimiento y empleo, si tenemos sectores con potencial inexplotado (y herramientas modernas para explotarlo), ¿por qué el Gobierno no ha minimizado la diversificación productiva (DP)?

Declararse a favor de la DP como ha hecho el Gobierno, pero no proponer nada para lograrla, es no estar a favor. No perciben todavía su rol central en el desarrollo. En el mejor de los casos, la ven como marginal, de un ministerio (que además, no está interesado). En el peor, que no le compete al Estado. Ambas visiones son equivocadas.

Tenemos un reto enorme. En los últimos 75 años solo una decena de países, todos en Asia o Europa, evitaron la trampa de los ingresos medios. Tenemos que empujar más fuerte. Las sociedades avanzan cuando se dejan de obsesionar con los monstruos del pasado y se concentran en los retos y oportunidades del futuro.


Publicado en Gestión, 12 de mayo de 2017