MIREMOS AL NORTE DE EUROPA


En el 2017, las exportaciones crecieron 21.2%. Si bien este resultado ha sido impulsado básicamente por los productos tradicionales lo cierto es que los de mayor valor agregado también tuvieron un incremento nada despreciable comparado al obtenido en el 2016, el cual pasó de -09% a 8% a diciembre del año pasado.

A pesar de que el mencionado logro es producto de una recuperación de la economía mundial, la cual el Fondo Monetario Internacional proyecta que crecerá 3.9% en este 2018, se hace indispensable la implementación de acciones creativas y audaces que permitan la identificación y expansión de la oferta exportable peruana en mercados de gran potencialidad.

Analizando mercados en los que ya tenemos presencia y existe más conocimientos; no solo con respecto a temas logísticos y comerciales, pero que faltan consolidar, nos encontramos con los países nórdicos, específicamente Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia. Con 24.3 millones de habitantes, un PBI total de US$ 1.4 billones, importaciones acumuladas provenientes del mundo US$ 360.3 millones, y un PBI percápita promedio muy por encima del resto de Europa de US$ 49.9 mil estos países se presentan como un opción estrátegica relevante.

No obstante la evidencia potencialidad, la relación comercial no está a los niveles que uno espararía en comparación con lo que importamos de estos países, particularmente de Suecia. Así, en el 2017 las importaciones provenientes de este país sumaron US$ 228.6 millones, y las exportaciones totalizaron US$ 60.6 millones, representando un déficit comercial significativo.

Un aspecto positivo a señalar con relación a los países nórdicos, es que del total exportado en el 2017 a Dinamarca, Finlandia y Noruega el 42%, 40% y 51% fueron productos no tradicionales, respectivamente. En cambio, en el caso de Suecia, estos alcanzaron solo el 27%, y del total de envíos solo un producto fue responsable del 73%, el café.

Países latinoamericanos como Chile y Argentina tienen una presencia más sólida que la nuestra. En el 2016, Chile, por ejemplo, realizó exportaciones por un total de US$ 423.8 millones a los cuatro países en cuestión, mientras que en Perú solo llegó a 253.6 millones durante el mismo periodo. Si bien el cobre es un producto preponderante en sus cifras, en el caso de Suecia el 50% de lo enviado fueron productos de valor agregado, el doble que el Perú. Estos resultados indicarían que el mayor trabajo tendría que enfocarse en el mercado sueco, especialmente en el sector de alimentos, cuya potencialidad redunda en US$ 6 mil millones de importaciones totales. Y también en el textil, que a pesar de tener un mejor posicionamiento que los alimentos, la posibilidad de incrementar la oferta exportable de este sector es real y posible; así como en el maderable, metal-mecánico, químico, entre otros. Hay mucho por hacer.

Seamos proactivos y no dejemos de actuar en los países nórdicos, porque a pesar de tener acuerdos comerciales con ellos, hace falta mayor agresividad comercial.

Para posicionarnos necesitaremos trabajar el mercado insitu como medio que permita el acceso y la generación de oportunidades de negocios en forma sectorial. El hub clave e ideal para implementar una estrategia en toda la región sería sin duda Suecia, el país más rico del norte de Europa. Esperemos que nuestras empresas y el secto público se interesen por explorar esta opción, la cual podría contribuir a lograr el objetivo trazado de duplicar las exportaciones para el 2021.

 

Publicado en Gestión, 16 de marzo del 2018