EL COSTO DE LA EQUIDAD

Una de las últimas medidas del expresidente Pedro Pablo Kuczynski fue el incremento de la remuneración mínima (RM) en S/80 a partir del presente mes para el sector privado y a partir de mayo para las microempresas y pequeñas inscritas en el Remype.

El primer punto a reconocer es que la medida aprobada no llega a sustentarse bajo criterios económicos, ya que la productividad del trabajador sumado al incremento de los precios de los últimos años no responden al incremento de casi el 10% en RM.

La medida busca aliviar a la mano de obra más deprimida y vulnerable del sector formal, un incremento de los ingresos permitiría una mayor diversifiación y una mejor distribución de su canasta de consumo incrementando, de manera casi inmediata, su bienestar y calidad de vida.

Tomando en cuenta el costo de la canasta básica (que considera los bienes y servicios básicos que requiere una persona para alcanzar un estándar de vida mínimo, al 2016, el INEI lo calcula en S/ 328 por persona), la RM permite financiar 2.5 canastas de consumo, esto significa que la remuneración mínima en el Perú financia solo la mitad de una canasta básica de consumo de una familia compuesta por cinco personas.

Según cifras de la Encuenta Nacional de Hogares (Enaho) del INEI, para el tecer trimestre del 2017, 4.7 millones de personas formaron parte de una planilla formal de los cuales 253,000 trabajadores percibieron una remuneración de S/ 850 y S/ 930, lo que hace una potencial población beneficiaria de 353, 000 trabajadores.

Sin embargo, en el contexto económico actual, esta medida puede generar fuertes distorciones en el mercado laboral, con efectos altamente nocivos en la solvencia de las empresas y subsecuentes perjuicios en el empleo formal.

Publicado en El Comercio, 04 de abril del 2018