ASEDIO CONTRA EL SISTEMA ECONÓMICO VIGENTE

El crecimiento económico del Perú a ritmo decreciente en la presente década, que se profundiza en particular a partir del 2014% y se repite el 2017 con 2.5%, con lo que el promedio para el periodo 2014-2017 es de tan solo 3%, conlleva a que aquellos que no favorecen el sistema económico de economía social de mercado, que señala la Constitución, encuentren la oportunidad de expresar que este es la causa principal de los problemas socioeconómicos que aún subsisten en el país, desconociendo el significativo avance logrado desde inicios de la década de los 90 en que se rompe con el esquema económico imperante de presencia asfixiante del sector público y el populismo intrínseco a ello.

Más aún, surgen economistas que aducen que este sistema capitalista ha fracasado en lograr mayor equidad, no obstante que el coeficiente Gini que mide la distribución de ingresos ha tenido una ligera mejora e ignorando que ante los elevado niveles de pobreza que tenía el país lo sustantivo era concretar el esfuerzo en reducirla vía crecimiento económico, pues es lo más eficaz, no buscar la equidad en la pobreza como parece es lo que predican.

Ante esto y en un contexto político complicado que se enrarece por las próximas elecciones regionales y municipales, escenario propicio para que los contrarios al sistema imperante arrecien con sus mensajes y comentarios negativos, es oportuno refrescar los significativos avances que se han alcanzado en lo concerniente precisamente a lo que se califica como estos sociales desde la perspectiva de los ingresos.

Concretamente, cómo ha evolucionado en el país en lo que va del presente siglo la pobreza (disponer de menos de US$ 4 al día), los llamados vulnerables o clase media no consolidada (entre US$ 4 a 10 al día), y la clase media propiamente tal (entre US$ 10 y 50).

El año 2000 la población del Perú era 25.9 millones de habitantes, de ellos más de la mitad (50.5%) eran pobres, 33.8% vulnerables y la clase media apenas representaba el 15.2%; el 0.5% restante con ingresos diarios por encima de US$ 50. En 17 años se produjo un cambio profundo de esta estructura social, al revertirse la misma el 2017 en que la población alcanzó los 31.2 millones, de los cuales 21.7% son pobres, 34.6% vulnerables y 42.5% clase media; se duplica (1.2%) los que disponen de ingresos diarios mayor a US$50.

Muchos peruanos están aún en situación desfavorable, casi 7 y 11 millones son pobres y vulnerables, respectivamente, pero es inaceptable que se desconozca este sustancial avance con alto contenido socioeconómico fruto del sistema económico vigente desde los 90, pues es gracias a las reformas estructurales que se realizaron a inicios de esa década y la política económica que se sigue desde 1991, con ajuste esta última por diferentes escenarios y coyunturas, que se enfrentaron, pero manteniendo lo sustantivo que en esencia es respetar los fundamentos macroeconómicos, privilegiar la productividad y reconocer que el agente económico central es el sector privado.

Para avanzar en esta ruta es imperativo mantener la estabilidad económica con especial atención al tema tributario vía una reforma integral; fortalecer la institucionalidad, imponiendo el imperio de la ley y enfrentando la corrupción e inseguridad; y ejecutar las reformas estructurales pendientes como la laboral, educativa, de salud e innovación, ciencia y tecnología, claves además para aumentar la productividad.

Esto a la par con dinamizar la inversión pública y promover la privada.

Publicado en Gestión, 9 de julio del 2018