BAJO LA LUPA

UNA AUTORIDAD PARA UNA MEGACIUDAD

GONZALO PRIALÉ

EXPRESIDENTE DE AFIN

El objetivo es implantar moderno sistema integrado de transporte público donde sean posibles las transferencias y cambios de direcciones y modalidad con un mismo boleto.

La nueva Autoridad Única de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) se está creando para acabar con la fragmentación y superposición de autoridad y roles que impiden una gestión integral ordenada.

La ATU aprobará un plan de Movilidad Urbana que considera la integración multimodal de medios de transporte y los planes de desarrollo urbano vigentes. Estará a cargo de promover los procesos de inversión pública y privada, otorgando concesiones para la prestación de servicios de transporte masivo y para la construcción y operación de la infraestructura necesaria.

La ATU trabajará hacia un sistema interconectado de líneas de metro, buses en corredores segregados y en rutas urbanas, trenes de cercanía, y el denominado para tránsito, generalmente privado, que lo suplementa. Estamos hablando de la regulación de millones de viajes diarios para lograr la fluidez, comodidad, eficiencia con menos congestión, y en menos tiempo perdido en el tráfico.

La ATU tendrá que hacer que hacer milagros dada la situación que recibe, tras décadas de intentos municipales fallidos de ordenar el tránsito, años perdidos por el lento avance en la construcción de la infraestructura de transporte masivo necesario, y la inoperancia de la Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico (AATE). Lo que logre hacer afectará la vida diaria en Lima en los siguientes 50 años.

Lo primero es formular un plan, sin hacer borrón y cuenta nueva de lo estudiado y avanzado hasta el momento. Es necesaria una gran dosis de madurez de los funcionarios, los reguladores, los políticos y las autoridades municipales. Ojalá que la Municipalidad Metropolitana en Lima no obstaculice la constitución de la ATU.

Grosso modo estimo que habrá que invertir continuamente más de 20, 000 millones de dólares en las próximas dos décadas, para llegar a tener una red del Metro operativa, anillos viales de evitamiento con peajes electrónicos, túneles y vías expresas, corredores de buses segregados, accesos fluidos al puerto y al aeropuerto, y ciclovías. El objetivo es implantar un moderno sistema integrado de transporte público donde sean posibles las transferencias y cambios de direcciones y modalidad con un mismo boleto.

Sería fantástico adquirir un mayor ritmo de ejecución y hacer en 5 años lo que ahora toma 10. Necesitamos un plan dinámico, que permita contratar PMO, empresas globales especializadas capaces de gestionar eficientemente los grandes proyectos que Lima y Callao necesitan.

La selección, formulación, estudios, diseño, preparación, concurso y adjudicación de proyectos debe madurar para avanzar con certidumbre, evitando la falta de profundidad. Se debe cuidar hasta el último centavo y hacer las cosas con rapidez, tomando el tiempo necesario para evitar sobrecostos posteriores por diseños con problemas y trámites o permisos trabados que demoran la ejecución de las obras.

La participación privada es imprescindible. Las acciones público-privadas (APP) permiten encarar retos que la gestión pública no lograría superar con la misma eficacia de costos, aportan financiamiento y mejores soluciones de diseño para optimizar la operación buscando la satisfacción de los usuarios.

Otro aspecto clave es el mantenimiento de vías y vehículos. Sin mantenimiento permanente y preventivo no será posible brindar calidad de servicio y seguridad al público usuario tanto en APP como en obras públicas.

En el mundo, el transporte masivo en líneas de Metro es subsidiado por los gobiernos. Como el subsidio a los pasajes es inevitable, debemos hacer todo lo posible por reducir costos y evitar errores.

Se necesita una reingeniería radical del transporte en buses. Respetar horarios, optimizar tiempo de viajes, y exigir buses modernos, cómodos y ventilados, con conexiones ágiles a las líneas del Metro de Lima. Definir una malla de rutas basada en las necesidades de los usuarios y sus patrones de viajes diarios. Reducir el número de paraderos con poco tráfico, agrupándolos. Introducir buses eléctricos y modernizar las flotas progresivamente.

Poner las cosas a funcionar requerirá apoyo y comprensión de todos los involucrados. Habrá grandes obras en marcha, calles cerradas y tráfico desviado temporalmente, siempre y cuando logremos desatar el nudo de las expropiaciones y la liberación de interferencias, para concluir las obras en el tiempo planeado.

Por otro lado, los paraderos de ómnibus se espaciarán, no será posible tomar un vehículo en cualquier lugar, y los micros desaparecerán de las zonas de alto tráfico. Los inconvenientes transitorios de hoy serán las comodidades del mañana.

Fundamentalmente, debemos evitar que la ATU de Lima y Callao se vuelva un monstruo burocrático con miles de empleados, incapaz de solucionar los problemas diarios. O que se politice. Necesitaremos encontrar funcionarios a la altura del reto. El manejo de la ATU debe ser técnico e independiente como el del BCR.

Publicado en Gestión, 27 de setiembre del 2018.