LA SALUD PÚBLICA SIGUE ENFERMA

 

ALDO R. DEFILIPPI
DIRECTOR EJECUTIVO DE LA AMCHAM PERÚ

Sigue sin ser novedad que nuestro sistema de salud pública esté enfermo. Más triste es saber que los problemas de ayer no han sido solucionados, sino que estos se han intensificado y varios nuevos han aparecido.

Hace falta echar un vistazo a los noticieros para palpar el descontento de los usuarios: no hay medicinas, no son atendidos con respeto, la infraestructura de los hospitales no es la adecuada, no consiguen citas y, de hacerlo, serán atendidos muchos meses después, y así se puede hacer una lista sin fin de los problemas que se ven a diario en los centros de salud del país.

Si bien los problemas son muchos, solucionar dos de ellos mejorará enormemente la calidad del servicio, se trata de la mejora en la evaluación de los medicamentos y la gestión del presupuesto para comprarlos y distribuirlos. Pues, aunque algunos crean que el punto de partida de los males del sector sea la falta de recursos, la verdadera causa es la corrupción, producto de gestiones precarias e indolentes que vienen de años.

El presupuesto de Salud ha aumentado e incluso el Ministerio de Salud (Minsa) ha manifestado que ha ejecutado casi el 50% del mismo. Sin embargo, el ciudadano sigue sin percibir cambios. Sucede que, de acuerdo con información oficial a junio del 2018, el Minsa ha ejecutado el 12% del presupuesto para comprar productos farmacéuticos, el 10% para medicinas para el tratamiento de enfermedades como la TBC y el VIH/sida, el 17% de la partida para compras de medicamentos para la salud neonatal, y esta lista de porcentajes ínfimos puede continuar.

Únicamente la partida de salarios y remuneraciones de trabajadores es la más cercana al porcentaje de ejecución total del sector, con un 45%. Claramente las cifras demuestran una deficiencia en la gestión más que en recursos.

Hoy en día es un gran problema la evaluación de los medicamentos que el Estado distribuye. No existe consenso entre los prestadores de salud del país, cada uno elabora su propio petitorio, afectando así al ciudadano así al ciudadano. Essalud elabora un petitorio, el Minsa otro y gerencia del Seguro Integral de Salud ha empezado a realizar lo propio. Además, el Petitorio Nacional Único de Medicamentos Esenciales (PNUME) del Minsa se realiza de manera poco transparente y participativa, de manera unilateral, sin conocerse los criterios que se utilizan, dejando desentendidos a un porcentaje importante de la población. Este no recibe aportes de la ciudadanía, asociaciones de pacientes, academia, ni de la industria farmacéutica, como sí sucede en Brasil, Francia, Uruguay o EE.UU.

De acuerdo con Contribuyentes por Respeto, el Minsa y Essalud concentran el 96% de la compra nacional de medicamentos, lo cual traería ventajas al realizarse compras corporativas, habiéndose previamente identificado a los medicamentos que la población necesita y previendo cantidades, pero esto no es posible porque no existe un registro de pacientes por enfermedades. De este modo, en determinados meses del año las medicinas escasean, aunque haya presupuesto para comprarlas. Además, por la autonomía que tienen los Gobiernos Regionales, se presentan dificultades para que estos almacenen adecuadamente y distribuyan a tiempo los medicamentos que se compran.

Este es un tema importante que nos atañe a todos y como contribuyentes debemos poner especial atención en el uso adecuado de los recursos.

Además de consideraciones éticas y humanitarias, el presupuesto que maneja el Estado es el aporte que realizamos todos los peruanos, el cual debe servir para construir un Estado más transparente, ético y al verdadero servicio del ciudadano.

Publicado en Gestión , 16 de octubre del 2018