OPINIÓN

REFORMA CONSTITUCIONAL, CONGRESO Y DESCENTRALIZACIÓN

EFRAÍN GONZALES DE OLARTE

PROFESOR DEL DEPARTAMENTO DE ECONOMÍA - PUCP

La reforma constitucional que está en proceso, propone tener dos cámaras (diputados y senadores) y pretende cambiar la representación de la población en el Congreso de manera territorial (regiones y provincias).

Es una buena ocasión para conectar con el Estado con la economía de manera descentralizada, con el propósito de promover un desarrollo descentralizado y redistributivo, además de consolidar el sistema de democrático descentralizado.

La idea central que propongo es relacionar las economías regionales y locales con el Estado peruano a través de un nuevo sistema de representación en el Gobierno nacional, de tal manera que en el Congreso los diputados y senadores representen a los habitantes de las regiones económicas, para que se den iniciativas legislativas, se fiscalice y se promueva una coordinación del gobierno central con los gobiernos regionales y locales.

La economía fiscal se basa en los impuestos que cobra el Estado en sus diferentes niveles de gobierno. Es decir, depende de la base tributaria de cada lugar del país, y esta, a su vez, se basa en la economía regional y local. Es decir, una región con los altos niveles de producción y de ingresos ha de generar los impuestos necesarios para financiar el gasto público tanto nacional como regional y local. Por ello, es imprescindible que la representación política no solo tome en cuenta aspectos sociales y políticos, sino también que represente los intereses económicos de las poblaciones asentadas en las regiones y localidades del Perú.

Por ello, la reforma constitucional debe contribuir a redefinir las relaciones de Congreso con los pobladores de las regiones y las provincias, así como los gobiernos subnacionales. Esto permitiría mantener el carácter unitario establecido en la Constitución del Perú y, al mismo tiempo, permitir un ejercicio parlamentario con una proyección descentralizada.

Para este fin, es necesario pensar en macrorregiones, regiones integradas o economías regionales, definidas como espacios geográficos de dos o más departamentos, con una o más ciudades de más de 500, 00 habitantes, con poblaciones de más de 2 millones y, sobre todo, con un mercado regional donde se produce, intercambia y consume entre 2/3 y 4/5 de la producción de la región. Es decir, estamos hablando de economías articuladas territorial y económicamente que tienen potencialidades para desarrollarse y que tienen una demanda interna con escalas suficientes para promover la inversión.

Obviamente, 23 de las 25 regiones definidas actualmente no alcanzan los requerimientos necesarios. Por ello, y basados en nuestros estudios, proponemos nueve "regiones integradas": 1. Piura-Tumbes, 2.Lambayeque-Cajarmaca-Amazonas, 3.La Libertad-Áncash, 4.Ica-Ayacucho-Huancavelica, 5.Arequipa-Moquegua-Tacna-Puno, 6.Junín-Pasco-Huánuco, 7.Cusco-Apurímac-Madre de Dios, 8.Loreto-San Martín-Ucayali, 9.Lima-Callao.

Bajo esta definición, la representación para las dos cámaras debería estar en función de la población y el número de electores por cada región. Si fuera así, la región 1 debería tener 8 diputados y 4 senadores, la región 2: 12 diputados y 6 senadores, la región 3: 12 diputados y 6 senadores, la región 4: 9 diputados y 5 senadores, la región 5: 14 diputados y 7 senadores, la región 6: 10 diputados y 5 senadores, la región 7: 8 diputados y 4 senadores, la región 8: 8 diputados y 4 senadores y la región 9: 39 diputados y 20 senadores.

Para que la representatividad sea equitativa, un parlamento con 180 parlamentarios (120 diputados y 60 senadores), es el más adecuado, pues cada región actual (ex departamento) debería tener por lo menos un senador y los diputados serían elegidos en listas por regiones integradas, de tal manera que los candidatos tengan las obligación de conocer las necesidades de su región actual y de las otras a las que pretenden representar.

Publicado en Gestión, 5 de noviembre del 2018.