SUBASTA DE ACTIVOS TÓXICOS A COMENZADO

Por Raúl García

El lunes pasado, 23 de marzo, el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Timothy Geithner (foto) presentó el Programa Público Privado de Inversiones (PPIP, por sus siglas en inglés) cuyo objetivo es sanear los balances de los bancos que se “llenaron” de activos tóxicos. Una interesante combinación de esfuerzos del sector público y privado pero que descansa sustancialmente en algunos supuestos, por lo menos, dudosos.

El PPIP permite que inversores privados (¿hedge funds?) en conjunto con el gobierno puedan comprar los activos tóxicos de los bancos a precios de mercado. El sector privado aportará la menor parte del dinero necesario para tales compras; el gobierno hará el esfuerzo mayor en tal sentido. En caso de pérdidas futuras por estas operaciones (o sea, que el precio de los activos tóxicos no supere el valor compra actual) el capital privado podrá ser resarcido por hasta un 20% del capital erogado.

Los supuestos sobre los cuáles este plan puede ser exitoso son:

1) los precios de los activos tóxicos son bajos por fenómenos ajenos a su valor intrínseco, es decir, son bajos porque en los mercados hay pánico, demasiada incertidumbre sobre la profundidad y duración de la crisis, etc.;

2) en el sistema hay crísis de liquidez (no de solvencia) lo que hace que nadie, aún queriendo comprar dichos activos, lo pueda hacer.

Si esto es cierto, razona Geithner, es suficiente con dotar de liquidez al mercado, facilitar la compra de dichos activos aportando la mayor parte del capital necesario. Solucionado el problema de liquidez, continúa el razonamiento de Geithner, el valor de los activos tóxicos subirá, el mercado reflejará su verdadero valor, los balances de los bancos quedarán saneados y no será necesario nacionalizar los bancos.

El Plan Geithner asume también que los inversores y los bancos acordarán rápidamente un precio para los activos con problemas. Se estima que dicho precio, hoy, oscila entre un 30% y un 60% de su valor nominal. El Secretario del Tesoro espera que con la liquidez que aportará el PPIP este rango disminuya sustancial y rápidamente.

Tal como se infiere a partir de un trabajo de investigación de la Brookings Institution, elaborado por Douglas Elliot, las expectativas de Geithner son, obviamente, alcistas respecto de la valuación de los activos tóxicos. El PPIP ofrece subsidiar hasta 20% de la pérdida que pudieran llegar a tener los inversores privados si las expectativas alcistas no se concretan. Por ejemplo: si los inversores compran estos activos a 40 centavos por cada peso de valor nominal y luego (a futuro) el mercado confirmara un valor de 30 centavos, los 10 centavos de pérdida que tendría el inversor serán absorbidos, parcialmente, por el gobierno en un monto de 8 centavos. ¡Sería un programa excelente para los inversores pero muy caro para los contribuyentes!

¡Demasiados supuestos deberán verificarse en la realidad para que el PPIP sea un éxito! ¡Ojalá funcione! Si este programa fracasa no solo el sistema bancario estadounidense estará riesgo…