ALBERTO ANDRADE Y LA MODERNIZACIÓN DEMOCRÁTICA

*Michel Azcueta

Me tocó vivir cerca de Alberto Andrade en momentos muy importantes para el Perú en las últimas décadas y para mí personalmente, por lo que, al igual que muchísimos peruanos, siento realmente su partida. Con él compartimos ideas y objetivos y, también, en pocas ocasiones, ciertamente, discrepábamos. Puedo confirmar, como lo están haciendo muchos amigos a estas horas, su profundo amor por el Perú, con un nacionalismo criollo sano, basado en Lima, pero abierto a todas las regiones del país. Su alta valoración de la amistad y su inmediata disposición para ayudar al que lo necesitaba, por encima de cuestiones burocráticas, y la valentía para tomar decisiones cuando muchos solo hablaban. Quiero, ahora que nos enteramos de su fallecimiento, resaltar algunos de sus aportes al Perú, a Lima y a la democracia.

Alberto AndradePrimero, su defensa de la paz. En el Perú, solemos tener una memoria muy corta. En momentos de violencia y de terror; Miraflores y Villa El Salvador convocaron conjuntamente a la gran marcha por la paz, después de los atentados terroristas en los dos distritos, promoviendo una movilización, una toma de conciencia sobre la necesidad de la paz en Lima, ciudad que, hasta ese momento, estaba viviendo al margen de lo que ocurría en el interior del Perú.

Fue una decisión valiente unir a Miraflores con Villa El Salvador, un distrito popular, y tuvo repercusiones nacionales, iniciándose así el arrinconamiento de la violencia en importantes sectores de la opinión pública. La solidaridad con las víctimas de la violencia, soldados, policías y civiles fue una constante en Alberto Andrade. Muchos podemos dar testimonio de ello.

Después de sus dos exitosas gestiones como alcalde de Miraflores, se propuso replicar parte de ese trabajo en Lima Metropolitana. Reúne un equipo de políticos, profesionales y dirigentes para fundar primero Somos Lima -y después Somos Perú- y gana las elecciones municipales. Asume la alcaldía metropolitana de Lima y realiza una obra que nadie ha dejado de reconocer. Mas allá de enumerar lo que hizo, quiero subrayar la influencia de la gestión del Dr. Andrade en los municipios del país, en el ordenamiento de las ciudades, en la preservación de los centros y zonas históricas, en la valoración de la gestión municipal, en la defensa de la democracia local en momentos en que la dictadura quería acabar con ella.

Es precisamente esta experiencia con los alcaldes del Perú, que siempre lo vieron como su mejor representante a nivel nacional e internacional, que Andrade asume el principio de lograr para el Perú una modernización en democracia y no en dictadura. De ahí asume nuevas responsabilidades, inclusive, es objeto de una de las mayores campañas de aniquilamiento político conocidas en el Perú a través de la maquinaria de Fujimori y Montesinos.

Alberto Andrade, caballero criollo, peruano de corazón, demócrata y servidor de causas nobles, nos ha enseñado mucho a lo largo de su vida. Personalmente, le doy gracias por ello. Estoy seguro de que la gran mayoría de peruanos harán lo mismo. Descansa en paz.

*Exalcalde de Villa El Salvador

 

Publicado en el diario "Gestión" el miércoles 24 junio de 2009

 

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ALBERTO MANUEL ANDRADE CARMONA

"Estoy en un zapato que no me pertenece"

Entrevista: Susana Mendoza Sheen

Entrevisté a Alberto Andrade en 2007. Fue una conversación tensa al inicio, y luego amena y larga cuando se enteró que yo había estudiado en Barrios Altos. Abrió su corazón y sus carcajadas. Como un homenaje a su espíritu emprendedor y aventurero, la compartimos.

¿De niño fue un gordito simpático o mandón?

- Nunca he sido mandón, era muy movido, muy activo. Pero mi madre era muy controladora, no me dejaba salir de la casa. Soy de Barrios Altos, pero de la puerta para adentro, jajaja.

¿Lo enojaba?

- Bueno si, era un niño. Pero la razón de mi madre me enternece hoy: "No salgas porque afuera los niños dicen lisuras". Y claro, cuando me mudé a Santa Beatriz, no jugaba pelota porque era malo.

¿Fue un hijo pegado a su mamá?

- Con mucha influencia materna. Fue una buena relación. Creo que aprendí de ella su deseo de lucha por la vida, ser mejor.

¿Usted tiene sentido del humor por herencia?

- Si, por mi padre. Es la chispa de los Andrade.

¿Es importante para la política?

- Es básico, porque cuando uno recibe los ataques, como los he recibido yo, si no tienes sentido del humor te destrozan.

Usted es un empresario, ¿la gerencia es una habilidad vital para un congresista?

- No, porque allí no hay labor ejecutiva. Uno debe tener, más bien, la capacidad de visionar, de ver cómo será en la realidad lo que se va a legislar.

¿Se siente que está en la horma de un zapato que no le pertenece?

- Hasta ahora siento que estoy en un zapato que no me pertenece, es la verdad. No soy de mucho hablar y menos de escuchar tonterías. Y allí se habla y se habla...pierdo la paciencia.

¿Está en otro momento de su carrera política?

-Es mucho más político que el de alcalde, estoy en el Parlamento en donde están representadas las fuerzas políticas del país, y hay que negociar, ceder, tratar que salgan los proyectos...

¿Y usted tiene esa habilidad?

- No, la verdad, a veces uno tiene que transar con algo que no convence. Es un proceso de aprendizaje y me estoy encausando en las cosas que me gustan. Por ejemplo, soy vicepresidente de la Comisión de Defensa Nacional, y en Inteligencia soy secretario...

¿Le hubiera gustado ser militar?

- Si, y no lo fui porque no tuve la vista adecuada. Fui de la reserva de la División Aerotransportadora del Ejército. He sido paracaidista en 1963. Fui voluntario universitario.

¿Qué poder tiene el militar que no tiene el civil?

- No es cuestión de poder. La vida militar es muy sacrificada, soy hijo de militar, de Infantería.

Usted es de la generación de los Beatles, ¿le gustaban?

- Nada de lo extranjero me gustaba, no me atraía, lo sentía ajeno. Siempre me ha gustado la música criolla. Mi mamá cantaba valses.

¿Ha hecho alguna locura por amor?

- Casarme a los 19 años. Una locura que tiene más de 40 años.

Usted es ambicioso, ¿qué ambiciona hoy?

- Quiero que mis nietos sientan orgullo de su abuelo.

Ya es un adulto mayor...

- Tengo 64 años, voy camino a los 70...

¿Es tierno?

- Si.

¿Qué hace un hombre de 64 años que no hace uno de 34?

- Me reservo la respuesta, jajajajaja.

 

Publicado en "Variedades" el lunes 29 de junio de 2009