El dólar: futuro incierto

*Bruno Ferrari

A inicios de julio del presente año, en la ciudad de L'Aquila, en Italia, se hizo el primer llamado oficial por parte de funcionarios de China, Rusia e India para ponerle fin al dominio que el dólar estadounidense mantiene dentro del sistema monetario internacional. Resulta evidente, desde el estallido de la crisis financiera en EEUU, que la confianza en el dólar a nivel mundial está languideciendo. A propósito, durante el mes de junio, Tim Geithner, actual secretario del Tesoro estadounidense, declaró en un discurso en la Universidad de Beijing, donde intentó trasmitir tranquilidad a la audiencia, que las tenencias chinas de bonos del Tesoro se encontraban seguras. La reacción del público fue inmediata: risas y más risas.

Actualmente, el alcance que pueda llegar a tomar aquel debate todavía resulta inexacto. A pesar de que las últimas cifras del indicador de flujos netos TIC a EEUU de largo plazo mostraron una disminución en la demanda de China por US$ 25bn desde US$ 801bn, el dólar sigue representando más de la mitad del total de reservas internacionales en el mundo (equivalentes a US$ 6.5 trillones), bastante por delalnte de la tajada de 26% que posee el euro de la Unión Europea.

¿Pero existen razones para dudar sobre la hegemonía del dólar? No en el corto plazo. Si bien se ha podido apreciar cierta devaluación en la moneda debido a un repunte en el apetito por activos más riesgosos a medida que se vislumbran señales de recuperación económica global -todavía incierta-, los bancos estadounidenses aún mantienen requerimientos de capital por debajo de los niveles recomendados y sin prospectos a relajar las condiciones de préstamos, lo que deja al mundo con un déficit de dólares.

Así, prestarios internacionales no tienen otra opción más que comprar dólares en el mercado abierto para financiar transacciones denominadas en dicha moneda y pagar sus deudas. Sin embargo, si consideramos un panorama largo plazo, las expectativas de inflación y los rezagos de la crisis podrían cambiar el destino de la moneda estadounidense. Esto lo la advertido ya China, que ha dado muestra de querer diversificar sus tenencias en moneda extranjera fuera del dólar. No obstante, cabe destacar que el mismo hecho de aquietar sus compras de bonos del Tesoro, al ser China el principal acreedor de EEUU, podría causar a su vez un desplome de la moneda. Por lo tanto, China tiene otro problema ya que se encuentra frente a una suerte de "trampa dolarizada".

Creemos que el dólar todavía permanecerá en la cúspide internacional por varios años. Pero el paradigma del dólar eventualmente podría quebrarse. Algunos se olvidan de que previamente a la potestad del dólar, la libra esterlina dominaba el mundo.

* Analista -MCC Seminario.

Publicado en el diario "Gestión" el lunes 14 de setiembre de 2009