Una vehemencia que se amolda

La masa de pan que se elabora en Pastipan SAC tiene tradición de familia. Rino Noriega y su esposa Carla Haltenhof trabajan con vehemencia para ganarse un puesto en el mercado, que nació con US$ 200 mil de capital hace siete años

A las once de la noche, empieza la rutina laboral de Carla Haltenhof, gerente financiero de Pastipan. Horas antes, las cámaras de video de la empresa han grabado el desempeño de sus trabajadores.

"Los productos de panadería y pastelería requieren de mucho cuidado y empeño. Algo que nunca se debe perder de vista es el control de calidad", dice

Junto a su esposo. Rino Noriega, fundaron esta empresa hace siete años. US$ 200 mil permitieron que ambos compraran un local y las máquinas para iniciar el trabajo.

"Nosotro somos de mucho empuje. Somos unos motores prendidos. Nos han quitado clientes, pero se tendrían que llevar a mi esposo y a mí para lograr lo que hacemos".

Los fines de semana son de mucho trabajo. Solo en bocaditos (brownies, sanguchitos, alfajores,etc.) elaboran 300 mil (cada uno cuesta 30 céntimos).

Cuando Carla describe su trabajo, su voz cobra vida. "Para salir adelante en este negocio hay que se hiperactivo. Hay que ser vehementes. Quienes no tienen esas cualidades no triunfan. Por es muchas panaderías quiebran".

A pulso. Así es cómo se ha hecho Pastipan, dice Carla. Cuando empezaron creyeron que satisfacer las necesidades de unos clientes fijos era todo. Estaban contentos porque los ingresos eran buenos, pero cuando estos se marcharon, la suerte les cambió.

"Perdimos mucho". Pero este golpe les permitió saber que debían cambiar de rumbo y optaron por poner tiendas. Ya tienen tres. "Nuestro secreto es dar un sabor de calidad a nuestros productos".

 

Publicado en el diario "Gestión" el jueves 15 de octubre de 2009