Finaliza el 2009 y seguimos con cuentas de hace 15 años...

 

Carlos Eduardo Paredes*

 

1. ¿Cuán buena y confiable es nuestra información macroeconómica? Tras acceder a las páginas web del Banco Central y del Ministerio de Economía, un reconocido economista de Washington me comentaba que habia quedado gratamente sorprendido por la cantidad y calidad de la información que había encontrado. En su opinión, la información provista por nuestras autoridades, en comparación a las que se encuentra en otros países de la región, es bastante aceptable y las páginas web en cuestión son muy amigables con el usuario (en particular la del BCR). Y es cierto, cualquiera puede tener acceso a estadísticas monetarias, fiscales, de balanza de pagos y de precios muy detalladas y actualizadas periódicamente.

2. Sin embargo, también es cierto que existen ciertas áreas en las que nuestra información estadística adolece de serios problemas. Las deficiencias de la estadística del mercado laboral son ampliamente conocidas; las cifras de desempleo y subempleo dicen poco o casi nada, al punto que no son tomadas en cuenta para el análisis y diseño de la política económica.

3. Pero el mayor problema que tenemos es con nuestras cuentas nacionales (las que nos dicen cuál es el tamaño y composición del Producto). Nuestro sistema de cuentas nacionales actual (año base 1994) no dispone de una tabla insumo-producto, lo cual es un indicador de posibles deficiencias. Hace un sinnúmero de años que no se publican cifras del Producto Nacional, ni del Producto Neto (ya nos acostumbramos al Producto Bruto y esto puede resultar no muy inteligente...). Más aún, los importantes cambios que se han producido en precios relativos y en la estructura de nuestra economía en los últimos quince años llevan a pensar que las cuentas nacionales con que contamos deberían revisarse cuanto antes, pues probablemente no estén reflejando adecuadamente lo que sucede en nuestra economía.

4. Hace pocos días, vi una conferencia de William Nikanen sobre la economía estadounidense en la época de Reagan. El autor del libro "Reaganomics" argumentaba que la revisión hacia abajo que hizo la CIA del PBI de la Unión Soviética fue crucial, pues se dieron cuenta de que el gasto de la defensa de los soviéticos no era sostenible: este representaba una porción mucho más grande del PBI de la que habían estimado anteriormente. En este contexto, las iniciativas estratégicas de gasto en defensa de la Administración Reagan, que se reflejaron en un crecimiento del déficit y de la deuda pública norteamericana (sin antecedentes hasta ese momento, pero muy por debajo de los niveles actuales), contribuyeron a terminar con la Guerra Fría y a que la historia vaya a juzgar a Reagan con ojos mucho más benevolentes que los analistas económicos y políticos de la época.

5. Claramente, contar con cuentas nacionales confiables es crucial. Para hacer cálculos de sostenibilidad fiscal, tan importantes en estos años de déficit públicos y debates electorales, necesitamos conocer con cierta precisión el tamaño "de la torta" (del Producto), lo mismo es cierto para evaluar la magnitud del déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos y de cualquier otra cifra que necesite medirse con respecto al ingreso de los peruanos o al tamaño de nuestro mercado. Esperemos que en el 2010, el INEI cuente con los recursos necesarios para poder terminar de elaborar las nuevas cuentas nacionales y así podamos contar con el instrumental necesario para evaluar y diseñar políticas de manera adecuada.

 

 

 

6. Para terminar el año, es justo agradecer a Lucho Carranza por su esfuerzo y compromiso con el país durante el 2009 y desearle a Meche Aráoz todos los éxitos en su nueva función; le han dejado la vara bien alta, pero es una mujer hábil que sabrá jugar el nuevo rol que le toca (muy diferente al anterior).

 

*Director de Intelfin y Profesor de Economía de la USMP

 

 

Publicado en Gestión, el 31 de diciembre del 2009