Responsabilidad social empresarial

 

Ignacio Basombrío(*)

 

La responsabilidad social es un concepto relativamente nuevo en el análisis del comportamiento de la empresa. No es, sin embrago, una idea absolutamente novedosa. De hecho en la época de los 60 del siglo pasado, la Organización Internacional de Empleadores, destacaba la importancia asignado al desarrollo económico y social, por consiguiente dejarlo íntegramente unido.

Es decir, para los empleadores de está época, antes de la actual era la globalización, la noción de avance empresarial y el progreso económico estaba vinculada, en una medida, con el no social, particularmente en lo campos de la seguridad social y de los derechos de los trabajadores.

Equilibrio dinámico.

Con la culminación de la Segunda Guerra Mundial se incorporó en la agenda, tanto nacional como internacional, el tema del equilibrio social en procura de conseguir de manera progresiva un estado de bienestar.

Organizaciones internacionales, como la OIT, consolidaron su presencia y lograron que el sistema tripartito, vigente desde el inicio de las actividades de tan importante entidad, hiciera posible la adopción de acuerdos los empleadores, los trabajadores y el Estado, para conseguir, mediante regulaciones y acuerdos, los entendimientos destinados a lograr el objetivo del desarrollo económico y social. En el caso Latinoamericano, la alianza implícita entre los sindicatos, que aumentaron en número, y la creciente burguesía nacional, se sustento en el modelo sustitutivo de importaciones.

No puedo considerar, por tanto, que la visión de las empresas con relación al tema social haya sido, el pasado relativamente reciente, una de asistencialismo o de filantropía. Por el contrario el sistema económico y político permitió que el marco institucional y legal donde operaban las empresas configurara un conjunto de derechos para las personas, tanto los trabajadores como sus familiares. De tal manera, se articuló una red social que sirvió de sustento al proceso del desarrollo económico.

Nuevo escenario.

Con la presencia de situaciones de crisis y con los nuevos desafíos de la globalización y de la apertura económica, la visión de equilibrio fue sustituida por otra, sustentada en la eficiencia y competitividad, como resultado de los cual se podría producir, gracias la 'chorreo' económico, mejoras en las condiciones de vida de los trabajadores.

La responsabilidad social, como concepto, dejó, por tanto, de ser el resultado de entendimientos tripartitos y pasó, más bien, a concentrarse en la vinculación entre empresas determinadas con las comunidades de las zonas de influencia de sus respectivos proyectos.

En otras palabras podría considerarse que, en alguna medida y forma, se había privatizado el concepto de la responsabilidad social al pasar el Estado un papel menos relevante, al asignarse el aporte fundamental a las propias empresas y al convertir en beneficiarios del aporte social de estas las comunidades y no tanto a los propios trabajadores.

Las modificaciones del sistema jurídico con relación a las responsabilidades del sector privados en la dotación de los servicios sociales fue el cambio más importante registrado en esta materia, Además naturalmente, de los conceptos de la flexibilidad laboral, resulta de un nuevo entorno económico más competitivos en el cual otra variantes, como la reducción de los costos laborales, comenzaron a formar parte de la agenda corporativa y de la prioridad de las empresas.

Es evidente que este escenario abre nuevos desafíos, El movimiento sindical ha perdido importancia, la informática y las comunicaciones permiten mantener en marcha económica y la sociedad, al margen de las contingencias externas. El gobierno electrónico es una nueva realidad en los sectores públicos y privados.

Por otro lado, la globalización, a pesar de la crisis económica, avanza e incorpora elementos sustantivos orientados a promover el desarrollo sustentable, el consenso de la sociedad civil y la aplicación de códigos de ética privados forman parte de la actual agenda.

La apertura y la libertad económica han modificado el centro de gravedad entre el Estado, las empresas y la sociedad y han perfeccionado asimismo los alcances de las relaciones.

 

(*)Profesor del Instituto de Gobernabilidad-USMP.

 

Publicado en Gestión, el 2 de marzo de 20010