Los pequeños grandes problemas del Perú


José Luis Peroni (*)

Son tres "Los pequeños grandes problemas del Perú", pero que afectan en una forma transversal a todos los ciudadanos del país. Pequeños porque la solución depende de la voluntad del hombre. Sin embargo, son grandes porque el universo que perjudica es demasiado extenso. Efectivamente, estos problemas realmente son solo tres, siendo el primero: el no cumplimiento de la ley (no enforcement) en los actos diarios de nuestro vivir. Esto es, desde el incumplimiento de normas de tránsito, las importaciones subvaluadas que ingresan diariamente, hasta el libre contrabando fronterizo que afecta la economía del Estado. Actos que solamente son en beneficio de aquellos que lo realizan bajo la sombra, disculpa y protección de un "problema social"; pero en que finalmente la ley no se cumple.

El segundo problema es: La judicialización de los actos que la ley manda cumplir. En aquellos casos - muy pocos por cierto - donde se logra hacer cumplir la ley y por lo tanto la parte que debe acatar la norma se siente afectada; inmediatamente se "judicializa", con algún proceso de habeas corpus, amparo, medida cautelar o herramienta jurídica similar que algún juez de alguna otra comuna (menos la afectada) está dispuesto a emitir rápida y solícitamente. De este modo, la acción de fiel cumplimiento de la ley no puede seguir adelante y todo retorna al statu quo en que se encontraba antes de la aplicación de la ley. Entonces, retrocedemos para quedarnos en la mejor situación para el infractor, sin importar todos aquellos que han sido perjudicados por la infracción realizada.

Nuevamente se dice como justificación que es un "problema social" y que por lo tanto debemos primero solucionar el problema, que puede tener varias décadas de existencia, para luego hacer cumplir el mandato de la ley. Curioso, realmente muy curioso.

El tercer problema es: La politización del acto que infringe la ley. Resulta ser que cuando la medida cautelar aplicada para el retorno al statu quo es declarada improcedente por el máximo organismo rector del Perú y por lo tanto tiene que ser levantada de modo que la ley se aplique, es ahí donde se politiza e interviene alguno de los políticos adictos al micrófono y las cámaras, diciendo nuevamente que no es justo y que esto es un "problema social" que tiene que ser resuelto antes que se aplique la ley.

Estos tres problemas, que son parte de un círculo vicioso, lo vemos y sufrimos diariamente en casi todos los aspectos de nuestra vida cotidiana. Tenemos combis que circulan por avenidas y calles donde no tienen rutas autorizadas por ley, centros de diversión y apuestas que funcionan a pesar de que alguna ley se los prohíbe, vehículos importados con antigüedad mayor a la que la ley permite y que sin embargo están esperando ser ingresados al país, contrabando diario y que sigue rutas preestablecidas, buses camiones que transportan pasajeros a todo lo largo y ancho del país y que están prohibidos por ley, construcciones realizadas sin licencia y obras ejecutadas por organismos públicos y municipales sin haber cumplido con las normas que la ley exige.

Como vemos, la lista podría seguir siendo mucho más larga; pero realmente el punto no es hacer un gran listado, sino más bien llamar a la reflexión para entender que finalmente esto no es otra cosa que la consecuencia de la corrupción. Corrupción que promueve y defiende los actos que van en contra de la ley, con el único propósito de beneficiar a aquellos que la promueven sin importar la gran mayoría de aquellos que la sufren. La solución está en nuestras manos, está en la voluntad de los que gobiernan nuestra nación.

(*): Presidente del Comité de Confecciones de la Sociedad Nacional de Industrias

 


Publicado en Gestion, 12 de Octubre de 2010.

 

 

 

Perú 2020: ¿transitando hacia el desarrollo?

Gonzalo Echeandía (*)

Cuando uno ve las cifras de crecimiento del Perú y la destacada evolución que han tenido todos sus indicadores en los últimos siete años, es fácil entusiasmarse y pensar que es posible dar el salto al desarrollo.

Las proyecciones que hace un economista del Banco Santander, extrapolando el importante crecimiento experimentado por Perú en los últimos años, estiman para el final de esta década un PBI per cápita superior a US$16,000 ajustado por paridad de compra (PPP). Sin duda, son cifras estimulantes que invitan al entusiasmo y a ver el futuro con optimismo.

No obstante, es importante tener en cuenta que para transitar hacia el desarrollo y aspirar a construir un país desarrollado, el crecimiento económico no es suficiente. Hay otros temas de fondo en los que se viene avanzando en mayor o menor grado, pero que deben formar parte de la agenda de Estado y contar con una mayor prioridad:

1. Institucionalidad: fortalecer la democracia, alcanzar una mayor estabilidad y predictibilidad política. Existen algunas instituciones que funcionan de manera ejemplar, como el caso del BCR o la SBS. Pero será necesario que otras importantes instituciones del país caminen en esa dirección.

2. Sistema político: es necesario mejorar la articulación de las relaciones entre el Gobierno Central y las regiones, mejorando además la capacidad técnica de éstas, que hoy concentran casi el 50% del gasto público.

3. Seguridad ciudadana: sin seguridad ciudadana no hay estabilidad económica.

4. Narcotráfico: es fundamental articular una estrategia efectiva que debilite el narcotráfico para evitar que escale a niveles mayores que puedan poner en riesgo la viabilidad del país.

5. Reforma fiscal: un país con 15% de recaudación fiscal sobre el PBI, difícilmente podrá aspirar a alcanzar el desarrollo.

6. Infraestructura: es muy importante continuar poniendo énfasis en la construcción de carreteras, puertos, ferrocarriles, energía, comunicación, hospitales, colegios, agua potable, viviendas, entre otras, pues de lo contrario se generarán cuellos de botella para el crecimiento.

7. Educación: todos los esfuerzos e inversiones que se hagan para mejorar la calidad y cobertura de la educación son fundamentales para aspirar a un país más justo y próspero.

8. Estado de derecho y legalidad: el orden y el respeto a la legalidad mejoran la predictibilidad del país, reducen los costos de transacción en la economía y contribuyen a mejorar la dinámica social y de negocios.

9. Reforma del Estado: se debe aspirar a contar con un estado moderno que apoye el progreso de las personas y de los agentes económicos, mejorando la calidad de sus profesionales a través de la implantación de líneas de carrera, remuneraciones de mercado, capacitación, incentivos y una cultura de meritocracia.

10. Justicia: la reforma judicial es fundamental para recuperar la confianza del país en sus instituciones y permitirá además reducir los costos de transacción.

No hay duda que los retos son enormes, pero tenemos una oportunidad de oro que no debemos dejar pasar para vivir en un país más justo y digno.

(*): Vicepresidente y Gerente General Banco Santander.

 

Publicado en Gestion, 08 de Octubre de 2010.