Reformas en los sistemas de pensiones

Geoffrey Cannock

Socio, Economía Aplicada - Apoyo Consultoría

 

Se ha anunciado para marzo el inicio del debate sobre los proyectos de reformas al Sistema Privado de Pensiones (SPP). Es conveniente analizar no solo las eventuales mejoras en el sistema previsional privado, sino también en el público. Cuando se creó el sistema privado, se decidió que coexistiera con el sector público. Los trabajadores, al tener inicialmente la opción de afiliarse en el sistema privado o en el público, naturalmente hacen una comparación sobre cuál le conviene más. La tasa de contribución es la misma, por tanto, una consideración importante es la expectativa de la pensión proyectada, que en el privado dependerá de sus expectativas sobre la evolución de la remuneración futura, del número de meses que aportará, y de la rentabilidad acumulada de sus aportaciones. En cambio, la pensión del sistema público depende de la repartición de lo recaudado por el número de aportantes, y de manera más significativa, de las transferencias del Tesoro. Este subsidio es una transferencia hacia un segmento de la población que no necesariamente es pobre, por tanto no es, en general, un subsidio focalizado como el planteado para el programa Pensión 65. La decisión del afiliado impacta entonces sobre la dinámica del desempeño de los sistemas, que está en función del subsidio. No es nada fácil competir con un servicio subsidiado. Por ejemplo, en la primera década del 2000 la participación de mercado del número de aportantes al sistema público aumentó.

Efectivamente, la cobertura del sistema previsional peruano es aún baja, según indicadores comparativos internacionales. ¿Cuál sistema puede contribuir mejor y de manera sostenible al cierre de la brecha de cobertura previsional? La crisis europea se debe en parte al alto gasto público en pensiones, que sobrepasaba el 10% del PBI en varios de dichos países. Cerrar la brecha de cobertura vía mayores transferencias difícilmente sería sostenible. Más aún cuando la estructura demográfica está cambiando rápidamente y hace poco viable el financiamiento entre generaciones. La tasa de fecundidad ha bajado de 6 en 1970 a 2.6, y se espera que llegue a 2.1 en el 2025, estabilizando la población, y la esperanza de vida sigue aumentando; con lo cual habría un mayor número de personas en la tercera edad que jóvenes en la fuerza laboral.

En Apoyo Consultoría se realizó en el 2009, por encargo de la Asociación de AFP, un estudio sobre los impactos del SPP sobre la economía, replicando una metodología realizada para Chile. Se encontró que el impacto fue positivo y significativo, aunque menor al alcanzado en Chile. Las razones fueron varias. En Chile se eliminó el sistema de reparto, con lo cual el tamaño del SPP y su impacto inicial fueron mayores; la economía informal era bastante menor; se redujeron los costos laborales, con lo cual se incentivó un mayor empleo formal con un impacto positivo en la productividad; y finalmente la reforma del sistema previsional estuvo acompañada también de reformas importantes en el mercado de capitales, que contribuyeron vía el canal ahorro-inversión.

Estas áreas son las que deberían mirarse para las reformas del sistema previsional.

Probablemente, la contribución más destacable en el Perú ha sido en la obtención de altas rentabilidades para los fondos a partir de los aportes obligatorios, con lo cual se incrementó más aún el ahorro y la inversión. El SPP es aún un sistema joven. Faltan varios años para que se jubile la primera generación que haya aportado al SPP durante toda su vida laboral. Es importante tener en cuenta la seguridad y estabilidad del SPP. Las comparaciones y sus beneficios se harán más evidentes con el transcurso del tiempo.

 

Publicado en Gestión el 14 de febrero de 2012