Educación e inversión para el desarrollo

 

RÓMULO MUCHO MAMANI

Ingeniero

 

Perú, en su camino al desarrollo, tiene dos desafíos que enfrentar: primero, los externos, la depresión mundial que afectará nuestras exportaciones, que China crezca menos de 6% y la dificultad para captar inversiones. Segundo, los internos, que hacen que a nuestro país se le considere como el de las oportunidades perdidas. Tenemos enemigos internos que no podemos derrotar, como el analfabetismo y la pobreza, que generan terrorismo, narcotráfico, corrupción, informalidad, y que incrementan los conflictos sociales que quieren paralizar la actividad minera.

Quizá lo más importante sea invertir en capital humano que apoye el crecimiento, que apoye a la productividad y que permita crear mejores oportunidades para todos. Los ciudadanos preparados y productivos generan riqueza para sí mismos y para los demás, pues son ellos y las empresas para las que trabajan las que generan el PBI, pagan impuestos, generan empleo y hacen posible un Estado con capacidad para cumplir sus responsabilidades. Son el mejor activo de una nación.

Hoy, que se debate la agenda hasta el 2016, es un acierto que educación, ciencia y tecnología estén presentes en los planes de gestión del Gobierno. Por ejemplo, en el 2012 se destinará a educación S/. 15,252 millones, 8.6% más que en el 2011, un 3.6% del PBI. El objetivo, a mediano plazo, debe ser 6% del PBI, según la recomendación del Consejo Nacional de Educación.

Para mantener y consolidar el crecimiento económico, erradicar la pobreza y lograr la inclusión social, debemos tomar conciencia de que la educación es la herramienta más importante, pues hará al Perú más productivo, competitivo y equitativo.

El Banco Mundial ha demostrado que por cada dólar invertido en la primera infancia, un país puede obtener un rendimiento de hasta US$ 7, e indirectamente hasta US$ 17, porque ya no se debe invertir en escolares repitentes o enfrentar al pandillaje. Benjamín Franklin decía: “La mejor inversión es la que se hace en conocimiento, es la que paga mejores intereses”.

Respecto a la educación superior, el Gobierno debería dar incentivos para impulsar su descentralización y para que universidades nacionales y extranjeras ofrezcan convenios de cooperación e intercambio a profesores y estudiantes.

Si bien son importantes los recursos naturales, la mayor riqueza de un país radica en el conocimiento de su gente. Así lo demuestran Japón, Suiza, Noruega, Suecia, Holanda, Corea del Sur y otros países que sin muchos recursos naturales tienen alta productividad y nivel de vida.

Necesitamos invertir, como mínimo, un 1.0% del PBI en Investigación + Desarrollo. Hoy apenas es 0.15%, debajo del promedio de la región (0.68%) y muy rezagado de países del primer mundo, como EE.UU., que destina 3.04%. Eso explica por qué ocupamos el puesto 113 de 142 países en el ranking de innovación del Foro Económico Mundial, y por qué nuestras exportaciones se concentran en productos primarios.

Respecto a la infraestructura, según el Instituto Peruano de Economía, existe un déficit de US$ 37,000 millones en ese campo. Existe una cartera de US$ 2,100 millones de inversiones en los próximos dos años, en la industria nacional en general existe también un optimismo con montos adicionales de US$ 5,000 millones por año. Según el Foro de Regiones 2011, presentado en diciembre del 2011 por ProInversion, hay proyectos de inversión (excepto en minería) por S/. 63,000 millones. Atraer inversiones y generar oportunidades de exportación y consumo interno con medidas coherentes, estudiadas y técnicamente fundamentadas es el camino a seguir.

 

Publicado en Gestión el 22 de febrero de 2012